¿Los conejos tienen buena memoria?

Los conejos tienen buena memoria, aunque no se intuya tan fácilmente como en otros animales. Descubre aquí cómo funciona este proceso cognitivo en lagomorfos.

¿Es buena la memoria en conejos?

Acostumbrados como estamos a tratar, sobre todo, con perros y gatos, los humanos tendemos a atribuir menores capacidades cognitivas a aquellas especies que se alejan de ellos biológicamente hablando. Por eso, y debido a las diferencias de comportamiento en el hogar, mucha gente se pregunta si los conejos tienen buena memoria.

Por lo general, se atribuye una buena memoria a un ser vivo no humano en relación con la rapidez con la que aprende órdenes. Sin embargo, este criterio se queda corto para aquellas especies cuyo proceso de domesticación es más reciente, como es el caso del conejo. Aquí profundizamos en esta idea, así que no te pierdas nada.

Capacidades de memoria de los conejos

La memoria es uno de los procesos cognitivos básicos más estudiados, pues es la que moldea al individuo. Sin embargo, en el caso de los conejos no se ha prestado demasiada atención a este tema, pues no ha sido hasta los últimos años que los lagomorfos se han popularizado como mascotas.

El conejo es un animal herbívoro que está en la dieta de muchísimos depredadores salvajes. Por tanto, su comportamiento, inteligencia y memoria operan de una manera bastante alejada de la de perros y gatos, mamíferos cazadores y carnívoros. Dicho de otro modo, no se puede esperar de un lagomorfo que sea complaciente con nosotros, ni obediente, ni que responda igual al entrenamiento.

Un conejo con las gafas puestas.

Memoria asociativa en conejos

Con base en esta serie de cuestiones, un grupo de científicos llevó a cabo un estudio exhaustivo acerca de la memoria del conejo doméstico en comparación con el salvaje. El resultado más patente fue el de las diferencias que la domesticación había generado en el cerebro: los ejemplares domesticados tenían un hipocampo más pequeño y menos activo que el de sus congéneres silvestres.

Este correlato cerebral implica que los lagomorfos que han experimentado la cría selectiva para ser mascotas tienden a poseer una memoria asociativa de menor capacidad y un aprendizaje más lento. Esto se debe, afirman los autores, a que los conejos domésticos no tienen la necesidad de aprender tan rápido como los silvestres, ya que no se enfrentan a tantos peligros como ellos.

Los conejos presentan otros tipos de memoria, como la inmediata y la episódica, pero la más sólida en ellos es la asociativa.

Aun así, los ejemplares tienen una buena memoria asociativa. Su naturaleza de presa les dota de facilidad para establecer vínculos entre eventos, lugares e individuos y ciertos estímulos. Es decir, que estos mamíferos son muy sensibles al condicionamiento: aprenden con rapidez qué estímulos vienen de la mano con buenas y malas consecuencias para ellos.

¿Los conejos tienen buena memoria para el entrenamiento?

Después de leer esto, es posible que te preguntes si serías capaz de enseñar a tu lagomorfo algunos trucos o, más bien, si él sería capaz de aprenderlos. Como se decía en líneas anteriores, que la capacidad de memoria asociativa sea menor en conejos domésticos no implica que no sean capaces de aprender.

Por ejemplo, los conejos recuerdan a sus tutores aun cuando pasan mucho tiempo sin verlos.

Estos pequeños mamíferos de orejas largas son muy capaces de aprender trucos y entrenamientos básicos, y además con facilidad. No obstante, en este punto se tiende a pensar en ellos de la misma forma que en un gato o un perro, pero hay diferencias sustanciales.

La mayor divergencia entre estas especies es que los conejos recordarán con facilidad lo que les enseñes, pero no siempre van a obedecer. A diferencia de las 2 mascotas mencionadas, los lagomorfos no han sido seleccionados artificialmente para tener el impulso de complacer al humano, por lo que es posible que solo obedezcan cuando les venga en gana o busquen un premio.

¿Cómo educar a un conejo a través del condicionamiento?

El proceso de aprendizaje de ciertos comportamientos, como orinar en el esquinero o acudir a la llamada, se realiza igual en conejos que en cualquier otra especie doméstica: a través del refuerzo positivo. Esto quiere decir que siempre es mejor premiar al animal cuando adopte una conducta adecuada antes de castigarlo si no lo hace. No obstante, hay un par de especificaciones a tener en cuenta:

  1. La confianza que un conejo deposita en ti es frágil: no debes olvidar que estos simpáticos mamíferos son animales presa. Cualquier grito, castigo o acto violento hará que el lagomorfo te tema y te costará mucho recuperar su confianza. Este vínculo se debe trabajar todos los días.
  2. Entrenar trucos con ellos no es igual que con un perro: estos animales son capaces de disfrutar de un entrenamiento, ya que reciben mimos y chucherías a la vez que hacen ejercicio. No obstante, debes tomártelo como un enriquecimiento para ellos, pues no son obedientes por naturaleza.
  3. Necesitarás más paciencia: un conejo puede aprender gran cantidad de trucos, pero tardará un tiempo. Solo necesitas asegurarte de que el animal lo percibe como un rato agradable, pues de esta manera podréis pasar tiempo de calidad juntos mientras le enseñas comandos sencillos.

Una niña abrazando un conejo.

Para concluir, recuerda que el vínculo que establecerás con tu conejo es tan válido y fuerte como el que forjarías con cualquier otro animal. Estos mamíferos se comportan y comunican de una forma un tanto diferente a los humanos, pero con el tiempo serás capaz de comprender que detrás de sus actos están el mismo cariño, confianza y felicidad que sientes tú hacia ellos.

Bibliografía

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