El búho chico es un ave rapaz que se caracteriza por presentar un rostro interesante, aunque resguarda varios aspectos curiosos más sobre su biología. Se le puede encontrar en gran parte del hemisferio norte del planeta, como en América, Europa, Rusia e incluso Japón.
El nombre científico de esta especie es Asio otus. Pertenece al orden de los estrigiformes, un grupo conocido por integrar aves nocturnas como los búhos o los tecolotes. Sigue leyendo este espacio y descubre algunos aspectos curiosos sobre el búho chico.
¿Cómo es el búho chico?
Contrario a lo que menciona su nombre, el búho chico es un ave de tamaño mediano que mide en promedio 35 centímetros de largo, con una envergadura máxima de 100 centímetros. Su plumaje es denso y suele aglomerarse más en la cabeza, lo que la hace lucir cuadrada y forma dos mechones o flecos que parecen orejas.
En cuanto a su coloración, esta ave exhibe una combinación de plumas negras, marrón y café. Estas conforman un patrón variado que asemeja un poco a la corteza de los árboles. Dicho camuflaje le sirve para pasar desapercibido mientras descansa sobre los pinos de su entorno.
Esta especie tiene hábitos nocturnos y no se le suele localizar con facilidad durante el día. Por esta razón, aunque exhibe una apariencia única y es muy conocida en varias partes del mundo, todavía se desconocen varios datos sobre su historia natural.
Datos poco conocidos del búho chico
El búho chico es una especie impresionante y con coloraciones interesantes, pero aún resguarda ciertos aspectos curiosos sobre su biología. Conoce algunos de ellos a continuación.
1. No tiene orejas alargadas
Los flecos alargados en la parte superior de la cabeza del búho chico no son orejas, sino plumas largas que sobresalen un poco. A pesar de que parezca extraño, los canales auditivos se encuentran escondidos a cada lado del cráneo, pero el plumaje es tan denso que no son tan perceptibles.
2. Fingen ser parte de los árboles
Cuando aparece algún depredador, el búho chico alarga su cuerpo, comprime sus plumas y se queda inmóvil para hacerse pasar como parte del árbol. Si bien es cierto que la coloración de su cuerpo es importante en estos escenarios, los ejemplares también adaptan su comportamiento para aumentar su tasa de supervivencia.
3. Son nómadas
Los ejemplares de esta especie se desplazan con frecuencia por varias áreas dentro de su distribución natural. Estos movimientos son cortos y están marcados por la abundancia o escasez de alimentos, por lo que no suelen ser tomados como migraciones. Debido a esto, se les considera aves nómadas que buscan de manera constante territorios aptos para su supervivencia.
4. Es capaz de mover sus orejas (flequillos)
Aunque las plumas que sobresalen de su cabeza no tienen una función auditiva, son necesarias para el lenguaje corporal del búho chico. De hecho, estos flequillos tienen cierta movilidad y pueden cambiar el aspecto general del ave, lo que le sirve para demostrar su estado de ánimo o para lucir más atemorizante.
5. Rara vez construyen su propio nido
Es posible que suene raro e imposible, pero los búhos chicos rara vez construyen su propio nido desde cero. Esto se debe a que la mayoría reutiliza los nidos que dejan otras especies de aves, pues así se ahorran tiempo y pueden enfocarse en la crianza. Por supuesto, en caso de que no encuentren uno adecuado, tienen la habilidad para fabricarlo.
Como te puedes dar cuenta, el búho chico es un ave interesante que esconde bastantes aspectos curiosos sobre su biología. No obstante, su conducta evasiva y su excelente camuflaje ocasionan que sea difícil estudiarlo, de manera que aún existen varias incógnitas de su vida sin resolver. Así que solo queda esperar a que las investigaciones sigan su curso y que en el futuro se descubran más cosas sobre esta especie.
Bibliografía
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