Gastrinoma en gatos: causas, síntomas y tratamientos

El gastrinoma no es un padecimiento único de los gatos, pues también se puede encontrar en perros e incluso en humanos. Aun así, la cantidad de pacientes felinos que presentan este tipo de tumores es mínima.

Un ejemplo del gastrinoma en gatos.

El gastrinoma, también conocido como síndrome Zollinger-Ellison, es un tumor que ocasiona diversos problemas gástricos en los gatos. Dicha enfermedad provoca un fenómeno denominado hipergastrinemia (incremento del ácido estomacal), el cual desemboca en gastritis, dolor abdominal y vómitos continuos.

Ante cualquier síntoma gastrointestinal en tu mascota debes ponerte en manos de profesionales, pues solo ellos sabrán realizar el diagnóstico adecuado. Si quieres conocer un poco más sobre la enfermedad, sus síntomas y su tratamiento, continúa leyendo este artículo.

¿Qué es el gastrinoma?

El gastrinoma es un tipo de tumor que se localiza en el páncreas o el duodeno. Este padecimiento afecta de forma directa a la producción de gastrina, la proteína encargada de regular la secreción del ácido estomacal. Debido a ello, las mascotas que presentan esta condición suelen tener diversos síntomas derivados de una gran acidez en el estómago.

A pesar de lo peligrosa que puede llegar a resultar, esta afección es bastante rara en las mascotas. De hecho, hasta el 2016 solo existían 6 casos de felinos con gastrinoma documentados a nivel clínico, por lo que no se considera una enfermedad importante en la medicina veterinaria. Aun así no bajes la guardia, pues este tipo de tumor puede resultar fatal para los gatos.

La nocardiosis en gatos es muy peligrosa.

¿Cuáles son las causas del gastrinoma en los gatos?

El gastrinoma es ocasionado por un crecimiento anormal de las células en el entorno pancreático o duodenal, lo cual genera los tumores en los órganos del gato. Las razones detrás de la formación de estos cúmulos de células son desconocidas, puesto que pueden ser ocasionados por factores hereditarios, físicos, químicos o biológicos.

Este desconocimiento se debe a que el padecimiento es bastante raro, por lo que no se ha podido estudiar a fondo. Aun así, se han desarrollado tratamientos y cirugías para lidiar con esta enfermedad. Gracias a esto se puede contrarrestar el avance y los síntomas que se generan, con lo que se incrementa la calidad de vida de los pocos gatos que se ven afectados.

¿El gastrinoma es un tipo de cáncer?

Por lo general, los términos como cáncer y tumor suelen ser utilizados como sinónimos. La diferencia entre los dos radica en su clasificación como benignos o malignos, lo cual hace referencia a la capacidad que tienen para invadir otros tejidos. Los tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). El cáncer es en realidad un tipo de tumor que siempre es maligno.

Por su parte, el gastrinoma se define como un tipo de tumor que puede o no ser considerado como cáncer al uso. De hecho, según un artículo publicado en Journal of Feline Medicine and Surgery Open Reports, el 70 % de los gatos que tienen un gastrinoma presentan metástasis en el momento del diagnóstico.

La malignidad de un tumor depende de su capacidad para provocar una metástasis. 

¿Cómo sé si mi gato tiene un gastrinoma?

El médico veterinario es el único capacitado para diagnosticar el gastrinoma, por lo que ante cualquier sospecha acude de inmediato a él. Sin embargo, es cierto que existen ciertos síntomas que permiten intuir que algo no va bien en el animal. A continuación te listamos algunas de las señales más habituales de este padecimiento:

  • Gastritis crónica: ocasionada por el aumento de la acidez estomacal.
  • Diarrea: suele ser constante y puede llegar a contener algo de sangre.
  • Perdida de interés por la comida: los malestares interfieren con el apetito de la mascota, por lo que rehúye de la comida y deja de alimentarse.
  • Dolor: suele ser constante, lo cual puede ocasionar algunos quejidos por parte del felino.
  • Letargia: esto se ocasiona por la desnutrición y la pérdida de agua, lo que deriva en un comportamiento menos activo, cansancio o negación a moverse.
  • Vómitos: provocados por la acidez e inestabilidad del estómago, suelen ocurrir justo después de ingerir algún alimento.
  • Ulceras estomacales: este término se refiere a heridas dentro del estómago que se propician por la cantidad de ácido que existe en el órgano. En el peor de los casos, estas heridas pueden complicarse y provocar perforaciones, hemorragias y obstrucciones.

Como te podrás dar cuenta, la mayor parte de estos síntomas pueden aparecer de manera natural, por lo que su presencia no indica la existencia de un gastrinoma. Aun así, en cuanto detectes alguno de ellos acude a un profesional de la salud animal. Recuerda que las mascotas dependen por completo de sus tutores y hay que darles la atención que se merecen.

¿Cómo se diagnostica el gastrinoma?

Para el diagnóstico, el médico veterinario procederá a tomar muestras sanguíneas del felino con el objetivo de analizar la cantidad de gastrina en la sangre. En el caso de que los niveles salgan elevados, el profesional podría recomendar una tomografía computarizada para detectar el tumor.

También se puede hacer uso de otras pruebas como la ecografía, la arteriografía o la endoscopia.

Una vez se confirma la presencia del tumor en el páncreas o el duodeno, se te indicará cuál es la gravedad y si este es maligno o benigno. Asimismo, te comentarán información sobre los tratamientos disponibles, los cuales dependen por completo del avance e invasión de la masa tumoral.

¿Qué tratamientos existen para el gastrinoma?

El tratamiento para el gastrinoma de los gatos consiste en reducir el ácido gástrico que se produce, pues este es el responsable de la mayor parte de los síntomas. Para esto, los profesionales pueden sugerir el uso de fármacos que protejan el estómago, como la cimetidina. Esto solo combate las consecuencias de la enfermedad, pues no se ataca la presencia del tumor.

También existe la posibilidad de que tu mascota sea intervenida para remover el tumor. Sin embargo, dicho procedimiento solo puede ser propuesto por el veterinario, puesto que deben tomarse en cuenta la gravedad, el nivel de invasión y la salud del gato. Además, dicha intervención no garantiza que el felino se cure por completo, puesto que existe riesgo de recaída.

A pesar de que se elimine o se remueva por completo la masa de células, está la posibilidad de que vuelva a formarse de nuevo. Por si fuera poco, este proceso podría provocar la metástasis del tumor, lo cual indica que existe cierto riesgo para el felino. Si bien una operación quirúrgica a veces es la solución al problema, también puede ocasionar que se agrave la situación.

El granuloma eosinofílico en gatos requiere tratamiento especializado.

El gastrinoma puede constituir un grave problema para los gatos, por lo que hay que poner atención a todo signo de alerta. Ante cualquier duda, acude de inmediato a un veterinario para que pueda asesorarte de la mejor manera. Recuerda que solo un profesional puede darte el diagnóstico y el tratamiento oportuno.

Bibliografía

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