Tal vez hayas visto conejos o periquitos de colores extraños a la venta en parques o tiendas. O incluso vídeos e imágenes en internet sobre perros y gatos con peinados ‘divertidos y coloridos’. Si bien puede parece gracioso y llamativo, lo cierto es que teñir a las mascotas –y a cualquier animal– puede tener riesgos para su salud. Entérate por qué en el siguiente artículo.
La tendencia de teñir a las mascotas
Primero fue una moda que comenzó en Tokio y que se expandió a Pekín. Por supuesto no tardó en migrar hacia ciertas capitales como París, Londres y Nueva York. Los perros teñidos salían a la calle y sus dueños disfrutaban de esa forma de llamar la atención.
No importa cuáles son los motivos que llevan a una persona a teñir a su mascota o incluso a comprar un animal cuyo pelaje haya sido ‘cambiado’; lo que sí debería interesarnos son las consecuencias negativas para ellos.
1. Se intoxican
Los tintes que se usan para cambiarle el color del pelo a las mascotas es apto para los seres humanos y no para los animales, ya que contienen ciertas sustancias nocivas que pueden traer problemas irreversibles.
Para empezar, los productos toman contacto con la piel y atraviesan la dermis hacia el interior de su cuerpo. Además, tapan sus poros y no permite que las toxinas se eliminen. Como si todo esto no fuese suficiente, los tóxicos provocan irritación, picor, quemaduras, eccemas y otros problemas dérmicos.
Asimismo, hay otro factor que se debe tener en cuenta: en el caso de los perros y los gatos se lamerán para quitarse la picazón o las molestias que ese producto les provoca… ¡Y los tóxicos pueden llegar a parar su sistema digestivo! Esto puede causarle vómitos, diarrea y muchas veces la muerte.
2. Causan alergia
Si bien en los últimos tiempos se han desarrollado algunos tintes para mascotas, lo cierto es que estos no garantizan que el animal ‘acepte’ el tratamiento estético. Muchos animales son alérgicos a los ingredientes del producto y sufren de la misma manera que si se tratase de un tinte para personas.
No olvides que la piel de tu perro o gato es muy delicada, por eso tampoco puedes ponerle el mismo champú que tú utilizas.
3. Provoca estrés
Si quieres teñir a tu mascota, debes saber que el proceso es mucho más estresante que el baño –en el caso de que no le guste bañarse– y esto puede causar sufrimiento y angustia en el animal.
Mojarle el pelo, pasarle el tinte, dejarle que haga efecto, enjuagarle y secarle quizás lleva una hora… Todo este tiempo estará asustado, nervioso e incluso puede intentar morderte.
4. Altera su comportamiento
Teñir a las mascotas es algo completamente antinatural. Ellos ya cuentan con un pelaje de cierto color y no tienen por qué cambiarlo. Esta modificación puede alterar la conducta del animal cuando sale a la calle; muchos de ellos ni siquiera quieren ir de paseo o levantarse de la cama (algo similar sucede cuando les cortan el pelo en verano).
Si un perro no entra en contacto con otros de su misma especie puede estresarse, estar muy ansioso o tener problemas de conducta. No olvides que la socialización es muy importante desde edades tempranas.
5. Cambia su olor
Más allá de la toxicidad del tinte que, como ya hemos dicho, es algo realmente peligroso, debes tener en cuenta que su aroma particular camuflará el olor del animal. ¡Y no podrá comunicarse!
Por eso, aunque las personas que lo vean por la calle les llame la atención un perro verde, los demás animales le rechazarán y no se acercarán a él. ¡Y no es para nada justo que eso suceda por un capricho del dueño!
6. Lo humaniza
Es otra de las tendencias que desafortunadamente pueden ser malas para tu mascota. Aunque lo quieras mucho, sea tu compañero fiel y esté siempre a tu lado, debes entender que no es una persona, ni mucho menos tu bebé.
El hecho de ‘humanizar’ a los perros y gatos con los actos de los dueños es perjudicial para ellos: no conocen límites, no cumplen reglas, no se relacionan con otras mascotas, etc.