Una de las imágenes más populares de la sabana africana incluye a un león rodeado por su harén de hembras y sus crías. En esta especie ellas son las encargadas de conseguir el alimento para la manada; en este artículo te contaremos cómo cazan las leonas, y es que sus técnicas son más que interesantes.
La organización de los leones
Es muy importante saber cómo se organizan estos animales para luego comprender cómo cazan las leonas. Estos depredadores carnívoros son muy sociales y cada grupo o manada está compuesto por uno o dos machos, cinco o seis hembras emparentadas entre sí y las crías de ambos sexos. Cuando los machos jóvenes alcanzan la madurez son expulsados del seno materno para que forme su propio ‘equipo’.
Algo similar sucede con las hembras que ya han criado a sus cachorros. En el caso de que ya haya demasiadas en el harén, estas son desterradas y no son aceptadas por otras manadas. La única opción que les queda es juntarse con otra hembra solitaria y armar su grupo cuando encuentren un macho.
Por su parte, los machos permanecen en los límites del área de la manada; están protegiendo su territorio, sus hembras y sus crías. Este es uno de los motivos por los cuales las leonas son las encargadas de conseguir alimento.
Cómo cazan las leonas: técnicas
Si analizamos el físico del macho y la hembra de esta especie quizás tengamos una idea de por qué son ellas las que salen a cazar: más pequeñas, más livianas, más rápidas y menos llamativas, ya que no tienen esa gran melena.
El procedimiento de caza requiere de cierta organización y es común que salgan al menos de a dos hembras. Se ocultarán entre la hierba seca, que es del mismo color que ellas, a la espera de la aparición de una presa interesante. Por ejemplo, si una gacela se pierde, está enferma o es vieja será el blanco perfecto para las leonas.
En este sentido, tal vez pueden pasar horas al acecho aguardando al momento adecuado para comenzar la persecución. Por ejemplo, se acercan al rebaño, el cuál huye en estampida, pero siempre hay un ejemplar que queda rezagado por diferentes motivos… Ese es al que atacarán.
Cabe reseñar que a la hora de cazar suelen ser más activas durante la noche; y que la dieta está compuesta por cebras, impalas y ñus, aunque en ocasiones pueden comer jirafas, gacelas o hasta búfalos. En estos casos puede que el macho se digne a ayudarles un poco.
Si bien los leones no son muy resistentes porque su corazón no es demasiado grande, sí son fuertes; y cuentan con poderosas garras y colmillos afilados que les permiten hacerse de la presa. El ataque es corto y muy potente, y es que con un salto derriban al animal para luego estrangularlo o asfixiarlo tapándoles la boca y la nariz.
¡La cena está servida!
Una vez que la presa está muerta el primero en ‘servirse’ es el macho, el cual se queda con la mejor parte y la más fresca. Cuando está satisfecho es el turno de las cazadoras y demás hembras de la manada; y por último se alimentan los cachorros, motivo por el que en épocas de escasez algunos pueden morir de hambre.
Si una hembra se acerca a la comida antes de que el macho acabe, este demostrará su poder gruñendo y sacando las garras. Esto es suficiente para que aguarden su turno, aunque parece contradictorio, y a la vez interesante, lo siguiente: es más probable que el león permita a los cachorros comer al mismo tiempo que él que a las hembras.
Al terminar de cenar, el macho se dedica a descansar y hacer la digestión: puede pasarse 20 horas al día durmiendo y sólo despertar cuando tiene hambre. El león puede llevarse el resto de la presa a lo alto de un árbol para servirse cuando quiera, sobre todo para evitar que los carroñeros como los buitres o incluso las hienas le ‘roben’ su alimento.