10 animales que viven en la nieve

Preparados para aguantar las tempestades y el gélido clima al que se exponen, estos animales cuentan con técnicas de camuflaje gracias a las que consiguen el éxito a la hora de cazar.

Zorro rojo

Las zonas nevadas suponen un auténtico desafío en el ámbito de la supervivencia para los seres vivos que habitan en ellas. No solo tienen que soportar un frío fuera de lo normal, sino que deben adaptar su pelaje y características físicas a un entorno blanco y muy difícil de navegar. Por ello, los animales de sangre caliente y más “evolucionados” (endotermos) son los únicos que se aventuran en parajes gélidos.

Aunque no lo creas, estas especies han podido adaptarse muy bien a los climas fríos y a los meses en los que todo se vuelve blanco. En este artículo te contaremos sobre algunos animales que viven en la nieve y sus técnicas para camuflarse en el ambiente. ¡Son asombrosos!

Animales que viven en la nieve: ¿cuál conoces?

Quizás pueda parecer que en un lugar tan inhóspito, con temperaturas por debajo del cero y precipitaciones en forma de copos blancos no es posible que haya vida, sin embargo, hay más animales que viven en la nieve de lo que piensas. Entre ellos destacamos los siguientes.

1. Zorro rojo

El zorro rojo (Vulpes vulpes) es uno de los cánidos más conocidos después del perro y el lobo y vive tanto en Europa como en Asia y América del Norte. Ha sido introducido en Australia y desde hace siglos es considerado un símbolo en las culturas nativas.

El zorro rojo es muy silencioso y cauteloso, caza por las noches y de día se esconde bajo los matorrales o en madrigueras entre las rocas.

Este cánido de bello aspecto se puede hallar en diferentes ecosistemas: tundra, bosque, taiga, meseta, pradera y costas, ya que se adapta muy bien al clima y la flora. En invierno su pelaje puede volverse un poco más claro para camuflarse con la nieve.

Un zorro mirando a cámara.

2. Gato montés

De apariencia similar a un gato doméstico –incluso se han hibridado ejemplares de ambas especies– este mamífero salvaje (Felis silvestris) habita tanto en Europa como en Asia y algunas áreas de África. De pequeño tamaño, pero contextura robusta, el gato montés tiene pelaje atigrado gris, más claro en el vientre y con una buena capa de pelo que le permite andar en la nieve sin problemas.

A excepción de la época de reproducción y cría, el gato montés es un animal solitario, con un territorio propio de 2 km². Puede cazar de día o de noche –se alimenta de aves, anfibios y roedores– y es bastante arisco como para acercarse a las personas, a diferencia de su contraparte doméstica.

Cuando comienza la etapa de celo, los machos buscan hembras fuera de sus ‘límites’ territoriales para reproducirse. Las madres paren a sus cachorros luego de poco más de 3 meses de gestación, en madrigueras o en grietas en las rocas. En una sola camada pueden nacer hasta 8 bebés, los cuales abren los ojos a los 12 días y se independizan a los 4 meses.

Gato montés

3. Tejón

Existen 3 especies de tejones, todas pertenecientes al género Meles, que descienden de ejemplares que vivían en el Plioceno: el de Japón, el de Asia y el de Europa. Este último (Meles meles), también llamado tasugo, es de tamaño pequeño, robusto y algo ‘alargado’, ya que su cuerpo puede medir hasta 80 centímetros de largo (más 20 centímetros de cola) y pesar unos 13 kilos.

El tejón es uno de los animales que viven en la nieve que se ha podido adaptar al ambiente, gracias a sus patas con las que camina rápidamente y no se hunde. Además, su hocico largo y móvil le ayuda a encontrar comida ‘enterrada’ entre la tierra nevada.

Depredador: tejón

4. Liebre de montaña

Se trata de un mamífero de la familia Leporidae –a la que también pertenecen los conejos– que vive en ecosistemas montañosos y polares de Siberia, los Alpes, Polonia, Irlanda y Reino Unido, entre otros. El nombre científico de la especie es Lepus timidus.

Su pelaje cambia según la época del año: en invierno es casi blanco y en verano es marrón o grisáceo con vientre y patas blancas. Esto tiene todo el sentido del mundo, pues debe camuflarse ante los ojos de sus múltiples depredadores. Además, presenta orejas muy largas, patas cortas y cuerpo robusto, vive en madrigueras de poco tamaño y se alimentan de ramas, pasto u hojas.

La liebre europea es uno de los mamíferos más veloces del mundo.

5. Alce

Relacionamos al alce (Alces alces) con Papá Noel y a los lugares nevados, como Finlandia o Escocia. Este mamífero tan icónico es un típico habitante de los bosques nórdicos y llama la atención por su gran cornamenta, solo presente en los ejemplares machos.

Se trata del mayor cérvido del mundo y se ha podido adaptar muy bien al frío: su nariz calienta el aire antes de que ingrese a los pulmones, sus patas fuertes le ayudan a caminar sobre la nieve y su pelaje aumenta la temperatura corporal cuando en el exterior es bajo cero.

Alce: características

6. Leopardo de las nieves

Pocos félidos son tan majestuosos e imponentes como el leopardo de las nieves (Panthera uncia). Este precioso mamífero habita en montañas del Asia central que se expanden en altura hasta los 6000 metros sobre el nivel del mar. No se sabe demasiado sobre él, ya que tiene hábitos esquivos y elige parajes inhóspitos para proliferar.

El pelaje de este felino es grisáceo tirando a blanco. Además, cuenta con una capa de vello protectora muy larga, además de una cola de una longitud excepcional. Usa esta última extremidad para enrollarse sobre ella en forma de ovillo y preservar calor en los momentos más fríos del año.

Por desgracia, esta especie se encuentra en situación vulnerable y es víctima de la caza por parte del ser humano.  

Las curiosidades de los felinos salvajes son muchas.

7. Oso polar

No podemos crear una lista con los animales que viven en la nieve y olvidarnos del oso polar. Este fascinante úrsido (Ursus maritimus) representa a uno de los carnívoros más grandes de toda la Tierra, pues alcanza sin mucho problema longitudes de más de 2 metros de largo y pesos superiores a los 500 kilogramos. Habita en el medio polar y las zonas heladas del hemisferio norte, de ahí su nombre común.

Por desgracia, este enorme superdepredador se encuentra en peligro por una amenaza que no tiene ni dientes ni garras: el cambio climático. El derretimiento de los polos y el aumento de las temperaturas globales suponen un grave problema para este úrsido.

Uno de los animales que viven en la nieve.

8. Zorro ártico

Volvemos a encontrarnos con otro ejemplar del género de los zorros, pero en este caso tiene una capa de pelaje completamente blanca y muy densa durante el invierno. Además, el zorro ártico (Vulpes lagopus) mide entre 30 y 55 centímetros de largo y pesa 3,5 kilos en promedio. Se alimenta sobre todo de mamíferos y aves, siendo su presa predilecta el lemming.

Este mamífero es típico de las tundras de Norteamérica y Eurasia. 

Un zorro ártico cambia el color de su pelaje.

9. Sika

El sika o ciervo sica (Cervus nippon) es una especie nativa de Extremo Oriente, siendo especialmente famosa en Japón. Aunque prolifere bien en climas templados, ha sido introducido en zonas montañosas de Canadá, Reino Unido y Europa gracias a su gran potencial adaptativo. Gran parte de su éxito en zonas frías se debe al denso pelaje que porta.

Un ciervo sika en Japón.

10. Foca arpa

Aunque viva bajo el agua, la foca arpa (Pagophilus groenlandicus) es otro fascinante ejemplo de los animales que viven en la nieve. Este mamífero pinnípedo habita en el Océano Atlántico Norte y el Océano Glacial Ártico, así que es común verlo descansar en zonas heladas y con capas gruesas de nieve mientras no está buscando alimento en el mar.

Esta foca destaca por presentar un color blanco con manchas negras de longitud variable en el resto de su cuerpo. Pasa poco tiempo en tierra, pues dedica gran parte del día a la caza. Se trata de una especie muy social que forma grandes colonias (las cuales son muy ruidosas, por cierto).

Uno de los animales que viven en la nieve.

Como ves, son muchos los animales que viven en la nieve y colonizan ambientes inhóspitos. De todas formas, casi todos ellos comparten una serie de características comunes: cuerpos robustos, pelajes blancos y una capa de pelo aislante gruesa. ¡Para vivir en zonas congeladas hay que estar muy bien preparado!

Bibliografía

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