¿Pueden los gatos ser amigos de los bebés?

Con una correcta socialización, adiestramiento y proceso paulatino de adaptación, los felinos pueden incluso volverse protectores con ellos

Pueden los gatos ser amigos de los bebés

Se ha escuchado hablar mucho del instinto de protección de los perros hacia los bebés. Aunque ha habido siempre un gran debate en cuanto a si las mascotas deben o no permanecer cerca de los bebés, se ha demostrado científicamente que estas tienen una influencia beneficiosa en el desarrollo de los recién nacidos. Ahora bien, ¿pueden los gatos ser amigos de los bebés?

Por qué se cree que no pueden los gatos ser amigos de los bebés

El primer problema llega cuando se escucha sobre una mujer que está abrazada. La primera pregunta que muchos hacen es: “¿Y qué harás con tus mascotas?” Este es un mito que se ha ido arraigando en la mente de muchos y que les ha llevado a creer que mascotas y bebés no pueden convivir. Nada más lejos de la realidad.

Añadido a esto, en lo que tiene que ver con los gatos, el problema se agrava aún más por haber escuchado hablar de la toxoplasmosis. Es una enfermedad que los gatos pueden transmitir a la madre y poner en peligro su vida, la del bebé o ambas. Pero esto no significa que todos los gatos la tengan, y que por el simple hecho de que una mujer que tiene gatos haya quedado embarazada tengamos que deshacernos de los felinos.

Relación entre gatos y niños

Luego llega el nacimiento del bebé, al cual se cree que el gato podrá hacerle daño con sus uñas. Muchos piensas que los gatos no pueden controlar su fuerza, ni mucho menos su arma más letal, sus uñas. Los que conocemos a los felinos sabemos que esto no es cierto.

Un gato correctamente domesticado y socializado controla este y otros comportamientos instintivos. Además, los gatos, al igual que los perros, desarrollan un cariño especial, así como un instinto de protección hacia los bebés que les motivará a protegerlos y nunca a dañarlos.

Cómo pueden los gatos ser amigos de los bebés

Como es normal, todo proceso conlleva un entrenamiento, pero esto no significa que sea imposible que los gatos y los bebés puedan convivir. ¡Ni mucho menos! Hay factores que juegan en contra como el carácter territorial del gato, los llantos del niño que podrán estresarlo, una alteración en el cambio de sus rutinas, pero todo se puede solucionar con una buena preparación:

Prepara al gato

La mejor manera de preparar al gato para la llegada del bebé es hacer que se acostumbre a sus ruidos de manera paulatina. Podrías poner grabaciones de llantos de bebé, lociones, jabones, dejar juguetes del bebé en el suelo y acostumbrarlo a que no los toque.

Bebés y gatos: convivencia

Podríamos también poner loción de bebé en nuestro cuerpo para que cuando el gato se acerque a nosotros se vaya acostumbrando a su olor. Si crees que cuando llegue el bebé tendrás que cambiar el arenero, comedero o bebedero del gato, deberías hacerlo antes de que llegue el nuevo miembro a la familia.

No le des de lado

Una vez que el bebé haya llegado, se llevará gran parte de tu atención, pero debes intentar guardar el equilibrio para que tu mascota no se sienta desplazada. Marca un horario de juegos con tu felino e intenta cumplirlo.

Acostúmbralo al bebé

Con la ayuda de otra persona, deja que el gato se acerque al bebé de manera suave, poco a poco, que lo huela e incluso que lo toque. No lo pierdas de vista y mantén sujetos a ambos en todo momento. Ante cualquier aviso de ataque, retira al gato rápidamente.

Permite que cada día se acerque unos segundos para que se vaya dando cuenta de que el pequeño es un miembro más de la familia que va a quedarse para siempre, y con el que tendrá que aprender a convivir.

Tranquilo, todo con paciencia se logra, y es posible que el comportamiento de tu gato te sorprenda. Quizá se adapte mejor de lo que crees a tu nuevo bebé.

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