La agresividad en perros es un problema frecuente, sobre todo en aquellos que de cachorros no han tenido una buena socialización o algo les ha traumatizado. Sin embargo, es posible reeducar a un perro agresivo si identificamos la raíz del problema y acudimos al profesional adecuado.
¿Qué es la agresividad en perros?
La agresividad es la tendencia a actuar o responder violentamente. Esta conducta se da en cualquier especie animal ante una situación amenazante, como respuesta al miedo. Hasta cierto punto, una pequeña cantidad de agresividad es algo natural en un animal para sobrevivir en el medio.
Cuando la agresividad forma parte de la vida cotidiana del perro y afecta en situaciones normales, el animal tiene un problema de agresividad.
La agresividad es un tipo de conducta disruptiva. Es decir, es aquella conducta que no permite el desarrollo normal de la vida del perro ni de las personas que habitan con él. Otras conductas disruptivas son las malas habilidades sociales, el miedo, los juegos inadecuados o la mala gestión del estrés.
Un perro agresivo puede llegar a atacarse a sí mismo, a otros animales, a personas ajenas o incluso a las personas con las que convive.
Causas y tipos de agresividad
La agresividad puede tener distintos orígenes según el individuo. Hallar la causa es muy importante, el comienzo para reeducar a un perro agresivo.
- Causas orgánicas. Dolor, problemas del sistema nervioso o problemas fisiológicos.
- Miedo.
- Jerarquía.
- Evitación. La indefensión aprendida o la ira por frustración surgen cuando el animal intenta evitar una situación de la que no consigue huir.
- Territorial.
- Materna. Por la defensa de las crías.
- Protección de recursos.
- Redirigida. La agresión acaba yendo a otro individuo que no participaba en el conflicto.
- Predatoria. Son reacciones instintivas de caza, muy presentes en algunos perros.
- Idiopática. Sin causas claras, la agresividad no se atribuye a un antecedente claro. Son perros que saltan por casi todo; si se profundiza en el caso, acaba encontrándose la causa, pero no es un tipo de agresividad muy frecuente.
- Inducida por el juego.
- Intraespecífica. Dirigida a perros con los que convive o a otros perros.
El estrés es un precursor muy fuerte en la agresividad canina: un perro con mucho estrés acumulado por su forma de vida, la falta de estímulos o enriquecimiento ambiental, o un can que no sepa como gestionar estas situaciones, puede llegar a ser agresivo.
¿Cómo reeducar a un perro agresivo?
Como la misma palabra indica, eliminar la agresividad consiste en la ‘educación’. Es necesario educar a un perro para que pueda disfrutar de todas las situaciones que le presenta su entorno. Por tanto, un perro agresivo necesita un educador profesional, no adiestramiento.
Las técnicas de reeducación canina pueden ser peligrosas si las practica una persona sin conocimientos en la materia. Lo mejor es acudir a un profesional que encuentre la técnica que mejor se adapte al perro.
Existen distintas técnicas para reeducar a un perro agresivo, para lo cual hay que partir siempre de la observación y la comunicación con el can. Estas son algunas de ellas:
- Terapia de reducción de estrés. Es la que más trabajo requiere, pero reducimos la ansiedad del perro en distintas situaciones. Por ejemplo, utilizando el slow food a la hora de la comida, aumentando considerablemente el enriquecimiento ambiental, trabajando la socialización con perros y personas, aumentando el tiempo de los paseos en los que el perro pueda ir y oler lo que quiera, etc.
- Habituación y desensibilización. La exposición prolongada pero de forma gradual a un mismo estímulo acaba acostumbrando al animal a dicho estímulo.
- Condicionamiento. Se puede utilizar para condicionar en positivo al perro, aumentando o disminuyendo el comportamiento que queramos.
Finalmente, mediante la extinción eliminamos un comportamiento retirando el refuerzo a una respuesta. Por ejemplo, cuando jugamos y el perro comienza a morder, paramos de jugar. Podemos buscar una respuesta alternativa, como en lugar de mordernos a nosotros, redirigir a un mordedor. Además, podemos optar por el control de impulsos, de la mordida, la ansiedad por la comida o el juego.
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Bibliografía
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- Schwartz, C. El comportamiento del perro. L’Hospitalet, Editorial Hispano Europea, 2005
- X. Manteca J, A. Sarde. Diagnóstico de los diferentes tipos de agresividad del perro dirigida hacia las personas. Clínica veterinaria de pequeños animales. Volumen 12, número 4. Octubre/ Diciembre 1992.
- Portalveterinaria. Etiología, diagnóstico y tratamiento de la agresividad canina.
- Habla con ellos. Educación y adiestramiento canino.