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Mitos sobre el embarazo y los gatos

La falta de conocimiento de parte de la sociedad hace que se viertan afirmaciones muy osadas, en muchos casos sin ningún tipo de fundamento científico, sobre el embarazo y lo gatos

El embarazo y los gatos

Existen muchas creencias erróneas sobre el embarazo y los gatos. La mayoría de ellas son falsas y se basan en casos aislados. Si estás en la ‘dulce espera’ o planeas tener un hijo, sería bueno que leas este artículo para quitarte las dudas. ¡No des en adopción a tu mascota!

Mitos entre el embarazo y los gatos

Todavía hay personas que ven con malos ojos que una mujer embarazada tenga un gato en casa. Y es que sigue existiendo un prejuicio que afirma que los felinos domésticos traen enfermedades para la madre y el bebé.

Si bien es cierto que los gatos pueden portar una enfermedad llamada toxoplasmosis, que es mortal para el feto, también es verdad que no todos los felinos la padecen y, por ende, no la pueden contagiar.

Lo peor de todo es que cada año miles de gatunos son abandonados o dados en adopción cuando sus ‘padres’ humanos deciden tener un hijo. Sin duda, se trata de una situación más que injusta y basada en la falta de información o en los mitos, como los que se indican a continuación:

1. Todos los gatos tienen toxoplasmosis

Esto es completamente falso. Primero, para que el animal se contagie la enfermedad es necesario que consuma carne cruda o embutidos. Esto no es muy común en mascotas que se alimentan de pienso y no salen al exterior.

La toxoplasmosis

En segundo término, esa comida debe estar contaminada con el parásito responsable, el toxoplasma gondii. Y en tercera instancia la mujer embarazada debe entrar en contacto con las heces del animal. Si el arenero se encuentra en el balcón y otra persona se encarga de vaciarlo, las probabilidades de contagio disminuyen bastante.

Y algo más que merece la pena destacar: algunas mujeres ya tienen los anticuerpos necesarios para hacerle frente a ese virus. Esto sucede si se han infectado en el pasado, antes de la gestación. Esa inmunidad pasa al bebé, por lo que no tendría de qué preocuparse.

2. Los gatos provocan abortos

No sabemos muy bien a qué se debe esta ‘teoría’, ni tampoco la que afirma que vuelven estériles a las mujeres. La convivencia con estas mascotas no incide en la fertilidad o en el transcurso del embarazo.

No importa si el gato vive en casa desde cachorro o si ha sido adoptado de la calle. No hay evidencia científica que demuestre que puede provocar abortos. Si no, las mujeres veterinarias no podrían ser madres.

Convivencia con mascotas durante el embarazo: gato

3. Los pelos y caspa del gato son peligrosos

Las reacciones alérgicas o el asma por el pelo del gato pueden aparecer en cualquier etapa de la vida, pero solo se producen en un 10% de la población. Los síntomas son ciertas molestias como estornudos o urticaria en la mayoría de los casos.

Si la mujer tiene alergia a la caspa o pelo del animal puede tomar algunas medidas adicionales cuando está esperando un bebé, como no permitir que suba a la cama, ventilar bien los ambientes o que se aspiren alfombras y sofás más a menudo. Pero si hasta el momento no hubieron señales de que sea alérgica, no debe hacer nada en particular.

4. Los gatos son agresivos y pueden herir a una embarazada

Algunas personas dicen que los felinos son ‘traicioneros’ y falsos, e incluso que portan mala suerte. Estas afirmaciones se basan en un gran desconocimiento de los gatos… Sí, podemos decir que se trata de animales muy expresivos y que a través de sus garras y dientes muestran sus sentimientos.

Pero de ahí a indicar que se vuelven más agresivos cuando la mujer está encinta hay un abismo. Incluso sienten menos celos que los perros en esta situación.

No solo hay mitos sobre el embarazo y los gatos, sino también cuando el niño nace. Se dice, sin fundamento, que un felino puede atacarle cuando duerme. Quizás sea más protector de ese ser o le llame la atención, pero es casi imposible que le haga daño, mucho menos a propósito.

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