Cocodrilos: ¿de qué se alimentan?

Los cocodrilos son carnívoros con un metabolismo tan lento que pueden demorar algunos días en efectuar la digestión. ¿Quieres saber más sobre sus estrategias tróficas?

Un caimán se come un pez.

Seguro que en alguna oportunidad has visto cocodrilos, por lo menos en una fotografía o pantalla. Por ello, podrás describirlos con facilidad: son grandes, semiacuáticos, lentos en tierra y toman el sol por horas, pero dentro del agua se convierten en excelentes nadadores. También debes tener cierta noción de lo que comen, no obstante, ¿conoces en detalle de qué se alimentan los cocodrilos?.

Estos reptiles pertenecen al orden Crocodylia, conformado por 3 familias, que incluye a aligátores y caimanes (Alligatoridae), gaviales (Gavialidae) y cocodrilos propiamente dichos (Crocodylidae). Su dieta es carnívora y destacan por la inteligencia que presentan para cazar a sus presas. Sigue leyendo y descubre todo lo relacionado con la alimentación de estos reptiles.

Características de los cocodrilos

Los cocodrilos destacan por su tamaño. Son unos de los reptiles más grandes del mundo, con especies que pueden alcanzar poco más de 6 metros de largo y 1500 kilogramos de peso, como el ejemplar marino C. porosus. Estos animales tienen un cuerpo alargado y robusto y cuentan con un desplazamiento lento en tierra, pero en el agua son ágiles nadadores.

A nivel corporal resalta su cabeza con un gran hocico, numerosos dientes y mandíbulas poderosas. Además, los cocodrilos poseen una larga cola. Su piel es dura, seca y escamosa.

Sus hábitats incluyen tanto aguas dulces como saladas. Se distribuyen en la zona tropical de los continentes americano, africano, australiano y asiático. Permanecen gran parte de su tiempo en el medio acuático, en especial en las horas de la noche, para ayudar a controlar su temperatura corporal, ya que son animales ectotermos.

Durante el día, los cocodrilos logran mantenerse calientes tomando el sol con la boca abierta.

¿Cuántos dientes tiene un cocodrilo?

Aparato digestivo de los cocodrilos

El aparato digestivo de los cocodrilos y los reptiles en general comienza en la cavidad oral y finaliza en la cloaca. La boca es ancha para permitir el consumo de alimentos de gran tamaño y está equipada con dientes incisivos filosos que pueden ser reemplazados cuando se pierden. La lengua es plana, tiene forma triangular y carece de yemas gustativas.

La boca de los cocodrilos es de gran tamaño porque no mastican sus alimentos, sino que los tragan enteros, un hecho asombroso.

Detrás de la boca se localiza una faringe corta, un esófago tubular y recto, un estómago dilatado, un intestino delgado con vellosidades internas y un intestino grueso más grande que el anterior, el cual finaliza con la cloaca. Estos reptiles también presentan hígado, páncreas y vesícula biliar.

La digestión de estos animales se caracteriza por su lentitud, por lo que puede tardar varios días en efectuarse. A pesar de su metabolismo, requieren menos energía para la realización de los procesos vitales, lo que les permite permanecer cierto tiempo sin consumir alimento alguno.

Los jugos gástricos de los cocodrilos son poderosos y pueden degradar material óseo sin problemas. De esta manera, aprovechan al máximo todos los alimentos consumidos.

¿De qué se alimentan los cocodrilos?

Los cocodrilos son carnívoros oportunistas y se nutren de todo lo que encuentran en su camino, adaptándose al ambiente en el que viven. Consumen presas diversas, desde pequeñas hasta grandes y tanto invertebrados como vertebrados.

La ingesta calórica de estos reptiles depende de la temperatura. Por ello, pueden incrementar su alimentación durante los meses más cálidos y en contraste disminuirla en los fríos. Este hecho se observó a nivel científico en el cocodrilo marino (C. porosus) en Bangladesh. Se estima que su función es la acumulación de grasa en el cuerpo como reserva para la temporada de invierno.

Las presas varían de acuerdo al tamaño de los individuos, ya que los animales adultos pueden ingerir alimentos más grandes que los juveniles. Las presas preferidas son los peces y crustáceos. A continuación detallamos el consumo de acuerdo a su desarrollo.

Alimentación de las crías y juveniles

En el caso de los cocodrilos en las primeras etapas de desarrollo, estos tienden a consumir insectos y otros pequeños invertebrados (tanto acuáticos como terrestres), como los crustáceos y los caracoles, ya que por su tamaño no pueden ingerir presas grandes. Los peces de menores dimensiones también se incluyen en la dieta.

¿De qué se alimentan los cocodrilos adultos?

Cuando estos animales alcanzan un mayor desarrollo, el menú se incrementa con la captura de presas más grandes, que incluyen vertebrados como peces, aves, reptiles y mamíferos. Entre estos ejemplares puede ocurrir canibalismo, ya que en algunas ocasiones consumen huevos u otros cocodrilos.

¿Cómo cazan los cocodrilos?

Tras conocer de qué se alimentan los cocodrilos, estamos preparados para explorar cómo obtienen su comida. Estos reptiles son más ágiles en el agua, por lo que prefieren cazar en estos ambientes.

Los cocodrilos se esconden y esperan tranquilos a la llegada de presas para realizar movimientos rápidos y precisos en los momentos oportunos. De igual manera, pueden aprovechar cuando algún animal se acerca a los espacios a beber agua para efectuar su ataque sorpresa.

Diversos estudios han demostrado la astucia de estos reptiles a la hora de dar caza a sus presas. Algunas observaciones indican de forma asombrosa cómo un grupo de cocodrilos puede trabajar en equipo y sumar esfuerzos al momento de cazar.

Otras observaciones han puesto en evidencia comportamientos increíbles mediante el uso de “señuelos” o herramientas, con los que los cocodrilos engañan a sus presas y las llevan a una muerte segura entre sus mandíbulas. Destacan implementos como ramas o palos de madera asomados en la superficie de los cuerpos de agua para atraer a pájaros.

Un cocodrilo que come pescado.

Como hemos visto, las presas de las que se alimentan los cocodrilos son variadas y por sus hábitos oportunistas aprovechan lo que encuentren disponible en el entorno: peces, invertebrados acuáticos y terrestres, aves, reptiles y mamíferos. Estos animales atacan por sorpresa con su poderosa mandíbula y filosos dientes, lo que los convierte en cazadores temerarios.

Bibliografía

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