La septicemia hemorrágica en peces es una enfermedad infecciosa causada por el patógeno vírico Piscine novirhabdovirus —a falta de una traducción al español—, un microorganismo perteneciente a la familia Rhabdoviridae que puede ser letal para los hospedadores a los que infecta.
Los peces enfermos muestran signos de enfermedad poco específicos que, sobre todo en larvas, pueden traducirse en muerte en el 100 % de los casos. Si quieres conocer más sobre este agente etiológico tan problemático en el mundo de los estanques y de la cría de peces para consumo humano, continúa leyendo.
¿Qué causa la septicemia hemorrágica viral en peces?
Como hemos dicho anteriormente, el agente causal de esta enfermedad es un virus de la familia Rhabdoviridae, un microorganismo con una forma de bala típica y una envoltura glucoprotéica que lo define. Este agente afecta a más de 50 especies de agua dulce y marina que habitan de forma natural en el hemisferio norte del planeta.
Entre los animales más afectados encontramos al lucio (Esox lucius), la trucha común (Salmo trutta), el rodaballo (Scophthalmus maximus), así como diversas especies de salmónidos y peces típicos de estanques de agua fría. Es necesario destacar que existen tres serotipos del virus, que condicionan el cuadro clínico del animal enfermo.
Este virus es viable en un pH entre 5 y 10 —rango en el que se encuentran casi todas las aguas de peceras e instalaciones de cría—, pero es muy sensible a las temperaturas superiores a los 20 °C. Por esta razón, que aparezca en un acuario con especies tropicales es muy poco probable.
Aunque es letal para los peces, a día de hoy no se ha demostrado que el virus cause daños en el ser humano.
Síntomas
Los síntomas de esta enfermedad son bastante inespecíficos. El pez enfermo en etapas iniciales muestra letargia, piel oscurecida y ciertos tipos de hemorragia. Entre los signos clínicos más comunes, encontramos los siguientes:
- Lesiones y hemorragias en la piel.
- Anemia: esto se percibe porque el pez presenta las branquias decoloradas, cuando deberían ser de color rojizo.
- Acumulación de líquido abdominal, lo que provoca el levantamiento de las branquias y que el pez enfermo tenga un aspecto abombado. Esto se debe a un edema en la cavidad peritoneal.
- Exoftalmia, o lo que es lo mismo, una propulsión notable del globo ocular que no es típica de la especie.
En algunos casos, el virus también puede llegar a dañar el sistema nervioso del animal. Esto provoca una serie de síntomas neurológicos, como una actividad natatoria errática y movimientos en espiral exagerados. Como hemos dicho, en los peces jóvenes la tasa de mortalidad es prácticamente del 100 %.
Un virus de fácil transmisión
La transmisión se realiza de forma tanto horizontal —entre peces enfermos— como vertical, es decir, a través de los huevos embrionados. Los animales infectados transmiten la enfermedad con sus deposiciones o mediante el contacto directo entre superficies mucosas con otros individuos sanos.
Por esta razón, ante sospechas del virus de septicemia hemorrágico en peces, lo mejor es aislar con presteza al animal enfermo.
Factores de riesgo de la septicemia hemorrágica viral en peces
A continuación, te mostramos algunos factores de riesgo que pueden promover la expansión de esta infección en un estanque o zona de cría. Entre ellos, encontramos los siguientes:
- Hacinamiento: cuantos más peces estén en estrecho contacto en un medio limitado, más probable será que el virus se transmita de un individuo a otro.
- Temperaturas bajas: como indican investigaciones, el pico de letalidad del virus se alcanza a los 5-10 °C. A partir de los 15 °C pierde capacidad patogénica y a los 22 °C directamente se inactiva. Por ello, un estanque exterior en otoño-invierno tiene muchas más probabilidades de presentar peces infectados.
- Estrés: como en casi todos los animales, las situaciones estresantes disminuyen la capacidad de combate del sistema inmune del individuo. Esto favorece la aparición y el desarrollo de la infección.
Tratamiento
Al estar hablando de una infección vírica, nos tememos que no existe un tratamiento eficaz contra ella. El mejor abordaje es la prevención y, por ello, lo mejor es higienizar las instalaciones de cría lo máximo posible y aportarles a los peces suficiente espacio para que puedan desarrollarse sin estrés ni suciedad.
Por último, es necesario acotar que se están desarrollando vacunas en ambientes laboratoriales para combatir la enfermedad. Si bien estas reportan buenos resultados a nivel inmunológico, presentan ciertas pegas en lo que a monitoreo y administración se refiere. Por ello, aún no están a disposición del público.
Como habrás podido leer en estas líneas, la septicemia hemorrágica en peces es un problema bastante grave en las piscifactorías, debido a la alta tasa de muerte y la fácil transmisión entre individuos. Por suerte, el virus no sobrevive a temperaturas templadas, por lo que su aparición en acuarios es una auténtica rareza.
Bibliografía
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