Actualmente, la medicina veterinaria reconoce los masajes como algo más que una simple técnica de relajación. Son aplicadas en la prevención y tratamiento de innumerables disturbios físicos y emocionales. Para ayudarte a mejorar la calidad de vida de tu mascota, resumimos consejos básicos para dar masajes a tu gato.
Los beneficios de dar masajes a tu gato
Los masajes son considerados un método terapéutico no invasivo muy eficiente para humanos, animales silvestres y domésticos. Suelen ser indicados para aliviar el dolor, la ansiedad y el estrés provocados por diversas patologías, así como también son valorados como una alternativa sencilla de proporcionar confort y bienestar.
A continuación, resumimos las principales aplicaciones terapéuticas de los masajes:
- Disminuir la ansiedad y el estrés del cotidiano.
- Tratar y prevenir enfermedades musco-esqueléticas, como artritis, artrosis y displasias.
- Proporcionar bienestar y aliviar los dolores en animales ancianos o con patologías terminales.
- Combatir los efectos negativos de disturbios en el tracto digestivo, renal y hepático.
- Promover el drenaje linfático y estimular el sistema inmunológico.
- Mejorar problemas de conducta o trastornos emocionales.
- Ayudar en la gestión del peso y combatir de enfermedades asociadas a la obesidad.
5 tips para dar masajes a tu gato de forma fácil y sin riesgos
Dedicar un tiempo específico para tu gato
Nuestros días están tan repletos de responsabilidades y obligaciones que, a veces, olvidamos de dedicar un tiempo para nuestras mascotas.
Proponerse realizar una terapia alternativa o un momento relajante junto a tu gato requiere tiempo y dedicación. El primer paso para dar masajes a tu gato es tomar el tiempo necesario para concentrarse en esta actividad y disfrutarla. Además de garantizar la calidad de los masajes, ayuda a mejorar los lazos de confianza entre amo y mascota.
¿Cuánto tiempo puede llevar un masaje bien aplicado? Depende de cada animal y también de la experiencia de quien realiza los masajes. Si hablamos de un principiante, lo recomendable es contar con 20 o 30 minutos, mientras que una persona más experimentada, puede realizar todo el procedimiento en 10 o 15 minutos.
Preparar a tu gato para recibir los masajes
Dar masajes a tu gato requiere paciencia, habilidad y planificación. Esta técnica terapéutica y relajante no se resume en posiciones de manos o movimientos estratégicos. Su funcionalidad depende también del contexto, de un ambiente propicio y del estado de ánimo del animal.
Si actuamos sin precisión o preparación previa, podemos ocasionar mucho estrés e incomodidad a nuestra mascota. Proporcionar un ambiente tranquilo y preparar a tu gato antes de hacerle masajes es fundamental para garantizar los efectos beneficiosos.
Lo primero es garantizar una superficie cómoda donde el gato pueda calmarse y sentirse seguro. Una almohada, una cunita, un colchón o una manta son las opciones más indicadas.
Después debemos ayudar nuestra mascota a relajarse para poder empezar los masajes. Para ello, podemos hablarle, cantarle o simplemente hacerle compañía hasta que se muestre calmado y bien dispuesto.
Elegir la zona para empezar el masaje
Cada gato tiene una zona favorita para recibir caricias, así que ahí empezaremos nuestros masajes. El animal se muestra más dispuesto a recibir los masajes cuando empezamos por zonas de su agrado.
La mayoría de los felinos aprecia recibir masajes detrás de sus orejas o bajo su mentón, pero cada propietario seguramente conoce su mascota mejor que nadie. Al reconocer la región ideal, debemos comenzar con caricias suaves y lentas para no estresar el animal.
Utilizar correctamente las manos para masajear
Mucha gente se cree que, para proporcionar un masaje tópico más suave, es necesario utilizar las puntas de los dedos. Ello es incorrecto y puede ocasionar ansiedad y molestias cuando es aplicado en gatos y perros.
Las puntas de los dedos son indicadas para estimular regiones más sensibles, como la cabeza y la cara. Para dar masajes a tu gato, se recomienda utilizar toda la mano para aplicar una presión controlada; especialmente cuando masajeamos el vientre y el lomo del animal.
Controlar la reacción de tu gato
Al practicar un masaje a un animal, es fundamental estar atento a sus reacciones. Como nuestras mascotas no pueden decirnos si les agrada o no esta práctica, son sus actitudes las que revelan su sensación.
Si tu gato intenta levantarse o se muestra incómodo, probablemente no está de humor para recibir masajes. En cambio, si parpadea, babea o ronronea, es señal de que disfruta de las caricias que recibe.
Cuando un felino ataca, araña o muerde durante el masaje, significa que realizamos una estimulación excesiva. En estos casos, se recomienda terminar los masajes y calmarlo.