Resonancia magnética en mascotas

Existen muchos métodos diagnósticos que permiten a médicos y veterinarios detectar una patología en un ser vivo. La resonancia magnética es, quizás, uno de los más importantes.

La resonancia magnética en mascotas es esencial para el diagnóstico de enfermedades.

Existen diversos métodos con los cuales los médicos veterinarios logran apoyarse en su profesión. Estas técnicas tienen el objetivo de facilitar el diagnóstico definitivo en los diversos casos clínicos que se presentan a consulta. Sin duda, la resonancia magnética (RM) es uno de los más importantes.

La RM una herramienta moderna que se ha ido popularizando desde hace pocos años, durante los cuales se han observado los excelentes aportes que trae consigo en el área clínica veterinaria. Te invitamos que sigas leyendo y descubras cómo funciona la resonancia magnética en el diagnóstico de tus mascotas.

¿Qué es la resonancia magnética (RM)?

La RM es una técnica diagnóstica basada en el uso de campos magnéticos y ondas de radiofrecuencia en forma de pulsos, en donde se obtienen imágenes muy nítidas de las partes del cuerpo que se han analizado. Además, permite observar el interior de los tejidos, lo que facilita mucho el diagnóstico de las mascotas y humanos enfermos.

Dentro de las ventajas de la resonancia magnética, resaltan las siguientes:

  • Gracias al uso de cortes tomográficos, no hay una superposición de estructuras.
  • Al contrario de los rayos X y la tomografía axial computarizada, la RM no utiliza radiación ionizante, por lo que se considera una alternativa diagnóstica inocua.
  • Produce imágenes en 2 y 3 dimensiones en cualquier plano, sin necesidad de recolocar o mover al animal. Así, se evita provocar alguna lesión en el paciente y se obtiene una mejor resolución espacial.
  • No es invasiva ni traumática.
  • Aporta información morfológica y funcional.
  • Permite observar a detalle la composición de las lesiones y realiza un excelente contraste con los tejidos blandos.
  • No causa dolor en el paciente.

La resonancia magnética y la medicina veterinaria

Aunque los inicios de la resonancia magnética datan del año 1946, su popularidad en la medicina es relativamente nueva. Es una técnica que no conoce razas ni especies y ha logrado promover un importante desarrollo en el campo médico y quirúrgico de pequeños seres vivos, desde animales de compañía hasta fauna silvestre.

Las principales áreas de aplicación en las que se utiliza la resonancia magnética como método diagnóstico son las siguientes:

  1. Lesiones en el sistema nervioso central y periférico.
  2. Lesiones musculoesqueléticas y articulares, de tejidos blandos —como ligamentos y tendones—.
  3. Heridas en zonas viscerales —en abdomen y tórax—.
  4. Presencia de cuerpos extraños y enfermedades vasculares.

Una resonancia magnética puede aplicarse para el estudio de prácticamente todo el cuerpo.

Un perro blanco enfermo en el veterinario, un ejemplo de neosporosis canina.

¿Cómo se prepara a la mascota para una resonancia magnética?

La resonancia magnética no pone en riesgo la salud del animal. Sin embargo, es importante considerar algunos aspectos antes, durante y después de realizarse el estudio.

La prueba tiene una duración promedio de entre 30 y 90 minutos, tiempo durante el cual el animal tiene que permanecer inmóvil, con el fin de obtener imágenes de calidad. Por tal motivo, es necesaria la administración de anestésicos o, en algunos casos, tranquilizantes.

La decisión dependerá de las condiciones individuales de cada paciente. Para tomar un camino, el animal será sometido a una evaluación física y nerviosa general, siempre con hincapié especial en un análisis preanestésico de rutina, con el fin de determinar el protocolo anestésico ideal para él.

Una vez dentro de la sala, se posiciona a la mascota en una mesa de exploración adaptada a ella. A continuación, se coloca una bobina alrededor de la zona que se va a examinar, que tiene la función de captar las ondas de radio. Finalmente, se introduce al ser vivo en el túnel magnético.

El equipo de resonancia magnética tiene físicamente una similitud con el empleado en la tomografía axial computarizada: mide 1,5 metros de largo y está abierto por ambos extremos.

En algunos pacientes, es necesario administrar vía intravenosa un medio de contraste paramagnético llamado gadolinio, que modifica el campo magnético y cambia la intensidad de la señal. Esto le permite al veterinario visualizar mejor las lesiones y estructuras.

¿Existen complicaciones durante una resonancia magnética?

Dado que el animal será sometido a un potente campo magnético —que provocará un intenso nivel sonoro dentro de la sala—, es recomendable poner algodón en los oídos de la mascota. Incluso, se puede emplear un casco protector especial.

Por otro lado, si tu mascota lleva consigo alguna pieza metálica en el cuerpo —como tornillos, prótesis, grapas, placas, microchip o marcapasos—, es importante que se lo notifiques al médico veterinario.

Todos los metales generan interacciones con las señales magnéticas, lo cual provoca alteraciones en las imágenes que se obtienen. En algunos casos, los metales suelen llegar a calentarse tanto por acción de la fuerza magnética que pueden provocar quemaduras secundarias en el animal.

Como en cualquier otra intervención en la que se utilicen anestésicos, existe un riesgo de complicación durante el proceso, tal como una falla cardiaca o una reacción al fármaco administrado. Es por ello que los exámenes preanestésicos son tan importantes para la salud del paciente.

Un perro con enfermedad renal poliquística.

Aunque estamos hablando de una prueba cuyo precio puede ser un poco elevado, el principal beneficio que puedes obtener de la resonancia magnética es la reducción de tiempo entre el diagnóstico y tratamiento de tu mascota, lo que se traduce en una recuperación y sanación del dolor más rápida.

En temas de salud, toda inversión merece la pena.

Bibliografía

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