El macaco de Gibraltar es una de las especies más carismáticas de primate no humano que existen en nuestro planeta, y se considera el único macaco que perdura fuera del continente asiático.
El macaco de Gibraltar fuera de África
Actualmente, solo podemos encontrar al macaco de Gibraltar en dos lugares del mundo: el norte de África y el Peñón de Gibraltar. Aunque la población europea fue claramente introducida en algún punto antes del siglo XVIII, lo cierto es que esta especie vivió en Europa.
Antes de la última glaciación, el macaco de Gibraltar podía ser visto en Italia o España, al igual que otras especies llamativas como las hienas. Sin embargo, en los últimos miles de años la única forma de que un macaco de Gibraltar apareciera por algún punto de Europa era su traslado desde el norte de África.
Un macaco de Gibraltar en la Irlanda prehistórica
Aunque el comercio de mascotas exóticas se extendió ampliamente en la Edad Media y en siglos posteriores, lo cierto es que se hace difícil pensar en que en la Edad del Hierro se comerciara con estos animales. Por eso, encontrar un cráneo de macaco de Gibraltar en Emain Macha resulta sorprendente.
Este enclave ritual situado en Irlanda del Norte guarda mucha importancia en la mitología y cultura de Irlanda, pero también guardaba restos de este primate no humano.
Los restos fueron hallados en el centro del complejo, donde se encuentran vestigios que demuestran la continua ocupación del enclave. El cráneo de este animal fue datado gracias al radiocarbono en el año 390-320 antes de Cristo, una época en la que el macaco de Gibraltar solo podía encontrarse en el norte de África.
Posibles rutas comerciales
No ha sido el primer caso de macaco de Gibraltar presente en lugares extraños de Europa. De la misma época datan los restos de un ejemplar en Luxemburgo y varios esqueletos en la Inglaterra de la época romana.
Por supuesto, son otras muchas especies de animales exóticos, y en especial primates, las que parecen en Europa, tanto a través de restos arqueológicos como a través de arte y pintura, lo que parece evidenciar un fuerte comercio de estos animales desde su hábitat natural.
Este tipo de descubrimientos no solo son fascinantes por el hallazgo de especies exóticas en épocas tan tempranas y lugares tan alejados, sino que también evidencian algunas de las primeras rutas comerciales.
Sin embargo, no todo son buenas noticias: a día de hoy sabemos que no se puede tener un mono como mascota tanto por motivos éticos como sanitarios, así como legales. Sin embargo, estas mismas rutas comerciales aún están presentes a día de hoy a través del tráfico ilegal de especies.
En concreto, España es la puerta de entrada para su venta en Europa. Año tras año se extraen ilegalmente crías para ser vendidas, lo que causa una enorme conmoción en estos animales, dado que poseen uno de los vínculos entre madre y cría más sólidos del reino animal.
Esto ha llevado, junto a la pérdida de hábitat, a que esta especie esté considerada en peligro de extinción. Urge, por tanto, recordar que estos monos deben permanecer en su hábitat en lugar de un domicilio particular. Los irlandeses de la antigüedad no tenían porque conocer esto, pero nosotros sí tenemos la información necesaria.