Utilizamos el término mangosta para denominar a diversas especies de mamíferos pertenecientes a la familia de los Herpestidae. La especie más famosa seguramente es la suricata, que tuvo enorme éxito entre los niños por su participación en dibujos animados. ¿Cuáles son las características de estos curiosos animales?
Mangosta: características físicas y taxonomía
En la actualidad, se conocen 33 especies de mangostas que componen la familia de los Herpestidae. Estos pequeños mamíferos poseen un cuerpo delgado y alongado, que suele medir entre 30 y 120 centímetros, dependiendo de la especie. Su peso corporal puede variar de 300 gramos hasta 4 kilos, también de acuerdo a la morfología de cada animal.
El pelaje también depende fundamentalmente de la especie de cada individuo. Algunas mangostas cuentan con pelos abundantes y espesos, mientras otras muestran un escaso y fino pelaje. Los colores suelen variar desde grisáceos hasta marrones, y muchos ejemplares exhiben un aspecto atigrado por las franjas oscuras de su piel.
Todas las especies muestran ciertas similitudes físicas, como el hocico afilado y el par de orejas pequeñas y redondeadas. Las patas de las mangostas son cortas y contienen garras potentes y afiladas, que les permiten excavar con mucha facilidad. Además, su cabeza y su cuerpo parecen formar una única pieza, gracias a sus líneas finas con contornos suaves.
Las mangostas poseen un conjunto de receptores que liberan una sustancia que inhibe los efectos tóxicos del veneno de las víboras. Ello permite que sean muy buenas cazadoras de serpientes venenosas, lo que es una habilidad muy destacada de estas especies.
Otra característica peculiar de la mangosta es su importante glándula anal, que desprende una sustancia de fuerte aroma. El animal desprende este olor para marcar territorio y también para llamar la atención durante el periodo de reproducción.
Hábitat de la mangosta
Las mangostas habitan originalmente en toda la península ibérica, en el sur de Europa, en Asia y en el sur de África. Por lo general, se concentran en los bosques y en los pastizales, pero también pueden ser encontradas en terrenos rocosos.
En el siglo XIX, las mangostas fueron introducidas en Hawái, Antillas y Bahamas para combatir los roedores que perjudicaban las plantaciones de caña de azúcar. No obstante, el rápido crecimiento de su población ocasionó un desequilibrio en la fauna local y amenazó la supervivencia de muchas especies autóctonas de estas islas.
Alimentación de las mangostas
Las mangostas son mamíferos carnívoros, cuya dieta incluye insectos, roedores, lagartos, serpientes, aves, lombrices y ranas. En ciertas ocasiones, también pueden consumir carroña y huevos de otros animales para garantizar su aporte de proteína; para complementar su nutrición, suelen ingerir semillas, nueces y algunas frutas.
En estado silvestre, las mangostas suelen cazar cualquier animal que sea menor que ellas, independiente de su especie. Si bien destacan por su habilidad para cazar serpientes venenosas, no suelen consumirlas si hay otros alimentos disponibles.
Infelizmente, esta habilidad de las mangostas suele ser utilizada, en algunos países, para fines de entretenimiento humano. En los mercados asiáticos, por ejemplo, es común ver peleas organizadas entre mangostas y serpientes; es un espectáculo lamentable que pone en riesgo a todas las especies involucradas.
Hábitos de las mangostas
La mangosta es un animal activo durante buena parte del día, desde el nacer del sol hasta la noche. Casi todas las especies son sociables, viven en madrigueras y forman colonias de 10 a 15 individuos; también existen mangostas con hábitos solitarios, que se juntan únicamente para aparearse.
En las colonias, cada mangosta coopera realizando ciertas funciones para permitir la supervivencia de su colectivo. Por lo general, los individuos más jóvenes se encargan juntos de la protección de los cachorros y de los ancianos.
Reproducción de la mangosta
Con la llegada de la primavera, las mangostas se preparan para su periodo de apareamiento. Para atraer a los machos, las hembras emiten un sonido muy característico que se asemeja a una risa; generalmente tienen una camada por año, pero puede aparearse nuevamente si sus crías no logran sobrevivir.
Cada hembra puede parir de tres a cinco crías por camada, las cuales amamantará durante seis semanas; completado el destete, las crías deben aprender a cazar con la orientación de sus madres.
Los machos suelen abandonar el nido cuando las crías completan sus primeros dos meses de vida. Pero las crías pueden llegar a vivir junto a sus madres toda la vida, en la misma madriguera.