Entre los tantos fenómenos de la realidad web, encontramos el éxito de los animales domésticos en las redes sociales. En los últimos años, se han multiplicado los perfiles dedicados a las mascotas de celebridades y anónimos de todo el mundo. Aunque las fotos sean realmente encantadoras, ¿somos conscientes de los riesgos de las redes sociales?
Mascotas y redes sociales: una combinación efervescente
Todo empezó cuando algunos dueños exponieron algunas fotos divertidas de sus mascotas en las redes sociales más antiguas. Como resulta fácil imaginar, estas capturas despertaron enorme interés, cariño y simpatía de los usuarios.
Las mascotas se volvieron tan populares que se ganaron sus propios perfiles. Y con la llegada de las redes dedicadas exclusivamente a fotos y vídeos, las cuentas de mascotas no dejaron de crecer. A pesar de ser gestionado por los dueños, toda la información, las fotos y el diseño de los perfiles se dedicaban a nuestros fieles compañeros.
Pero la historia de las mascotas con las redes sociales no termina ahí… El éxito fue tan grande que comenzaron a surgir las primeras redes sociales exclusivas para mascotas. Actualmente, las plataformas de relaciones en línea para animales domésticos son tendencia en todo el mundo.
¿De qué tratan las redes sociales para mascotas?
La propuesta es simple y muy similar a la de las redes sociales para personas. Estas plataformas en línea han sido pensadas para mejorar la vida social de nuestras mascotas. Pero también pueden ser utilizadas para promover campañas de adopción y control reproductivo, además de ayudar en la recuperación de animales perdidos.
Entre las propuestas, encontramos la Animal Social Network, la Dogster y la TvMascotas. Sus plataformas permiten compartir fotos, vídeos, eventos, campañas y todo tipo de noticias relevantes sobre el mundo animal. También hay chats y foros entre los usuarios, para intercambiar curiosidades, informaciones, charlas y ayuda mutua.
Como suele suceder en la web, el impacto de esta propuesta dependerá del uso que será dado por los usuarios. Por un lado, las redes sociales para mascotas pueden ayudar a difundir información y concienciar sobre la tenencia responsable. Pero también debemos estar atentos por los posibles riesgos de las redes sociales para mascotas.
Reconociendo los riesgos de las redes sociales
Los expertos avisan sobre el impacto negativo y contraproducente de las redes sociales para la vida social. Si observamos nuestro día a día, probablemente nos daremos cuenta de que miramos más a los teléfonos que a los ojos.
Muchos de nosotros hablamos todos los días por medio de chats o publicaciones con amigos y familiares; la consecuencia de estas ciber-relaciones es que olvidamos el trato real. Se puede afirmar que las redes sociales pueden alejar de la misma manera que acercan.
Si dejamos que los niños y adolescentes estén en las redes sociales, debemos estar atentos al acoso en línea. Desafortunadamente, muchos acosadores utilizan este medio de comunicación para contactar y persuadir a los menores.
De la misma manera, es importante estar atentos a los riesgos del cyberbullying. La humillación y chantaje en línea son otra cara del tradicional acoso psicológico y emocional que sufren miles de jóvenes. A través de las redes sociales, los adolescentes pueden recibir amenazas, presiones o tener que afrontar la difusión de informaciones falsas.
Por ello, antes de dejar que nuestros jóvenes ingresen a estas redes, es fundamental concienciar sobre sus riesgos. Como padres, maestros, parientes o amigos, debemos ser sensibles para educar y aclarar dudas. Además, no debemos tener vergüenza de buscar ayuda profesional si observamos cambios en su comportamiento o síntomas de depresión.
Redes sociales para mascotas: el peligro de la humanización
Si queremos enfocarnos en los riesgos de las redes sociales para mascotas, debemos hablar del peligroso fenómeno de humanización. Muchas veces vemos a propietarios de animales confundir los cuidados necesarios de sus mascotas con tratarlas como seres humanos.
Cada especie es un mundo y, dentro de este mundo, existen individuos o dueños de una naturaleza propia. Si tratamos un perro o un gato como si fueran bebés, dejamos de respetar sus características singulares y sus necesidades específicas.
Cada animal es un ser único y singular, y debe ser respetado en sus semejanzas y diferencias con la naturaleza humana. Nuestras mascotas no necesitan relacionarse a través de redes sociales, y su vida social debe estar llena de presencia, de cariño real, de paseos diarios, de juegos y juguetes que estimulen sus habilidades cognitivas y emocionales.