Originaria de Estados Unidos, aunque con pasado francés, esta raza gatuna es conocida por su gran tamaño: es la mayor entre los felinos domésticos. En este artículo te contaremos todo lo que debes saber sobre el Maine Coon.
Maine Coon: historia
Según las leyendas, cuando María Antonieta quiere escapar de Francia se embarca rumbo a Estados Unidos acompañada de sus seis gatos de Angora. La reina no consigue su objetivo, pero sí sus mascotas, las cuales arribaron a la ciudad de Wiscasset, en Maine. Allí tenemos el por qué de su primer nombre.
La segunda palabra con que ha sido bautizada la raza, según se dice, tiene que ver con uno de los grumetes que iba en el barco, Tom Coon, quien se encargó de cuidarles durante el viaje. Otra versión afirma que ‘coon’ es una mezcla entre ‘cat’ y ‘racoon’ (gato y mapache), por el tamaño del felino.
Lo cierto es que aquellos gatos que habían sido criados por la monarquía francesa se cruzaron con los autóctonos –domésticos y salvajes– en los bosques del noreste de Estados Unidos. Así fue como surgió esta raza, la cual fue la primera en recibir un premio a la belleza en una exposición de 1860.
Maine Coon: características
La principal característica de esta raza es su tamaño: es el gato más grande que existe. Su cuerpo es muy robusto y está recubierto por una gruesa y larga capa de pelo. La cabeza del Maine coon es de longitud media, su hocico es cuadrado y la nariz ligeramente cóncava.
Tanto las orejas como los ojos son muy llamativos en esta raza. Las primeras son alargadas y terminan en punta, con una leve abertura hacia los laterales y con pelos como mechas. En cuanto a los ojos, son muy expresivos, algo rasgados hacia los costados y pueden ser de varios colores.
También presenta patas y pies grandes, con mucho pelo y cola ancha que se estrecha hacia la punta. En cuanto al pelaje, el color por excelencia es el atigrado marrón y blanco, aunque también pueden nacer con tonos grises, rojizos y naranjas.
Maine Coon: temperamento
El carácter de esta raza es el resultado de sus orígenes: mitad doméstico, mitad salvaje. Fiereza y dulzura combinan a la perfección en el Maine Coon. Es un gato muy elegante en sus movimientos, tiene una mirada dulce, es pacífico, juguetón, amistoso, simpático y divertido.
Tiene un gran instinto predador, por lo que se elige para campos y graneros, donde puede perseguir y capturar roedores sin problemas. Además, debido a su tamaño requiere de cierto espacio para hacer ejercicio y moverse.
El Maine Coon es muy sociable y necesita convivir con personas tranquilas que no lo invadan. Si bien es una raza independiente, es probable que se acerque a su familia para saludarla en determinadas ocasiones o momentos del día.
Maine Coon: alimentación y cuidados
Es una raza que suele comer mucho y, si no prestamos atención a ese aspecto, puede sufrir sobrepeso. Consulta con el veterinario para saber cuál es la ración adecuada cada día y el tipo de pienso correcto. Evita aquellas fórmulas que tengan mucha grasa.
El Maine Coon puede superar los 11 kilos de peso a partir de los cuatro años y será fundamental que realice ejercicio o juegos dinámicos para no engordar.
Se trata de un gato que goza de una salud bastante buena y casi no requiere cuidados. Debido a la cantidad y largo de su pelo, sí se recomienda cepillarle como mínimo tres veces por semana. Solo hacen falta cinco minutos cada vez para retirar las hebras muertas y dejarle el pelaje brilloso y aún más sedoso.
Si estás pensando en adoptar un Maine Coon ten en cuenta que requiere de bastante espacio y que, si bien disfruta de la soledad, no puedes dejarle demasiadas horas en casa sin compañía.