Corre la voz por los parques caninos y los aficionados a los canes que hay una serie de razas de perros difíciles de adiestrar; algunos les llaman los “perros gatos”. Huskies, samoyedos o las razas japonesas son razas ‘raras’ que no se pueden adiestrar o educar como el resto de perros. ¿Qué hay de verdad en esto?
Razas primitivas: las razas de perros difíciles de adiestrar
No todas las razas de perros tienen la misma antigüedad. Sabemos de razas de perros que aparecieron poco después de la Edad Media, otras que aparecieron en el siglo XIX, pero hay algunas mucho más antiguas.
Se cree que los perros empezaron a diferenciarse de los lobos y empezaron a evolucionar por su cuenta hacia el año 4 000 a.C. Los humanos se hicieron sedentarios, se crearon basureros a las afueras de los asentamientos y varios grupos de lobos se alimentaban de los basureros en vez de cazar; fueron considerados los primeros perros.
Hay unas cuantas razas primitivas, es decir, que han evolucionado poco desde entonces. Son las primeras razas como tales las que aparecieron y las que siguen teniendo muchos rasgos de los primeros perros.
Estas razas son las razas nórdicas o las asiáticas:
- Husky siberiano
- Malamute de Alaska
- Samoyedo
- Perros tipo spitz
- Pastores finlandeses o nórdicos en general, etc.
- Chow chow
- Akita inu
- Shiba inu
- Jindo coreano
Las razas nórdicas como el husky son tan primitivas que son perros que no han aprendido a ladrar, aunque pueden desarrollar la capacidad a lo largo de su vida, si bien no es instintivo como ocurre con el resto de razas. Los huskies y los malamutes, por ejemplo, aúllan para comunicarse, no ladran.
Las razas japonesas sí ladran, pero quien conoce a un perro de raza japonesa puede reconocer que tienen un temperamento y un carácter muy diferente al de resto de perros.
Las razas difíciles de adiestrar y el castigo
Es un mito que estas razas sean inadiestrables. Es más, los perros nórdicos son frecuentemente adiestrados para tirar de trineos, para pastorear o para cazar. Lo que hace especiales a estas razas es que no pueden ser adiestradas con castigos.
Normalmente, cuando queremos educar o adiestrar a un perro, cometemos el error de castigarles cuando se equivocan. En vez de permitirle intentarlo hasta que el perro acierte con lo que queremos y entonces recompensarle, interrumpimos sus procesos de aprendizaje con experiencias negativas.
Esta técnica definitivamente no funciona con estas razas. El resto de razas las hemos ido moldeando y mezclando con otros perros que reaccionaban como nos interesaba al castigo, pero los perros primitivos no han desarrollado esa capacidad.
Es decir, si estás intentando enseñarle algo a un husky (puede ser sentarse o puede ser que no pida comida en la mesa) no vas a conseguir nada castigándole o riñéndole. No es capaz de relacionar su comportamiento con tu castigo; solo consigues asustarle y él no recibe ninguna información, ni siquiera la información de que lo está haciendo mal.
Refuerzo positivo: seguro de éxito
Las razas nórdicas, japonesas o primitivas no pueden aprender mediante el castigo. Sin embargo, reaccionan muy bien al refuerzo positivo y a los premios.
El proceso de aprendizaje de cualquier perro se acelera si eliminamos los castigos y les educamos únicamente con el refuerzo positivo. El refuerzo positivo es premiar o dar algo que le gusta a un perro después de un comportamiento que queremos que se repita.
Algo muy sencillo es que les premiemos cuando acierten con lo que queremos que hagan, y es que con estas razas de perros difíciles de adiestrar esto es imprescindible. Así como son incapaces de relacionar algo negativo con su comportamiento, relacionan de manera muy fácil y rápida una consecuencia deseable con su comportamiento.
Es decir, si quieres que un husky deje de pedir comida en la mesa, aprenderá mucho mejor a hacerlo si le premias cuando no está pidiéndola que castigándole por estar a tu lado poniendo ojos de pena. El refuerzo positivo es necesario para el aprendizaje de cualquier perro y, en el caso de las razas primitivas, es la única opción disponible.
El refuerzo positivo en gatos
Algo de razón tienen los que llaman a estos canes “los perros gatos”, puesto que aprenden igual que sus compañeros felinos. Los gatos no relacionan un castigo con su comportamiento y, en cambio, aprenden muy rápido aplicando métodos basados únicamente en el refuerzo positivo.
Si tu gato araña el sofá y le riñes o castigas cada vez que lo hace, seguirá rascando en el sofá. No entiende que tu reacción negativa y su comportamiento están relacionados. Sin embargo, si en vez de usar el sofá para rascar usa su rascador y le das un premio, lo entenderá bastante rápido.
Al igual que las razas nórdicas, asiáticas o primitivas, los gatos no pueden aprender a base de castigos. Sin embargo, esto no significa que no puedan aprender, ni mucho menos; se les puede adiestrar, pero usando el refuerzo positivo.
Con premios y apenas un poquito de paciencia, cualquier perro, aunque sea de una de estas razas de perros difíciles de adiestrar, consigue aprender.