La percepción del paso del tiempo es solo otro aspecto más de la evolución y la supervivencia, creen los científicos. Existen estudios que sugieren que para una mosca, el mundo parece moverse aproximadamente 7 veces más lento de lo que nos parece a los humanos.
Los animales de cuerpo pequeño con tasas metabólicas rápidas, por ejemplo los colibríes, perciben más información en una unidad de tiempo. Esto significa que experimentan la acción más lentamente que los animales de cuerpo grande con un metabolismo más lento, incluidos los humanos.
¿Cómo se mide la percepción del paso del tiempo?
Tengamos en cuenta que todas las pantallas de televisión, computadora y cine parpadean. Al ojo humano, la luz parpadenate le proporciona la ilusión de imágenes constantes, lo cual se debe a las altas frecuencias en las que estas pantallas operan.
Así es que la percepción relativa del tiempo –única para cada especie– ha sido medida. A esto se le llama “frecuencia de fusión de parpadeo crítico”. Esta frecuencia de fusión es el punto en el que los destellos de luz parecen fusionarse a los ojos del espectador. De este modo, una fuente de luz objetivamente intermitente da la ilusión de ser constante.
La percepción del tiempo en el humano
Cuando llamamos a una puerta, los humanos percibimos una colección de eventos simultáneos, que combinan el sonido, la vista y la sensación táctil. En realidad, la información –en sus diferentes modalidades que proviene de una misma fuente– fluye dentro en el cerebro a lo largo de diferentes vías.
De hecho, la información llega a los centros de procesamiento en diferentes momentos. Por lo tanto, es razonable suponer que el cerebro debe acoplar el control sensorial-motor y el procesamiento de la información para que podamos percibir el “ahora”.
En función de estos hechos, en opinión de los expertos, la interpretación de diferentes modalidades sensoriales que parecen ocurrir simultáneamente requiere un procesamiento de la información propio del cerebro humano. Este proceso es el que nos otorga la representación del tiempo humano.
En el caso de otros animales, la percepción del paso del tiempo estará influida por el manejo que haga su sistema sensorial de la información de posición y velocidad.
El tamaño importa
Las moscas pueden detectar el parpadeo de una luz intermitente hasta cuatro veces más rápido que los humanos. Esto explica cómo las moscas pueden evitar ser aplastadas.
Las moscas perciben nuestro “tiempo” como si sucediera en cámara lenta, lo que le da tiempo suficiente para escapar. Por supuesto, el tiempo pasa realmente a la misma velocidad.
Los ojos de la mosca envían actualizaciones a su cerebro con mucha más frecuencia que los ojos de un humano, y sus procesos mentales son igualmente mucho más rápidos que los nuestros.
La investigación también sugiere que cuanto más pequeño es un animal y más rápido es su tasa metabólica, más lento percibirá el paso del tiempo.
Los animales estudiados cubrieron más de 30 especies, incluyendo roedores, anguilas, lagartijas, pollos, palomas, perros, gatos y tortugas laúd.
La investigación sugiere que en una amplia gama de especies, la percepción del tiempo está directamente relacionada con el tamaño.
Estos estudios ponen de relieve la importancia de la percepción del tiempo en animales. En la naturaleza, la capacidad de percibir el tiempo en escalas muy pequeñas puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Las ventajas de una vía de comunicación secreta
La ecología para un organismo tiene que ver con encontrar un nicho donde pueda tener éxito y que nadie más pueda ocupar.
Es un hecho que el registro auditivo de muchos animales, les permite oír sonidos en espectros en los que el oído humano no opera. De modo similar, es posible que algunos animales puedan explotar para su beneficio las diferencias entre especies en cuanto a la percepción del tiempo.
Por ejemplo, muchas especies –como luciérnagas y animales que habitan aguas profundas– usan luces parpadeantes como señales. Es posible que especies depredadoras más grandes y más lentas puedan ser incapaces de decodificar estas señales.
En caso de que el sistema visual del depredador no sea lo suficientemente rápido, esta comunicación visual puede otorgarle a los señalizadores un canal secreto de comunicación.
Nota final
Aún tenemos mucho que aprender sobre la percepción del paso del tiempo en los animales. Este tipo de estudios sugieren que la percepción del paso del tiempo constituya una dimensión poco explorada, en la cual los animales pueden especializarse.
Se necesita profundizar más en las investigaciones para comprender cómo los animales usan sus habilidades de cámara lenta, es posible que existan aspectos de la vida animal que pueden ser invisibles para nuestros ojos.
Bibliografía
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