Medusas de peines: características, hábitat y comportamiento

Las medusas de peines reciben su nombre porque varias de sus especies mantienen la típica forma ovalada de otras medusas. Sin embargo, pertenecen a un grupo taxonómico diferente. ¡Sigue leyendo y descubre más sobre ellas!

Medusa de peines mostrando su iridiscencia y su bioluminiscencia.

Las medusas de peines, también llamadas ctenóforos, son un grupo de animales marinos que se caracterizan por exhibir morfologías interesantes y traslúcidas. De hecho, algunos incluso son bioluminiscentes. Este fenómeno resalta su presencia y transforma a esta especie en un espectáculo de la naturaleza.

Contrario a lo que se podría pensar, las medusas de peines no pertenecen al grupo de los cnidarios, sino que se agrupan en un filo (Phylum) independiente denominado Ctenophora. Sigue leyendo este artículo y descubre más acerca de estos animales enigmáticos.

Taxonomía de las medusas de peines

Según el Integrated Taxonomic Information System, el grupo de los ctenóforos se compone de al menos 19 familias y cerca de 58 especies documentadas. Sin embargo, ciertos documentos profesionales, como The Light and Smith Manual: Intermareal Invertebrates from Central California to Oregon, mencionan que podrían existir más especies desconocidas.

A pesar de que se conoce poco sobre las medusas de peines, se suele dividir a sus especies en dos clases taxonómicas bien diferenciadas: Tentaculata (con tentáculos) y Nuda (desnudos). Como se puede intuir, su característica distintiva es la presencia (Tentaculata) o ausencia (Nuda) de tentáculos retráctiles a lo largo de su cuerpo.

Estos animales invertebrados son considerados como uno de los grupos taxonómicos basales de los animales. Esto significa que durante la evolución del reino Animalia, los ctenóforos fueron uno de los linajes que surgieron primero.

Muchos especialistas aún debaten sobre si son el primer taxón que apareció o son el segundo. No obstante, todos concuerdan en que son esenciales para entender la historia evolutiva del reino.

Hábitat de las medusas de peines

Las medusas de peines habitan todos los mares del mundo, incluidos los polos, aunque la mayoría prefiere las aguas templadas cercanas a la zona tropical. Contrario a los cnidarios, estos invertebrados son exclusivos de ambientes marinos. De hecho, es común encontrarlas en algunas costas, pero pueden vivir desde la superficie hasta los 2000 o 3000 metros de profundidad.

Medusa de peine en el fondo de mar.
Gracias a su bioluminiscencia, se les puede distinguir con facilidad en las profundidades marinas. Crédito: Wikimedia Commons.

Características de las medusas de peines

A pesar de su nombre, las medusas de peines pueden presentar una gran variedad de formas en su cuerpo. La mayoría son esféricas, acampanadas y, a simple vista, se asemejan a cualquier medusa del grupo de los cnidarios. No obstante, también se les puede ver con apariencias aplanadas y largas, casi como si resultasen una babosa marina o una larva.

El tamaño de estos invertebrados es bastante pequeño en comparación con sus parientes lejanos, los cnidarios. Existen especies que apenas miden unos milímetros, hasta ejemplares de al menos 20 centímetros de diámetro. Además, sus cuerpos suelen ser traslúcidos o transparentes, una cualidad que facilita su camuflaje dentro del agua.

Según el portal administrado por la University of Michigan, Animal Diversity Web, las medusas de peines son capaces de mostrar pigmentaciones coloridas. El único problema es que tanto el color como la forma de su cuerpo están determinados por el ambiente y su alimentación, por lo que no todos los ctenóforos muestran dichas características llamativas.

El cuerpo de estos organismos antiguos se compone de mesoglea, un tipo de «músculo» especial que tiene textura de gelatina. Asimismo, cuentan con 8 bandas de cilios («tentáculos» diminutos), cuya apariencia se asemeja a las cerdas de los peines, que les sirven para moverse por el agua.

De hecho, ciertas especies, como Beroe cucumis, exhiben una particular iridiscencia gracias a la estructura de sus cilios. Tal como lo menciona un artículo publicado en la revista Current Biology, estos «pequeños tentáculos» funcionan como un tipo de cristal fotónico que surge del movimiento de los fotones (luz). En consecuencia, se produce un efecto iridiscente según el ángulo en el que se observa.

La bioluminiscencia de los ctenóforos

No todos los ctenóforos son capaces de producir bioluminiscencia, sino que existen algunas especies que carecen de las enzimas necesarias para generar esta reacción.

Por lo regular, la luz que producen estos animales transparentes es de color verde-azul. No obstante, la intensidad y la duración pueden variar según las condiciones de su ambiente.

Según un estudio publicado en la revista Marine Biological Journal, la emisión de luz de las medusas de peines depende de lo siguiente:

  • Temperatura.
  • Disponibilidad de alimentos.
  • Salud del ejemplar.

Alimentación de las medusas de peines

Las medusas de peines son carnívoras y se alimentan de pequeños crustáceos, rotíferos y larvas de otros animales (como almejas, cnidarios o caracoles). Mientras se alimentan, son capaces de «secuestrar» algunas moléculas de sus presas. Es así como adquieren coloraciones nuevas o mecanismos de defensa como los nematocistos, las estructuras urticantes de los cnidarios.

Para atrapar a sus presas, los ctenóforos utilizan sus tentáculos o sus cilios para crear corrientes de agua que lleven a sus víctimas hasta su boca. Asimismo, tanto como la boca como sus tentáculos cuentan con células conocidas como coloblastos, capaces de secretar una sustancia adhesiva que les permite capturar su alimento.

A pesar de que no tienen dientes, los ctenóforos «digieren» a sus presas atrapándolas dentro de su boca. Esta estructura es, en realidad, una abertura móvil que abre paso al interior de su cuerpo, por lo que algunos especialistas la denominan «bolsa digestiva». En el momento que ingresa su comida, se liberan enzimas y compuestos químicos que degradan su alimento.

Al final, este animal acuático también cuenta con un par de «poros» u orificios que sirven para excretar lo que no les sirve (poros anales). De esta forma, aunque no tienen un sistema digestivo, se deshacen de los elementos de desecho sin complejos procesos metabólicos y sin dañar su integridad.

Medusa de peines iridiscente en el fondo del mar.
Mnemiopsis leidyi. Aunque son capaces de «secuestrar» los nematocistos, la medusa de peines no puede utilizarlos con facilidad. De hecho, estas células urticantes se quedan en la «bolsa digestiva» y solo ayudan a la digestión. Crédito: Bruno C. Vellutini/Wikimedia Commons.

Comportamiento de las medusas de peines

Debido a que las medusas de peines carecen de un sistema nervioso complejo, sus comportamientos son sencillos y se restringen a la autodefensa y autopreservación.

No poseen ojos, pero la parte superior de su cuerpo cuenta con estructuras sensoriales especializadas que le permiten detectar la luz, su orientación espacial y a sus presas.

Por lo regular, estos organismos nadan a la deriva hasta que perciben una presa o un depredador. Tienden a ser solitarias la mayor parte del tiempo. Sin embargo, se les puede ver en grupos densos cuando ocurren los «afloramientos» (blooms), un fenómeno que incrementa demasiado su población bajo condiciones específicas.

Reproducción de las medusas de peines

Los ctenóforos no poseen órganos sexuales complejos, sino que una parte de sus células producen los gametos necesarios para su reproducción. De hecho, los gametos se liberan a través de la boca y aprovechan el agua para movilizarse. Es gracias a esto que no necesitan estructuras especiales para fertilizarse.

La mayoría de las especies son hermafroditas y producen tanto gametos masculinos como femeninos.

Es más, incluso pueden autofecundarse a sí mismas, por lo que no precisan de una pareja para reproducirse. Esta es una de las razones por las que su población puede aumentar rápido cuando existen suficientes recursos (alimento).

Una vez que se fecundan los gametos femeninos, estos se liberan al medio y se transforman en larvas ciliadas (cubiertas de cilios). Conforme se alimenten y se desarrollen, los pequeños ctenóforos crecerán hasta alcanzar su forma adulta.

Animales enigmáticos

Como se puede observar, las medusas de peines son animales marinos increíbles y enigmáticos que se pueden confundir con los cnidarios. No obstante, estas no representan ningún riesgo para la salud de los humanos, ya que no «pican» ni producen lesiones de importancia médica.

Al contrario, su morfología y su bioluminiscencia es tan llamativa, que muchas personas buscan encontrarse con ellas para deleitarse con su belleza y singularidad de estos ctenóforos.

Bibliografía

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