9 curiosidades de las ardillas

Entre los roedores más conocidos se encuentran las ardillas, pertenecientes a la familia Sciuridae y que se caracterizan por su peculiar cola y rapidez. Aunque son muchas en diversidad y algunas películas muestran sus curiosidades, hay varios datos que podrías desconocer sobre ellas.

Las ardillas están divididas en más de 200 especies de 3 tipos: arborícolas, terrestres y voladoras. Estos animales tienen presencia en casi todo el mundo en cualquier ecosistema con vegetación, a excepción de los continentes de Australia y la Antártida. A continuación, encontrarás 9 curiosidades de las ardillas que quizá desconocías.

1. Ladronas de comida

Una de las características más conocidas de las ardillas es que son muy buenas aprovechándose del alimento de otros. Destinan gran parte de su rutina a buscar comida de otras ardillas o pájaros, conducta que se conoce como cleptoparasitismo. Su comida preferida son los granos secos, como las nueces y avellanas, aunque también consumen semillas y frutas.

Por lo general, las ardillas arborícolas tienen hábitos diurnos y algunas especies tropicales solo bajan a la tierra por alimento. Otras, por su parte, solo se mueven entre los árboles para conseguir alimento.

Sin embargo, la creencia de que estos roedores solo se alimentan de esta clase de comida es errónea. Las ardillas son omnívoras, por lo que no debe sorprenderte si algún día ves a un ejemplar consumiendo huevos de aves, caracoles o insectos. Otra curiosidad es que —al igual que los demás roedores— las ardillas no pueden vomitar o eructar.

Para buscar el alimento, estos mamíferos cuentan con un poderoso sistema de olfato, que les facilita la tarea de encontrar frutos secos enterrados. También se apoyan en su memoria y su sentido de la vista para comprender en qué partes del suelo podrían tener más probabilidades de hallar alimento.

2. Tamaños diversos

Aunque la mayoría de las ardillas que hayas visto sean pequeñas, existen algunas especies que son más grandes de lo que puedes imaginar. El extremo del pequeño tamaño es el caso de la ardilla pigmea africana (Myosciurus pumilio), que tiene un porte entre los 7 y 13 centímetros de largo.

En el otro punto está la ardilla gigante india (Ratufa indica), que puede llegar a medir casi 1 metro de largo, lo que la convierte en la ardilla más grande del planeta.

3. Dientes en crecimiento

Por otro lado, en cuanto a partes del cuerpo se refiere, los 4 dientes particulares frontales de las ardillas crecen casi 15 centímetros cada año. Esto les permite que sus incisivos no se desgasten con el incesante mordisqueo con el que roen las nueces y demás alimentos.

4. Patas articuladas

Asimismo, sus patas traseras le brindan a la ardilla una doble articulación, lo cual le facilita el movimiento entre los árboles. Sin importar la gravedad, sus tobillos pueden girar 180 grados, así que sus patas traseras quedan hacia atrás y se aferran a la corteza de los troncos y árboles. Este mecanismo es el que ayuda a que corra rápidamente hacia arriba o hacia abajo.

5. Cola multiusos

La cola, por su parte, les permite a estos roedores cubrirse de la lluvia y del frío en invierno, así conservan mejor su temperatura corporal. Al igual que los perros, esta extremidad les ayuda a equilibrarse. Un dato particular es que se ha evidenciado que también usan su cola para alertar a otras ardillas del peligro, moviéndola en determinadas formas que comunican la alerta.

6. Inteligencia superior

Otra de las curiosidades de las ardillas es que aprenden bastante rápido en comparación a otros roedores. Varios estudios demostraron que pueden ajustar su comportamiento para ser más eficientes en el desarrollo de cierta tarea, como la búsqueda de alimento. Asimismo, se encontró en otra investigación que las ardillas pueden mentir.

Si una ardilla siente que está siendo observada por otras, suele cavar un agujero falso para despistarlas y finge depositar el alimento en este lugar. Sin embargo, antes de cavar, se introduce la comida en su boca y posteriormente la entierra en otro sitio diferente.

7. En Japón existe un jardín de ardillas

Estos peculiares roedores son tan tiernos que en Japón tienen varios jardines para que vivan tranquilas y a gusto, como es el caso del Parque de las Ardillas de Machida.  De hecho, los turistas pueden acercarse y acariciarlas -con la protección necesaria- como si se tratara de un zoológico.

8. Transmiten enfermedades

A pesar de que tienen un aspecto tranquilo y tierno, las ardillas también son un reservorio natural y un foco de infección de diversas patologías. Algunas de las enfermedades más importantes que pueden transmitir estos animales son: la peste bubónica, el tétanos y la tularemia.

9. Nacen ciegas

El periodo de gestación de las ardillas es de 29 a 65 días, y, posterior a ello, la madre amamanta y cuida a la prole en su madriguera, que puede estar en los árboles huecos o en la tierra —dependiendo de la especie—. Como la mayoría de mamíferos, con el paso del tiempo las crías van abriendo los ojos hasta lograr tener una visión periférica aguda y focal.

Su rango de visión les permite a las ardillas observar sobre ellas y a los lados sin mover la cabeza.

Otras curiosidades de las ardillas

A continuación, te presentamos algunas otras curiosidades sobre estos simpáticos mamíferos que no te dejarán indiferente:

1. Cuando una ardilla pequeña es abandonada o se pierde, una hembra adopta a la cria en sus familias.
2. Algunas ardillas pueden domesticarse sin mayor problema, aunque su comportamiento de roedor no cesará. ¡Cuidado con tus cables!
3. Estos roedores pueden presentar obesidad por elección durante el invierno, para ganar peso y sobrevivir durante esta época.
4. Las ardillas voladoras pueden planear hasta 48 metros, gracias a una membrana muscular que se encuentra entre las patas y el cuerpo. Esta estructura se denomina patagio.

Como pudiste apreciar, existen muchas curiosidades de las ardillas que no son tan conocidas. Su valor ecológico es muy amplio —gracias a la dispersión de semillas— aunque, paradójicamente, como muchos otros roedores son portadoras de enfermedades.

La mejor recomendación es acudir a un veterinario antes de adoptar o comprar una ardilla para conocer sus cuidados y crianza. Recuerda que estos animales son muy activos y requieren una enorme cantidad de enriquecimiento ambiental, algo difícil de lograr en un apartamento sin patio.