Los escorpiones, también llamados alacranes, aparecieron por primera vez hace unos 5 millones de años en la Tierra. Sin embargo, no han cambiado mucho desde entonces, lo cual indica que sus características fueron suficientes para sobrevivir hasta ahora. Aunque no lo parezca, lo que comen y la manera en la que cazan son también parte de la estrategia de supervivencia de los escorpiones o alacranes.
A simple vista, estos artrópodos no tienen mucho que decir sobre su dieta, pues se suele pasar por alto su gran cola venenosa que portan, capaz de inmovilizar hasta a un humano. Si tienes duda sobre qué es lo que comen (o son capaces de comer) los alacranes y escorpiones, no dejes de leer este artículo.
¿Quiénes son los escorpiones y alacranes?
Los escorpiones son artrópodos que se distinguen por su cuerpo alargado, por la presencia de una cola que inyecta veneno y por sus grandes tenazas. Dichos organismos pertenecen al grupo de los arácnidos, junto a las arañas, los ácaros y las tarántulas. Además, son unos de los invertebrados más problemáticos para los humanos debido a las toxinas que producen.
De hecho, los términos “alacrán” y “escorpión” son en realidad sinónimos para este mismo tipo de invertebrados. Ambas palabras son más un regionalismo que una diferencia a nivel taxonómico. Aun así, por coincidencia se les suelen denominar alacranes a los individuos de especies más pequeñas, aunque existen ciertas excepciones a esto.
Como podrás darte cuenta, estos artrópodos son maquinas peligrosas para presas y depredadores por igual. Por esta razón, su dieta puede ser muy variada e incluso contener a algunas especies de su mismo grupo dentro del menú. Los venenos que poseen son una gran herramienta a la hora de cazar presas inimaginables.
El metasoma del escorpión (su cola) contiene un telson que termina en un aguijón. Este se comunica de forma directa con las glándulas productoras de veneno.
¿Qué comen los alacranes o escorpiones?
De manera general, los escorpiones son carnívoros y están especializados en cazar insectos y otros invertebrados. Por esta razón, es común verlos caminar por la vegetación o estar inmóviles para atrapar a algún apetitoso artrópodo. En la siguiente lista, se recopilan algunas de las presas más habituales de estos arácnidos:
- Arañas
- Grillos
- Escarabajos
- Hormigas
- Avispas
- Saltamontes
- Termitas
- Lagartijas
- Roedores pequeños
- Lombrices
- Caracoles
- Moscas
- Abejas
- Renacuajos
- Serpientes
- Otros escorpiones y alacranes
Para devorar a sus presas, los escorpiones pueden darse el festín en el momento de la captura o esperar hasta llegar a un escondite. Por lo común inmovilizan a su víctima con su veneno y la devoran comenzando con su cabeza. Asimismo, no mastican su comida, sino que utilizan una digestión externa parecida a la de las arañas.
Los escorpiones expulsan enzimas para licuar su comida y luego la sorben por medio de su boca. Sus pedipalpos y quelíceros les ayudan a despiezar a la presa.
Las víctimas que puede cazar cada especie son muy diferentes, pues depende mucho del tamaño y de la capacidad venenosa del escorpión. De todas formas, todos ocupan de manera principal sus tenazas y su cola para cazar: mientras sostienen a la presa, el veneno termina de matarla. Cuanto más grande sea la cola del ejemplar, más peligroso se cree que será a nivel de toxinas que produce.
Cazadores pacientes
Un cazador no solo se ayuda de sus herramientas, sino también de sus estrategias. Los escorpiones siguen esa misma premisa, puesto que sus víctimas son seres mucho más agiles que ellos. Para ello, exhiben un comportamiento del tipo “sentarse y esperar” (sit and wait), en el cual se esconden sigilosamente para atacar por sorpresa a su presa.
Los escorpiones tienen un metabolismo muy lento y pueden pasar hasta años sin comer. Por ello, son incapaces de correr o perseguir a sus presas de forma activa. Al ser ectotermos, carecen de capacidad para producir calor propio y dependen al 100 % de las condiciones ambientales.
Es fácil pensar que los escorpiones se ayudan de sus ojos para cazar, pero estos últimos no son tan buenos para distinguir imágenes. De hecho, en su mayoría solo detectan sombras e intensidades de luz, por lo que tienen que valerse de otros sentidos. Además, su cuerpo también presenta pequeños cabellos que les permiten sentir las vibraciones del aire y del suelo.
Por si fuera poco, las adaptaciones físicas que tiene el escorpión para cazar incluyen una especie de “peine” en su vientre, que sirve como quimiorreceptor. Este rasgo no es más que un sentido extra que le permite detectar olores en forma de partículas sobre el suelo. Esto último significa que es capaz de “oler” a sus presas por medio de estas estructuras, ayudándole a olfatearlas y seguirles la pista.
¿Los alacranes y escorpiones se pueden comer entre sí?
Las especies de este grupo suelen ser competitivas y agresivas, lo que provoca que tengan batallas con otros ejemplares de la misma o diferentes especies. Por esta razón, si tienen la oportunidad se comerán a otros alacranes o escorpiones. Suena drástico, pero se podría decir que es una manera de aprovechar los conflictos en su beneficio y que sus combates no sean solo un desperdicio de energía.
Aunado a esto, existen algunas especies que pueden devorarse al finalizar su reproducción o incluso alimentarse de sus propias crías. Este comportamiento de canibalismo no es otra cosa que un medio para optimizar sus recursos y sobrevivir cuando escasean.
Los escorpiones o alacranes tienen una forma compleja de alimentarse, puesto que están bien preparados para hacerle frente a su medio. A pesar de ser seres muy peligrosos (y que son capaces de hasta provocar la muerte) siguen siendo parte fundamental del ecosistema. Los depredadores como ellos son reguladores del equilibrio ambiental, no una amenaza que deba ser erradicada.
Bibliografía
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