¿Qué espacio se necesita para tener un perro grande?

¿Es verdad que un perro grande necesita vivir en un espacio amplio? Te contamos todas las variables que debes tener en cuenta dependiendo del perro que elijas.

Perro jugando en un espacio abierto.

En el momento de adoptar a un perro, muchas personas presentan dudas sobre el espacio necesario para tener un perro grande. Aunque esta sea una cuestión muy importante para la tenencia responsable, existen muchos mitos sobre la relación entre el tamaño del perro y su necesidad de espacio.

Lógicamente, no es cómodo ni sustentable tener un perro San Bernardo en un piso pequeño, por ejemplo. Pero tampoco es cierto que exista una relación lineal o directamente proporcional entre la talla del perro y el espacio que requieren para vivir felices.

A continuación, intentaremos derrumbar este mito sobre el espacio necesario para tener un perro grande.

La necesidad de espacio no depende solo del tamaño

Por lo general, tenemos la tendencia a pensar en la necesidad de espacio que tiene un perro a partir de su tamaño. Es decir, cuanto más grande es el perro, más grande será el espacio que necesitamos para criarlo.

Por supuesto, la lógica y el sentido de responsabilidad deben guiarnos siempre al momento de elegir el perro ideal para nuestro hogar y estilo de vida. El hecho de tener un perro grande, como un terranova o un San Bernardo, hace que necesiten cierto espacio para desarrollarse y moverse con libertad.

Si vivimos en un piso pequeño, lo más conveniente sería elegir a un perro de pequeña o mediana talla. Si por el contrario, vivimos en una casa o en un piso de buenas dimensiones, podemos pensar en tener un perro grande.

No obstante, el espacio que necesita cada perro para vivir feliz y saludable involucra otras variables además de su talla. Por ejemplo, la necesidad de ejercicio físico, la personalidad, y los hábitos tienen un rol central en la determinación de cuánto espacio necesita un animal.

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Border Collie: cuando talla y espacio no caminan juntos

Probablemente, el Border Collie es el mejor ejemplo de que tamaño y espacio no siempre van en proporción. Por ello, lo tomamos como ejemplo para explicarte cómo la personalidad y las necesidades propios de cada perro son aún más importantes que su tamaño.

A pesar de ser un perro mediano y delgado, el Border Collie es hiperactivo y tiene un instinto de pastoreo muy fuerte. Aunque por su talla mediana pudiera vivir en un piso, difícilmente encontraría las condiciones óptimas para su desarrollo en este lugar.

Resulta casi imposible para el tutor de un perro hiperactivo suplir su necesidad de ejercicio físico viviendo en un piso. Para que un Border Collie gaste toda su energía, por ejemplo, serían necesarios de tres a cuatro paseos diarios de casi una hora.

Por todo ello, se recomienda tener perros medianos o grandes con mucha energía en espacios más amplios. Un Border Collie, por ejemplo, suele disfrutar más al vivir en una casa de buenas dimensiones que cuente con espacios abiertos, como un jardín o un patio.

Conocer las necesidades de cada perro es la clave

Cada perro es dueño de una personalidad que, en parte, está relacionada con su linaje y herencia genética. No obstante, la educación y el ambiente proporcionados por los tutores son determinantes para el comportamiento de todo perro.

Por ello, existen canes naturalmente más activos, aventureros y expresivos, mientras otros prefieren ser más reservados, independientes o calmados. Lógicamente, los perros más enérgicos necesitarán contar con un espacio razonable para poder expresarse libremente y gastar su energía.

Imagen de perro con su dueño que demuestra que es posible saber cómo elegir el perro adecuado.

Un can hiperactivo que vive encerrado o experimenta una rutina sedentaria puede tener problemas de comportamiento. Por ello, si queremos tener un mejor amigo activo en un piso, es mejor inclinarse por perros pequeños, como el Yorkshire, el Caniche o un Cocker Spaniel.

Los perros familiares y bonachones, como el Labrador y el Golden Retriever, también suelen vivir muy bien en pisos amplios, siempre que sus tutores se comprometan a realizar paseos diarios y a proporcionarles la debida estimulación a su mente.

Hay que tener en cuenta que la compañía de sus tutores es un aspecto indispensable para que estos animales mantengan un comportamiento equilibrado.

En resumen: cuando decidimos tener un perro grande, debemos fijarnos no solo en su tamaño, sino también en su personalidad y en sus necesidades.

No siempre un perro grande necesita vivir en una mansión para ser feliz. Con el cariño y la dedicación de sus tutores, estos imponentes animales pueden disfrutar de una vida sana y feliz en una casa o en un piso con buenas dimensiones.

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