Tipos de extremidades en los mamíferos

Aunque los humanos, los orangutanes, los elefantes y los perros pertenecen al mismo grupo taxonómico (mamíferos), no poseen las mismas extremidades.

Tipos de extremidades en los mamíferos

El medio en el que se desarrollan los animales juega un papel muy importante en sus características físicas, ya que precisan cambiar sus rasgos para satisfacer sus necesidades. No es lo mismo desplazarse sobre la nieve que correr en una pradera. Por esta razón, diferentes grupos animales, como los mamíferos, han optado por modificar un poco sus extremidades.

Las ‘manos y pies’ de los animales son diferentes entre sí, puesto que se adaptan a su hábitat y a sus necesidades específicas. Por ello, aunque tanto los orangutanes como los perros pertenecen a la clase Mammalia, no poseen órganos externos iguales. En este artículo te contaremos cuáles son los diferentes tipos de extremidades en los mamíferos.

¿Qué tipos de extremidades en los mamíferos existen?

Las extremidades de los mamíferos cambian para cumplir 2 objetivos: mejorar la forma en que sostienen el peso corporal y aumentar la velocidad de desplazamiento. Debido a que todos los animales tienen características diferentes, sus órganos externos exhiben una gran cantidad de variaciones morfológicas.

Estos apéndices, conocidos coloquialmente como ‘patas’, cumplen diferentes funciones: locomoción, manipulación de objetos, apoyo, etc. Estos son algunos de los tipos de extremidades en los mamíferos:

1. Extremidades en los mamíferos terrestres

La gran mayoría de esta clase viven en tierra, pero no por ello sus extremidades son iguales entre sí. Muchos de ellos han adaptado sus patas delanteras y traseras para poder correr –león, lobo, tigre, etc.– o saltar –liebre, canguro, conejo, etc.– y están los que cumplen ambas funciones, como es el caso de la gacela.

Depredador: lobo

En todos estos casos, las extremidades son largas y fuertes, y gracias a estar dotadas de tendones pueden moverlas en diferentes posiciones. Además, soportan el peso del animal y pueden ser más o menos veloces, según la ocasión.

También, dentro de los mamíferos terrestres podemos indicar aquellas especies cuyas patas terminan en pezuña: la oveja, la cabra, la vaca y el camello presentan números pares de uñas; y el caballo, el rinoceronte, el tapir y el asno cuentan con número impar de pezuñas. Esta estructura dura no es más que una uña modificada que les ayuda a desplazarse por zonas irregulares.

Por otro lado, las especies terrestres se pueden clasificar según el tipo de marcha que presenten. Se pueden identificar a:

  • Plantígrados (osos, seres humanos, canguros, etc.): apoyan toda la planta del pie al caminar, por lo que pueden distribuir mejor el peso de su cuerpo. Sin embargo, son un poco más lentos.
  • Digitígrados (lobos, perros, gatos, entre otros): solo posan los dedos en el suelo, lo que les permite tener estabilidad al correr a grandes velocidades.
  • Ungulados (cabras y burros, por ejemplo), que caminan con el extremo de los dedos, de manera que reducen la superficie de apoyo y mejoran su capacidad para correr. En este grupo se encuentran los animales con pezuñas.

2. Extremidades en los mamíferos acuáticos

Los delfines, las ballenas y los manatíes son algunos de los ejemplos de mamíferos acuáticos, cuyas extremidades se han convertido en ‘aletas’. Aunque aquí también se agrupan aquellas especies que han desarrollado membranas interdigitales, las cuales asemejan mucho a las aletas, como en el caso del ornitorrinco.

Mamíferos marinos: ballena

Las aletas de los cetáceos les permiten nadar y desplazarse en el agua sin problemas. Sin embargo, a diferencia de las especies terrestres, sus brazos y piernas tienen un rol menor en el desplazamiento: la encargada de ello es la aleta caudal, que es su ‘cola modificada’.

Claro está, no todos los mamíferos acuáticos exhiben aletas o membranas interdigitales. Uno de los ejemplos más conocidos es la nutria, la cual utiliza sus patas -similares a las de un animal terrestre- para moverse en los ríos y lagos.

3. Extremidades en los mamíferos subterráneos

El topo es el principal ejemplo en este caso. Sus manos cambiaron a lo largo de la evolución de la especie para poder cavar la tierra, ya que así es capaz de construir su guarida o escapar rápidamente de los depredadores.

Las manos de este animal están dotadas de garras muy poderosas y alargadas. Esto le permite aferrarse a objetos como ramas de árboles o piedras, pero también utilizarlas como una especie de pala que remuevan la tierra con facilidad.

4. Extremidades en los mamíferos arborícolas

Aquellos animales que viven en el bosque, y pasan muchas horas entre los árboles, poseen unas extremidades especiales. Los chimpancés, gorilas, lémures y monos tití –entre otros primates– pueden colgarse de las ramas y quedar bocabajo, comer y agarrar objetos, y hasta quitar parásitos de sus crías gracias a sus órganos exteriores.

Por su parte, el mandril y otros primates terrestres poseen extremidades que les permiten caminar apoyando las manos en el suelo –tienen brazos muy largos– y colgarse de las ramas si lo necesitan.

Una de las principales características de esta familia, y que nosotros también compartimos, es que cuentan con el dedo pulgar oponible al resto de los demás dedos. Esta disposición permite agarrar objetos con habilidad.

5. Extremidades en los mamíferos voladores y planeadores

Por último, debemos hablar de aquellos animales con mamas que han modificado sus patas delanteras para poder volar. Este es el caso de los murciélagos y los lémures voladores.

La transformación en estos casos fue la siguiente: la piel del abdomen y de la espalda se extendió y los dedos se alargaron. En consecuencia, se generaron extensiones de piel con soporte esquelético que actúan como un paracaídas. Así es como pueden extender sus alas y movilizarse por el aire, aunque no sean aves.

Como te podrás dar cuenta, los mamíferos son un grupo animal bastante diverso que incluso exhiben adaptaciones increíbles en sus extremidades. Esto solo es posible gracias a que han conquistado una gran cantidad de ambientes nuevos, lo que lo convierte en uno de los grupos más disperso del planeta.

Bibliografía

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