Gatos cojos: causas comunes y tratamiento

Cuando observas gatos cojos te preguntas qué debes tener en cuenta y cómo ayudarlos: es bueno saber que ciertas condiciones requieren atención médica inmediata, pues si dejas pasar una condición seria y dolorosa, la situación empeorará rápidamente

Uno de los gatos cojos en la cama

Muchas dolencias que afectan las articulaciones, los músculos, los huesos, los nervios o la piel pueden ser la causa detrás de los gatos cojos. Entre la lista de posibles problemas, algunos son más graves que otros, así que mantente atento.

Está claro que si tu gatito fue atropellado por un vehículo en movimiento, o se cayó de una ventana, no será raro que no pueda caminar normalmente. Sin embargo, en algunas ocasiones la causa de la cojera no es tan dramática ni obvia.

Por lo tanto, te será útil aprender más sobre las causas de la cojera en los gatos, los síntomas que hay que tener en cuenta y cómo ayudar a tu gatito.

Como tal, la cojera no es una enfermedad, pero puede indicar un trastorno en el sistema musculoesquelético o nervioso.

La cojera como síntoma

Un gato que no puede caminar, correr o saltar normalmente puede considerarse cojo. Esto suele deberse a un problema con su pata, de modo que al no poder apoyarla bien sobrecarga su peso en un solo lado y “cojea”. Pero puede darse el caso de que incluso si el gato tiene un dolor evidente, la extremidad afectada se vea normal.

Es importante recordar que la cojera es un signo clínico de otra enfermedad y no es en sí un diagnóstico. Así, muchas afecciones pueden causar cojera y los gatos afectados pueden mostrar una variedad de signos adicionales.

Por tal razón, es importante observar si existe pérdida de apetito, aumento de la vocalización, letargo, vómitos, pérdida de peso, mayor consumo de agua o mayor volumen de orina.

Ten en cuenta que los mininos tienden a disimular su dolor, lo cual hace difícil detectar ciertos síntomas. Incluso son capaces de “esconder” su cojeo por medio de caminatas más lentas de lo normal. Por ello, deberás estar atento a cualquier cambio en súbito en su comportamiento.

Causas comúnmente asociadas a los casos de gatos cojos

La cojera en gatos, generalmente, resulta de un proceso de lesión o enfermedad que afecta al sistema musculoesquelético o nervioso. Los cambios en los huesos, músculos, tendones, ligamentos y nervios pueden provocar cojera.

Adicionalmente, la cojera también se presenta debido a otras enfermedades sistémicas, como afecciones que afectan el sistema inmunitario. Por supuesto, algunas enfermedades infecciosas, mala nutrición, cáncer o diabetes también pueden causar cojera.

Radiografía de una fractura de fémur en un gato

A continuación, una lista de las causas más comunes de cojera en gatos:

1. Trauma o lesión

  • Esguince o distensión muscular.
  • Contusión (golpes).
  • Tendinitis (inflamación de los tendones).
  • Miositis (inflamación muscular generalizada).
  • Serpiente u otra mordedura de animal.
  • Fractura.
  • Uña rota.
  • Laceración de la almohadilla de la pata.
  • Cuerpo extraño en la almohadilla de la pata (espinas, aristas, vidrio, etc.).
  • Congelación o quemaduras en la almohadilla de la pata.
  • Abscesos en las patas (infección de las heridas abiertas).

2. Trastornos nerviosos

  • Parálisis del nervio radial. Es provocada por el daño de los nervios que pasan por el codo y que impide el movimiento de la extremidad.
  • Discoespondilitis. Padecimiento poco frecuente en gatos que es ocasionado por una infección en los discos intervertebrales de la columna, lo cual puede paralizar o afectar la movilidad de las extremidades.
  • Accidente cerebrovascular leve. Son obstrucciones en los vasos sanguíneos del cerebro que provocan la “muerte” de cierta parte del tejido. Las consecuencias son diversas pero una de ellas es la dificultad para caminar (cojeo).

3. Enfermedad articular

  • Displasia de cadera. Es un padecimiento congénito que afecta la unión entre los huesos de la cadera y el fémur. Los efectos son degenerativos y ocasionan la pérdida de la movilidad.
  • Enfermedad articular degenerativa u osteoartritis. Reducen la capacidad para flexionar las articulaciones y dificultan la marcha (caminar).
  • Luxación conjunta. Daño en la articulación que la vuelve inestable y genera mucho dolor.

4. Enfermedades sistémicas

  • Enfermedad inmunomediada, incluida la poliartritis progresiva. Estos padecimientos son ocasionados por una mala reacción del sistema inmunitario, el cual ataca las articulaciones y reduce la movilidad.
  • Cáncer de hueso. Las malformaciones producidas por esta patología ocasionan inestabilidad en la estructura ósea, dolor y pérdida de la locomoción.
  • Infecciones virales, como el calicivirus. Estos patógenos provocan cuadros clínicos diversos, por lo que la cojera es solo uno de sus síntomas. Las vacunas que se utilizan para prevenir estas infecciones también pueden llegar a ocasionar el problema de manera temporal.
  • Diabetes. El padecimiento por sí mismo no puede ocasionar que el gato cojee, sino que propicia la aparición de infecciones y complicaciones que derivan en esto.
  • Enfermedades del desarrollo o congénitas.

Gatos cojos y procedimientos diagnósticos

Es necesario resaltar la importancia de obtener el diagnóstico correcto para que el gato no desarrolle trastornos musculares o nerviosos permanentes. Tu veterinario realizará un examen físico completo de tu gato para ayudar a determinar la ubicación exacta del problema.

La edad de su gato, el historial de cualquier trauma, el inicio del problema (agudo o crónico), la gravedad de la cojera, y si hay múltiples patas involucradas, son indicadores de la posible fuente del problema.

El diagnóstico de gatos cojos puede requerir pruebas especiales. Es frecuente que incluya uno o más de los siguientes análisis:

  • Radiografías.
  • Biopsias.
  • Análisis de sangre para enfermedades infecciosas o relacionadas con el sistema inmune.
  • Recolección y examen de líquido articular.
  • Las imágenes de diagnóstico más extensas pueden incluir ultrasonido, tomografía computarizada o imágenes de resonancia magnética

Atención de los gatos cojos: tratamiento

Más allá de tratar la causa subyacente de la cojera de un gato, los veterinarios quieren controlar el dolor que sufre el gato cojo. Usualmente, comenzarán con un tratamiento menos invasivo y luego podrían pasar a un tratamiento para el dolor más invasivo si lo primero no funciona.

Medicamento para gatos

La primera opción son los medicamentos para el dolor. Primero, se tratarán medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), que reducen la inflamación de las articulaciones o los ligamentos.

Mientras el gato toma este tratamiento, el veterinario lo vigilará de cerca. Esto es así para asegurarse de que no desarrolle daño renal, hepático o gastrointestinal. Junto con esta forma de tratamiento, el veterinario puede prescribir reposo en jaula.

Si los AINE no funcionan, el veterinario le recetará analgésicos opioides, como tramadol, buprenorfina o butorfanol. Estos medicamentos están reservados para el dolor más agudo.

En caso de osteoartritis, los medicamentos que protegen el cartílago que rodea la articulación pueden ser útiles. Se usan para retrasar la degradación del cartílago en la extremidad afectada.

Adicionalmente, tratamientos que ayuden a controlar el dolor pueden ser útiles. Estos incluyen tratamientos quiroprácticos, acupuntura y fisioterapia, así como la terapia con láser.

Finalmente, otros tratamientos pueden incluir masajes y cambios en la dieta. Si el gato tiene una afección congénita que limita el uso de la extremidad o causa dolor significativo, el veterinario puede sugerir una cirugía.

Tu veterinario prescribirá el tratamiento más conveniente para aliviar a tu gato cojo, así que es muy importante que sigas todas las instrucciones, exactamente según lo prescrito.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

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