La maternidad es un vínculo muy importante entre diversas especies del reino animal. Sin embargo, hay animales que apenas poseen este vínculo e incluso se podría tachar a sus madres de descuidadas. Pero se ha descubierto que algunas serpientes son buenas madres, como las pitones.
Es conocido que la mayoría de serpientes y otros reptiles apenas parecen preocuparse por sus crías, aunque lo cierto es que un nuevo estudio señala lo contrario.
La pitón sudafricana: una madre coraje
Siempre se pensó que las pitones y otras especies de ofidios eran animales muy ariscos con sus crías, que apenas les proporcionaban cuidados tras la eclosión de los huevos de estos animales; pero un equipo de científicos ha descubierto que algunas serpientes son buenas madres, en este caso es la primera vez que se observa esto en una serpiente ovípara.
En concreto, la serpiente observada realizando este comportamiento ha sido la pitón sudafricana (Python natalensis), que al igual que otros pitónidos, es una serpiente constrictora, es decir, que mata a sus presas apretándolas hasta ahogarlas, y no inyecta veneno en ellas.
Esta serpiente suele medir unos cinco metros, aunque puede llegar a siete y se han reportado animales incluso de nueve o diez metros, que podrían llegar a los 200 kilogramos, lo que la convierte en una de las serpientes más grandes del mundo.
El descubrimiento de que las serpientes son buenas madres
El descubrimiento ha sido llevado a cabo por Graham Alexander, investigador de una universidad sudafricana. Según el propio Alexander, se convierte en el primer registro de cuidados maternales en ofidios ovíparos, dando nuevas pinceladas sobre el comportamiento enigmático de las serpientes.
El equipo de investigación ha sacado a la luz este descubrimiento tras siete años de trabajo; lo que han visto es que las hembras de pitón sudafricana deciden cuidar dos semanas de sus crías tras la eclosión de los huevos.
Aunque parezca poco tiempo, debemos tener en cuenta que buena parte de los reptiles, y en especial las serpientes, no cuidan de sus crías. Estos animales nacen capacitados para comer por su cuenta, y es bastante común que ni siquiera conozcan a su madre, como es el caso de algunas tortugas marinas.
Este cuidado consiste en que la madre permanece junto a sus crías durante 15 días aproximadamente, mientras vigila sus primeros movimientos y lo que es más importante: durante los cuidados maternales, la madre pitón da calor por las noches, ya que al principio no regularan bien la temperatura.
El experimento se realizó en 37 pitones, ocho de las cuales pusieron sus huevos en la cueva de otra especie conocida como cerdo hormiguero, lo cual se desconocía. Gracias a transmisores de radio, el equipo pudo acercarse a nuevos y complejos comportamientos de las pitones, que demuestran que las serpientes son buenas madres cuando se lo proponen.
La maternidad en pitones: una actividad de riesgo
Este comportamiento convierte el hecho de que algunas serpientes son buenas madres en algo arriesgado: esta especie, cuyo ciclo de cría puede llegar a medio año, pierde el 40% de su peso durante este.
Su piel se oscurece para captar los rayos solares y calentar los huevos y posteriormente a las crías: su temperatura llega a los 40ºC, lo que acerca al cuerpo de la madre a una temperatura letal.
La mayoría de serpientes pueden acelerar su metabolismo para calentar los huevos y a las crías, pero no es el caso de la pitón sudafricana, que debe pasar la tarde recibiendo los rayos solares cerca de la madriguera para que sus crías puedan pasar la fría noche del sur de África.
Este duro proceso de cría hace que muchas madres no vuelvan a críar durante varios años, e incluso algunas pueden morir o no volver a ser fértiles durante el proceso. Por ello, parece que algunas serpientes son buenas madres por increíble que parezca, algunas hasta el punto de sacrificar su propia vida a cambio de la de su prole.