Los primates pertenecen a uno de los pocos órdenes en los que se ve uso de herramientas; sin embargo, los monos con lanza de Fongoli son un caso especial: esta cultura de chimpancés es muy distinta al resto y, misteriosamente, parecida al ser humano.
La cultura en los animales es una realidad: primates, cetáceos o algunas aves cuentan con comportamientos que se transmiten de generación en generación. Estos los hacen totalmente distintos a otros miembros de su misma especie.
Los monos con lanza de Fongoli
Pero el caso de los monos con lanza de Fongoli es especial. Los grandes simios que habitan esta tierra son los chimpancés, y en ellos se han visto comportamientos que hasta ahora solo habían sido vistos en humanos, y es que no los realizan otros chimpancés.
Fongoli es una región calurosa de Senegal, una sabana que dista mucho de los impenetrables bosques del Congo, donde también habitan los chimpancés. Tal vez por ello esta especie se ha adaptado a un ecosistema muy parecido al que vivieron los primeros humanos a través de una serie de cambios culturales.
Estos chimpancés sorprendieron al mundo cuando se descubrió que usaban armas afiladas para cazar: los monos con lanza de Fongoli cazan gálagos y otros pequeños mamíferos gracias a lanzas que ellos mismos afilan.
Otras diferencias de los monos con lanza de Fongoli
El uso de lanzas en estos chimpancés no es el único mecanismo cultural que los hace distintos a otros chimpancés: su sociedad es más tolerante y tiene una mayor igualdad de género a la hora de cazar. Además, es una sociedad de chimpancés que recurre menos a la fuerza bruta, y en la que los machos corpulentos no siempre son los que gobiernan.
Aunque en Fongoli también hay historias de brutalidad y asesinatos: la historia de Foudouko, un macho alfa considerado un tirano que gobernó durante dos años una de las comunidades de Fongoli. Tras ser derrocado debido a su tiranía y a la brutal paliza que recibió uno de sus mayores aliados, Foudouko se exilió durante cinco años.
Al quinto año volvió a intentar interaccionar con otros miembros del grupo y sumarse a sus actividades, pero esa misma noche Foudouko fue brutalmente asesinado e incluso una hembra practicó el canibalismo sobre él, algo que no se suele ver en grandes simios.
Los cambios que produjo la caza con lanza en Fongoli
Volviendo a los monos con lanza, esta técnica de caza les convierte en la única población no humana la ha utilizado, aunque el uso de herramientas con animales se extiende a más especies. Como ya mencionamos, en la sociedad de Fongoli hay paridad y las hembras protagonizan la mitad de las cacerías, algo que no suele ocurrir en otros grupos.
Probablemente esto se deba a que los monos con lanza son más independientes en la caza que aquellos que se basan únicamente en la fuerza bruta. Un ejemplo son los chimpancés de Gombe, estudiados por Jane Goodall: los machos cazan el 90% de las presas, frente al 70% en Fongoli.
En Fongoli, ni a las hembras ni a los machos de bajo rango se les suele robar el alimento, algo que es bastante común en otras sociedades de chimpancés. Este respeto, unido al uso de lanzas, parece haber despertado en las hembras de Fongoli una costumbre de caza muy desarrollada.
Los monos con lanza y la especie humana
La sabana de Senegal recuerda mucho al hábitat en el que vivieron los primeros humanos, y es que los monos con lanza de Fongoli nos recuerdan nuestro pasado más salvaje.
No solo usan la lanza. Los chimpancés de Fongoli apenas pasan tiempo en las ramas de los árboles, mientras que comienzan a usar mucho más el suelo, algo que también es compatible con la historia evolutiva del ser humano.
Aun así, hay que recordar que no nos debiéramos imaginar las técnicas de caza de estos chimpancés a las vistas en películas. Los monos con lanza introducen palos afilados con fuerza en los dormitorios de los gálagos con la intención de ensartarlos y luego matarlos de un mordisco.
Los monos con lanza, los primeros trogloditas
Pero los chimpancés de Fongoli no recuerdan solamente en esto al ser humano. Las temperaturas y sequedad de Senegal les han obligado a usar un refugio nunca visto en chimpancés: estos animales se meten cuevas, donde la temperatura y humedad son mucho más propicias.
Esto es algo que tampoco se ve en otras especies de chimpancés, y que evidencia lo impresionante que es la cultura en animales: puede hacer a dos miembros de una misma especie tener comportamientos muy distintos, de forma similar a como ocurre en la especie humana.