¿Los gatos pueden calmar el llanto de un bebé?

Gato durmiendo con un niño

Aunque se cree que el perro es el mejor amigo del hombre, lo cierto es que los gatos también se llevan sus aplausos. En este artículo te contamos cómo hizo un minino para calmar el llanto de un bebé, y cuáles son los beneficios para los niños de tener esta mascota en el hogar.

Calmar el llanto de un bebé, una tarea de gatunos

La llegada de un niño a casa es todo un acontecimiento, no sólo para los padres y familiares, también para las mascotas. Se dice que los gatos son mucho más independientes que los perros, y que no hacen caso a lo que sucede en el hogar, sin embargo, esto no es cierto.

Muchos mininos se han ganado el mote de “niñeras” por ayudar en la crianza de los peques. En internet circula un vídeo muy tierno de un gato que puede calmar el llanto de un bebé. La escena es preciosa. El niño está acostado en su cama y comienza a llorar.

El gato está en brazos de la hermanita del niño y se desespera por acudir en su ayuda. Apenas la pequeña lo suelta, corre y sube a la cama para calmar al bebé. La reacción del pequeño es inmediata, deja de llorar como por arte de magia.

Y lo único que hizo el gato fue quedarse a su lado lo más quieto posible… Carita con carita, demostrándole su amor y que siempre podía confiar en él.

La relación entre los gatos y los bebés (y niños)

Cuando pensamos en la imagen de “familia ideal”, imaginamos a los padres, los hijos y un perro. Sin embargo, un gato también puede ser una mascota perfecta. E incluso mejor en varios aspectos, ya que no requiere tanta atención como un canino. La relación entre los felinos y los niños es más que interesante. Ambos aprenderán del otro y se convertirán en mejores amigos.

Los peques que se han criado en un hogar con un gato desarrollan un gran sentido de la responsabilidad, algo que no es tan fácil de inculcar por los padres a través de tareas y obligaciones. Como sucedía en el vídeo del gato que podía calmar el llanto de un bebé, también el animal ayuda a tranquilizar a los niños en cualquier situación.

Y eso no es todo, ya que, además, si nuestros hijos crecen al lado de un minino, tendrán menos alergias de mayores. Estar en contacto con el pelo del animal refuerza su sistema inmunitario. Para que esta relación niño-gato sea perfecta, la mascota debe cumplir con algunas características:

Tolerar ruidos fuertes

Los gatunos asustadizos o nerviosos puede que lo pasen muy mal cuando hay pequeños en casa.

No ser territorial

Si los niños se meten en su espacio íntimo (como por ejemplo la cama o el arenero), puede haber problemas, a menos que el gato sea permisivo.

Ser cariñoso

Esto quiere decir que no sólo permita que la familia lo mime y bese, sino que también busque el cariño de sus dueños.

Ser sociable

Los gatos solitarios e independientes hacen su vida “aparte”, y no prestan atención a los niños. Por ello es fundamental que el felino sea sociable y amigable.

Consejos para tener niños y gatos en casa

Es muy importante que todos respeten los espacios de cada uno. Esto significa, por ejemplo, que los peques no pueden husmear en la cama del animal, y tampoco el gato puede subir a la cama de los niños (a menos que esto sea permitido).

Enseña a tus hijos que si la mascota está durmiendo o comiendo, no debe molestarla. Lo mismo cuando está asustado, nervioso o enfermo. Explícales cuáles son los mejores lugares para acariciar al gato: cabeza, lomo y barbilla. También deben saber cuáles son los hábitos que no pueden llevar a cabo (como por ejemplo tirarles de la cola o de los bigotes).

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