Los coatíes tienen una apariencia curiosa y carismática que los hace bastante atractivos a la vista. De hecho, estos rasgos son más evidentes cuando son pequeños, lo que les otorga un aspecto adorable. Por esta razón, algunas personas buscan a este ejemplar para mantenerlo como una mascota. Sin embargo, no conocen las dificultades que conlleva tenerlo en cautiverio.
El nombre científico de este mamífero es Nasua nasua, el cual forma parte del grupo de los prociónidos. Esto significa que sus parientes más cercanos son los mapaches, los cacomixtles y las martuchas. Sigue leyendo y conoce más sobre cómo es el coatí como mascota.
¿Cómo es un coatí?
El aspecto del coatí se asemeja mucho al de un mapache, con la única diferencia de que tiene una nariz alargada y flexible. Además, posee unas filosas garras que le sirven tanto para excavar como para escalar. Por si fuera poco, su cuerpo exhibe una increíble flexibilidad, ya que es capaz de subir y bajar superficies verticales sin ninguna complicación.
La complexión del cuerpo de este mamífero es muy delgada y similar a la de un gato doméstico. De hecho, mide entre 40 y 120 centímetros de longitud, pero la mitad del tamaño corresponde al largo de su cola. Por otro lado, su pelaje es corto y tiene una coloración entre café y gris.
¿Cómo se comporta un coatí?
El coatí es un animal tranquilo al que le gusta socializar e interactuar. Además, su comportamiento suele ser juguetón y curioso, por lo que tiende a investigar todos los sitios que componen su hábitat. Sin embargo, cuando se encuentra en cautiverio, el estrés del encierro provoca que se vuelva agresivo hacia sus tutores o hacia sí mismo. Esto deriva en daños materiales e incluso en heridas fatales para el animal.
En cuanto a su actividad, este pequeño animal es un cazador dinámico que pasa la mayor parte de su día en busca de comida. Por esta razón, suele cavar agujeros en el suelo para intentar encontrar aperitivos. Si se cansa, trepa los árboles para hacerse un “nido” y descansar un rato entre las copas.
¿Qué come el coatí?
Estos ejemplares son omnívoros que devoran frutas y algunos invertebrados. De hecho, sus hocicos alargados son un detector increíble de artrópodos suculentos, de modo que los usan para remover la tierra en busca de su comida. Además, sus garras les sirven como herramientas filosas para abrir pequeños troncos o cortezas.
¿Es bueno tener al coatí como mascota?
El primer punto que debes tener en cuenta es que el coatí no es un animal domesticado. Esto significa que seguirá exhibiendo hábitos naturales que pueden no ser de tu agrado a pesar de estar cautivo. Además, no está acostumbrado a vivir encerrado en una pequeña jaula, por lo que es muy fácil que se estrese y se vuelva más huraño conforme crece.
Aunado a lo anterior, la gran cantidad de energía que exhiben los coatíes ocasiona que dañen las casas de sus dueños. Por esta razón, dejarlos libres dentro del hogar es una muy mala idea. Es más, en algunos casos el pequeño mamífero se encuentra tan estresado que puede atacar a su tutor con mordidas y rasguños. Esto significa que para manipularlo necesitarás guantes con el fin de proteger tu integridad.
Si lo anterior no te supone un problema, también ten en mente que en algunos países está prohibido tener al coatí como mascota. En España se le cataloga como una especie exótica invasora según el Real Decreto 630/2013, lo que impide que cualquier persona mantenga a este animal. Por otro lado, en los lugares en los que no se ha prohibido su tenencia se exigen permisos especiales.
El buen cuidado del coatí
La Brigada de Vigilancia Animal de la Ciudad de México es una institución que se encarga de la protección de animales salvajes y domésticos. Entre los casos que han atendido se encuentra el de un coatí, al cual rescataron con condiciones de salud deplorables. A pesar de esto, gracias al apoyo de este organismo el animal logró recuperarse por completo.
Dentro de las anotaciones que hacen los integrantes de esta Brigada se encuentran los cuidados y las precauciones que tuvieron para su recuperación. En primer lugar, se menciona que la alimentación puede basarse en frutas que elija el propio animal, pero con el complemento de vitaminas y croquetas caninas para balancear su dieta. Si las heces se vuelven pastosas, significa que la comida le hace daño y debe cambiarse.
Para variar su alimentación, se puede agregar también semillas como la nuez o cacahuates. Además, las croquetas caninas nunca deberán superar el 5 % de su dieta, pues el alto contenido de grasa puede provocarles obesidad a los coatíes. En cuanto a sus raciones, se recomienda solo una al día que contenga al menos 150 gramos de nutrientes.
Algunos ejemplos de las frutas que pueden ofrecerse son las siguientes:
- Papaya.
- Sandia.
- Pera.
- Manzana.
- Naranja.
- Uvas.
- Plátano.
Otro punto importante es entrenar al coatí para que acepte el contacto con los humanos. Sin embargo, la manipulación no debe ser constante y tendrá que estar limitada a un grupo reducido de personas. De hecho, a este ejemplar rescatado se le utilizó para dar charlas de conservación a niños, durante las cuales no se permitió el contacto para evitar su estrés.
Un hábitat adecuado
Los integrantes de la brigada señalan que estos animales necesitan una zona amplia para vivir. Esta puede consistir en una jaula con el espacio suficiente para alojar troncos grandes que le permitan al coatí escalar. Además, debe tener acceso a una tina de agua en la cual pueda refrescarse a su disposición. Recuerda que, aparte de ser buenos escaladores, estos mamíferos también son grandes nadadores.
¿Por qué no puedo tener un coatí como mascota?
Como te podrás dar cuenta, estos animales necesitan un gran espacio en el que puedan sentirse cómodos. Además, no son ejemplares a los cuales puedas manipular de manera constante, ya que al ser salvajes no están acostumbrados a la interacción humana. Si no cumples las pautas, lo que obtendrás como resultado será a una mascota malhumorada capaz de hacerte daño.
En conclusión, el coatí es un ser salvaje que reporta muchas dificultades para mantenerlo en cautiverio, por lo que no es una buena opción como mascota. La mejor recomendación es buscar otro animal que se adapte a tus posibilidades y a tu espacio. Recuerda que algunas especies se encuentran mejor en su hábitat natural: no las obligues a estar encerradas solo por capricho.
Bibliografía
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