Hay quienes no se conforman con los tradicionales pececitos de colores. Algunos osados consideran incluso la idea de tener a una raya en su pecera. Cuando hablamos de este tipo de especies, nos referimos a los peces cartilaginosos.
Por más llamativa que sea esta tipología de animal marino, no hablamos de algo como tener a una serpiente domesticada. El asunto es mucho más complicado, y los cuidados y advertencias que deben tener los potenciales dueños son significativas.
Para comenzar, ¿qué es un pez cartilaginoso?
Los peces cartilaginosos son aquellos que están sustentados anatómicamente por una estructura de cartílagos. Esto los diferencia de muchos especímenes que constan de esqueletos de hueso.
A estos también se les suele llamar condrictios, denominación proveniente de su nombre científico. Algunas de las especies más conocidas son la raya, el pez espada, el martillo y, por supuesto, el tiburón.
Aun cuando estos animales acuáticos resultan atractivos como mascota, tenerlos es una labor compleja llena de cuidados muy especiales.
El problema del tamaño
Algo que se debe considerar de los condrictios es el tamaño que pueden alcanzar a partir de la adultez. Muchos se confunden porque en edades tempranas sus dimensiones parecen manejables. Añadido a esto, el proceso de crecimiento de estas mascotas puede durar incluso años.
Esta es una realidad que muchos dueños ignoran en un primer momento. Por ello, lo recomendable es comprar un acuario espacioso. Claro que hay especies que son de tamaño moderado, y esto debe ser considerado a la hora de elegir un ejemplar.
Pero el tamaño no es lo único que nos forzará a comprar un acuario bastante espacioso para nuestra mascota cartilaginosa. Otro tema a considerar en este grupo de especies tiene que ver con la ausencia de vejiga natatoria.
Vejiga natatoria: la realidad de los peces cartilaginosos
La vejiga natatoria es un órgano que permite a los peces con huesos flotar por sí solos. El hecho es que los peces cartilaginosos carecen de esta bolsa y, por ende, no pueden flotar sin la necesidad de realizar esfuerzo muscular.
De esta forma, algunas especies como las rayas necesitan mantenerse en movimiento constante para no caer al fondo de la superficie marina. Esto obliga a los dueños a incorporar acuarios extensos para que estos animales puedan moverse constantemente con la debida soltura.
Nos referimos a estructuras costosas que requieren de cuidado, limpieza y conocimientos especializados en ecosistemas marinos. Esto nos lleva a otra conclusión: tener este tipo de mascotas en casa no es una tarea fácil.
Raya de agua dulce: mascota de grandes exigencias
Adoptar una raya como mascota es posible, pero no es un asunto sencillo. Su estancia requiere de un acuario grande debido a que crecen hasta un metro y medio de largo. Su composición física les convierte en animales delicados.
El agua de estas mascotas acuáticas debe permanecer limpia de nitratos, o de lo contrario podrían envenenarse y morir. Además, la misma debe tener unas características propias según la especie que tengamos, así como la temperatura. En torno a los 27 grados centígrados es la cantidad ideal para las de agua dulce.
La ambientación también debe estar bien pensada. El exterior de las rayas es bastante delicado, y algunas plantas, rocas y superficies pueden causar daños que comprometan su salud. Hasta la arena debe cumplir con un requisito indispensable: ser extremadamente fina.
Tener un tiburón requiere de destreza
Mucho más difícil es adoptar a un tiburón, incluso en edades tempranas. En estos casos, el tamaño del estanque debe ser realmente grande. Casi todos los ejemplares son capaces de superar los 4 metros de largo.
El inconveniente en este caso no es solo el mantenimiento del animal, sino los riesgos que corre el ser humano al tener que interactuar. Hay especies que son realmente peligrosas si no se tratan con cautela.
También se debe tener mucho cuidado con la elección de la especie. En este sentido, ejemplares del tiburón toro o león son los más peligrosos. En contraste, los tiburones nodriza son quizás los más seguros y fáciles de mantener.
Peces cartilaginosos: un reto para expertos
Como vemos, tener animales acuáticos cartilaginosos no es tan fácil como tener un perro o un pez dorado. Los cuidados, especificaciones y reglas de mantenimiento deben seguirse al pie de la letra para no poner en peligro la vida del animal.
Por lo general, las personas que optan por estas alternativas marinas tienen conocimientos especializados en biología marina, océanos, etc. Sin embargo, con una buena inversión de dinero, conocimientos y preparación continua, podremos convertirnos en expertos.