Dexametasona para perros: usos y efectos secundarios

La sobredosis de dexametasona puede ocasionar letargo y somnolencia, aunque en casos graves también provoca hemorragias gastrointestinales internas. Por esta razón, su uso siempre debe estar vigilado por un veterinario.

La dexametasona en perros es un fármaco de gran utilidad.

La dexametasona es un fármaco utilizado para combatir la inflamación, así que es un tratamiento común para varios tipos de padecimientos. En los perros varias enfermedades pueden ser tratadas mediante la administración de dexametasona, por lo que es una gran aliada para la salud del can. Por supuesto, siempre con la prescripción y observación de un veterinario calificado.

A pesar de ser un medicamento bastante útil, también presenta algunos efectos secundarios. Por esta razón nunca se debe automedicar a la mascota, pues podría ser contraproducente. Recuerda que la información brindada en este espacio solo tiene fines informativos: ante cualquier duda o emergencia, acude a un profesional de la salud animal. Sigue leyendo y conoce más acerca de la dexametasona.

¿Qué es la dexametasona para perros?

La dexametasona es un corticosteroide que se asemeja mucho a la hormona cortisol. Gracias a esto, el fármaco puede introducirse en las células del cuerpo, lo que le permite controlar la inflamación de algunas zonas. Sin embargo, este mecanismo de acción también tiene un efecto inmunosupresor y provoca una reducción en la eficiencia del sistema inmunitario del can.

Estos efectos son los que hacen complicado recetar un tratamiento con dexametasona, pues aunque puede ser benéfico, deja el cuerpo susceptible a otro tipo de amenazas. Por ello, solo un veterinario puede indicar el uso de este fármaco, ya que debe evaluar la situación de cada paciente. Aun así no todo es malo, pues bajo ciertos cuidados los perros tratados con este medicamento mejorarán bastante.

La dexametasona no es un fármaco que solo se pueda usar en perros, pues también se utiliza en humanos y en otros animales. Sin embargo, la dosis y la presentación cambian en cada especie, por lo que no se recomienda utilizar el medicamento humano en los perros y viceversa. Ante cualquier duda, no olvides consultar a tu veterinario de confianza.

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Usos del medicamento

El principal efecto de la dexametasona es la inmunosupresión, pues el sistema inmunitario es el causante de varios cuadros clínicos en los perros. Gracias a esto, existe una gran variedad de enfermedades en la que puede ser útil. A continuación, se listan algunos usos de este medicamento en los perros:

  • Inflamación: esta reacción del cuerpo es ocasionada por el sistema inmunitario, pues ante cualquier tipo de daño la región afectada comienza a expandir los vasos sanguíneos, lo que permite que lleguen las células protectoras del cuerpo y comiencen a reparar la lesión. Esto es lo que ocasiona la inflamación, así que al reducir la actividad del sistema también se disminuye este problema.
  • Alergias: una alergia podría tomarse como una reacción súbita y exagerada del sistema inmunitario, lo cual ocasiona diversos problemas como inflamación, lagrimeo e irritación de la piel. Por esta razón, cuando se reduce la actividad del sistema inmunitario también se controla la alergia.
  • Problemas músculo-esqueléticos: como la osteoartritis, la miositis y la artritis. Todos estos casos provocan la inflamación de diversas regiones en el cuerpo, por lo que los antiinflamatorios sirven mucho para tratar con los síntomas severos.
  • Diagnóstico de endocrinopatías: esto se refiere a enfermedades provocadas por una mala regulación de las hormonas. En los perros el más frecuente es el síndrome de Cushing, para el cual se usa la dexametasona como parte de una prueba diagnóstica.

La mayoría de los usos que tiene este fármaco son de tipo paliativos. Esto significa que solo se limita a reducir o controlar los síntomas, más no a erradicar el problema. Asimismo, los efectos secundarios también pueden ser riesgosos, por lo que solo un profesional debe recetar y vigilar el uso de este medicamento.

Dosis de la dexametasona para perros

La dosis de dexametasona para los perros varía en cada caso, pues en las emergencias se puede recomendar una cantidad más alta del fármaco. Aun así la regla general es que se administren entre 0,1 y 2 miligramos por cada kilo de peso del animal. La presentación normal de este medicamento es en solución inyectable, pero también existen tabletas para administrarse por vía oral.

Aunado a lo anterior, es obligatorio que un veterinario sea el que recete la dosis correspondiente, pues existen ciertas restricciones para su uso a largo plazo. Debe administrarse y retirarse de forma paulatina, porque en el caso contrario podrían provocarse efectos secundarios en el can (como el síndrome de Cushing).

Contraindicaciones del medicamento

El uso de la dexametasona está contraindicado en casos de infecciones por hongos, virus o bacterias, ya que su efecto inmunodepresor podría agravar la situación. El efecto que tiene este fármaco en el cuerpo del can es amplio y existen varios escenarios en los que no se debe administrar. Algunas de sus contraindicaciones son las siguientes:

  • Diabetes: la dexametasona ocasiona el incremento de la concentración de azúcar en la sangre, por lo que aquellos canes con diabetes pueden tener problemas con su enfermedad. Asimismo, este fármaco reduce el efecto de los medicamentos para la diabetes.
  • Insuficiencia renal: el medicamento se suele eliminar por medio de los riñones, por lo que puede ocasionar una mayor exigencia y agravar el problema renal. En ciertos casos se recomiendan dosis muy bajas del medicamento, pero solo bajo el diagnóstico y el control de un veterinario.
  • Insuficiencia cardiaca: a largo plazo, la dexametasona ocasiona la retención de sodio, lo que genera un aumento en la presión de la sangre. En el caso de los perros con insuficiencia cardiaca, el corazón no suele soportar estos cambios en la presión.
  • Hiperadrenocorticismo (síndrome de Cushing): este síndrome hace referencia a un exceso de cortisol en la sangre, lo que ocasiona diferentes síntomas en el perro. El uso de la dexametasona puede provocar este problema, pues afecta a la regulación natural del cortisol.
  • Osteoporosis: la osteoporosis es una enfermedad crónica degenerativa que debilita los huesos. Asimismo, los corticosteroides también pueden llegar a producir este efecto a largo plazo, por lo que su uso mientras se presenta esta enfermedad aumenta la velocidad a la que se pierde masa ósea.
  • Úlceras gastrointestinales: la acidez estomacal está mediada por prostaglandinas, las cuales son inhibidas por el uso de la dexametasona. A largo plazo, esto podría ocasionar la complicación de las úlceras del can.
  • Hipersensibilidad (alergia): esto se refiere a una respuesta inmunitaria excesiva a la dexametasona, lo cual podría provocar un shock anafiláctico.
  • Embarazo: los corticosteroides inducen el parto de los animales y malformaciones en los fetos, por lo que no se recomienda su uso en hembras gestantes.

Asimismo, la dexametasona puede tener interacciones con otros medicamentos, por lo que es necesario que un veterinario evalúe las condiciones en cada caso. Por ello, en cuanto acudas a revisar a tu mascota, coméntale al especialista sobre los fármacos y vacunas que ha tomado recientemente el can. De esta forma, se le podrá recetar el tratamiento adecuado y sin mayores complicaciones.

Efectos secundarios

Las dosis de este fármaco a corto plazo no suelen ocasionar problemas. Sin embargo, cuando el tratamiento es a largo plazo podrían existir ciertos efectos secundarios que se deben tener en cuenta. Entre los más comunes se encuentran los siguientes:

  • Retención de líquidos.
  • Insuficiencia suprarrenal: los corticosteroides son una forma sintética de la hormona cortisol que produce el cuerpo, por lo que al usarse de manera prolongada se puede ocasionar una incapacidad en las glándulas encargadas de producirla de forma natural (glándulas suprarrenales). Esto es lo que deriva en el síndrome de Cushing.
  • Glucemia: aumento de glucosa en la sangre.
  • Poliuria: aumento de la producción de orina.
  • Polidipsia: incremento de la ingesta de líquidos.
  • Polifagia: incremento de la ingesta de comida.
  • Retraso en la cicatrización: el efecto inmunosupresor impide que la cicatrización sea rápida.
  • Úlceras: la inhibición de las prostaglandinas provoca que aparezcan úlceras o que las empeore.
  • Infecciones secundarias: el sistema inmune se encuentra restringido, por lo que el perro se encuentra susceptible a la infección por otras bacterias, hongos o virus.
  • Reducción de la producción de leche.

Por lo común, estos efectos secundarios desaparecen al terminar el tratamiento con dexametasona. Sin embargo, en el caso de la insuficiencia suprarrenal se suele retirar el medicamento de manera paulatina con el fin de que el cuerpo se acople a la producción natural de la hormona.

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La importancia de acudir al veterinario

Como te podrás dar cuenta, el uso de la dexametasona debe estar recetado y vigilado por el veterinario, pues podría ocasionarle problemas a tu mascota. No automediques a tu perro, ya que las consecuencias podrían ser fatales. Recuerda que la salud de tu can no es un juego.

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