Las libélulas se caracterizan por poseer un peculiar cuerpo delgado y alargado. Estos insectos tienen la capacidad de batir sus 2 pares de alas a grandes velocidades, lo que les permite volar de manera estable casi de la misma forma que el colibrí. Entre sus representantes más famosos se encuentra la libélula azul, una especie con coloraciones claras y asombrosas.
Aunque la libélula azul (Orthetrum cancellatum) es conocida por su particular tono, varios de ellos también pueden presentar colores marrones, amarillas o verdosas. Sigue leyendo este espacio y conoce más acerca de este peculiar e increíble insecto volador.
Hábitat de la libélula azul
La libélula azul precisa de cuerpos de agua para poder llevar a cabo su ciclo de vida, de manera que está restringida a vivir cerca de las lagunas, los ríos, los arroyos, los pozos o los estanques. A pesar de ello, su distribución abarca gran parte de Europa y ciertas regiones de Asía. Eso sí, la forma de “libélula” no se encuentra presente durante todo el año.
Descripción de la especie
Las libélulas son parte de un grupo particular de insectos denominados odonatos. Estos se caracterizan por presentar 3 secciones corporales que son la cabeza, el tórax y el abdomen. La cabeza es más ancha que larga y tiene pequeñas antenas poco perceptibles. Además, los ojos son grandes y adquieren el mismo color que el resto del cuerpo.
Por su parte, el tórax se encuentra subdividido en tres regiones más, con un par de extremidades en cada una (6 en total) y dos pares de alas en su dorso. Las patas están adaptadas para la cacería, pues poseen algunas púas que le ayudan a capturar a sus presas. Asimismo, presentan una garra filosa a modo de uña que les provee más agarre y letalidad.
Las alas de esta libélula tienen una envergadura de alrededor de 7 centímetros. Pueden moverse de manera sincrónica o asincrónica, lo que le permite cambiar su vuelo, estabilizarse o detenerse sin mayor problema. Eso sí, no pueden replegar sus alas sobre su cuerpo, de manera que siempre las tiene extendidas incluso cuando se posa sobre la vegetación.
Por lo común, la libélula azul alcanza medidas de hasta 5 centímetros de longitud, pero gran parte de este tamaño lo ocupa su abdomen. Esta región de su cuerpo se encuentra dividida en 11 segmentos y contiene el aparato reproductor. De hecho, los machos presentan en el segundo segmento su órgano copulador, mientras que las hembras presentan el orificio genital en el octavo.
Dimorfismo sexual
El color azul por la que recibe el nombre la libélula azul no siempre está presente en los ejemplares. Mientras son jóvenes, su coloración tiende a ser amarilla, marrón o verde. Sin embargo, cuando maduran, solo los machos son los que cambian esta coloración al azul claro característico de la especie. Por su parte, las hembras retienen su misma coloración, así que el color es un rasgo dimórfico que distingue a cada sexo.
Ninfa
Al igual que sucede con otros insectos, las libélulas poseen un estado larval conocido como ninfa. Esta fase mantiene un poco la apariencia de su forma adulta, pero con la diferencia de que carece de alas, vive en el agua y su abdomen es un poco más ancho. Eso sí, su tamaño no supera los 2.5 centímetros de largo, por lo que es poco perceptible a simple vista.
Al contrario de los adultos, la ninfa se encuentra presente en todos los períodos del año. Pasan alrededor de 2 o 3 años en esta fase antes de realizar la metamorfosis y producir su forma alada. Mientras que en su estado adulto solo permanecen por máximo 6 meses y después mueren.
Comportamiento de la especie
A pesar de ser tan pequeños, las libélulas macho son bastante territoriales frente a otros integrantes de su especie. Suelen mantenerse cerca del cuerpo del agua sobre la vegetación, aunque también emprende vuelos para proteger su zona y evitar que otros la invadan.
Gracias a que sus alas se baten rápido, es capaz de hacer movimientos bruscos en el aire. Esto le permite una gran movilidad y velocidad por todo su territorio, lo que es bastante benéfico para la protección de sus recursos.
Alimentación de la libélula azul
La dieta de la libélula azul se basa principalmente en insectos, como las moscas, los mosquitos, las abejas, las polillas y las mariposas. Los adultos son capaces de cazar a sus presas mientras descansan o incluso en pleno vuelo. Por esta razón, son tan importantes las púas y las uñas de sus patas, ya que solo así es capaz de matarlos al contacto.
Las ninfas de la especie mantienen un patrón de alimentación similar. Sin embargo, su dieta está más enfocada a las larvas, los gusanos y otros artrópodos pequeños que vivan en el agua. De hecho, se caracterizan por acechar a sus presas y capturarlas con movimientos rápidos.
Reproducción
La reproducción de las libélulas azules se lleva a cabo entre marzo y octubre. Durante esta época las ninfas pasan por metamorfosis y alcanzan su fase adulta, lo que les da un aproximado de 7 meses para poder reproducirse antes de morir.
Para empezar, los machos adquieren un territorio e intentan ahuyentar a cualquier competidor de su especie que se acerque. Esto es crucial, pues tienen el derecho de aparearse con cualquier hembra que se pose dentro de su territorio. Asimismo, aseguran una zona con recursos para que pueda alimentarse durante la época de apareamiento.
Al aparearse, el macho toma de la cabeza a su pareja con unas pinzas especiales que tiene al final de su abdomen. Esta será la señal para que la hembra acerque su orificio genital al segundo segmento del abdomen del macho, lo que permitirá la fecundación. En consecuencia, se forma una rara postura que dura desde unos segundos hasta unas cuantas horas.
Una vez que ha finalizado el apareamiento, la hembra procede a buscar un sitio adecuado para poner sus huevos. Por lo común, suele colocarlos cerca o dentro del cuerpo de agua, pues las ninfas lo necesitarán para sobrevivir. Después de 5 o 6 semanas eclosionarán y comenzarán su ciclo de vida.
La libélula azul es una curiosa especie que favorece el aspecto visual de los ecosistemas. Su apariencia y su capacidad de volar la hace un elemento fantástico del hábitat. Sin embargo, no es la única especie con estas características, pues otros ejemplares incluso exhiben colores metálicos iridiscentes aún más atractivos. Este es solo un pequeño ejemplo de lo que son capaces las libélulas, pero aún tienen más secretos por mostrar.
Bibliografía
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