Cuando un ser vivo da a luz en nuestro hogar, ver crecer a los pequeños es una etapa llena de alegrías y aprendizaje. No obstante, en ocasiones se puede presenciar un acto que desde un punto de vista humano parece horripilante: que la hámster se coma a sus crías.
Es entendible que se quiera evitar este evento a toda costa. Sin embargo, para ello es necesario comprender primero las razones por las que un animal podría comerse a la descendencia que debe cuidar. Aquí encontrarás respuestas a este enigma, así como algunos consejos para prevenirlo. No te lo pierdas.
¿Por qué un animal se come a su descendencia?
Parece lógico pensar que lo mejor para perpetuar una especie es tener el mayor número de hijos posible. Sin embargo, esta reflexión se hace desde la perspectiva humana, en la que se suelen tener recursos suficientes para mantener a la descendencia, así como un refugio seguro y una pareja que ayude en la crianza. En el caso de los animales salvajes esto no siempre se cumple.
Por otro lado, mientras que los humanos tenemos descendencia de uno en uno (a veces más, pero no números exageradamente grandes), otros animales como los hámsteres son capaces de llegar parir camadas de más de 10 crías en intervalos muy reducidos. Además, en la naturaleza tienen que defenderse de los depredadores y alimentar a la prole, algo que complica mucho la superfivencia.
Cuando hay dificultades, intentar que la totalidad de las crías sobrevivan contra viento y marea puede llegar a suponer la muerte del progenitor y, por tanto, la de la camada. Muchas veces lo más óptimo para la supervivencia de la especie es reducir o abandonar una camada para asegurar que en el futuro se puedan tener otras.
Los padres de muchas especies abandonan o matan a parte de sus crías para asegurar la supervivencia del resto de la prole. Aunque parezca cruel, se trata de una cuestión utilitaria.
¿Qué hace que una hámster se coma a sus crías?
Existen varias razones por las que una madre hámster se come a uno de sus hijos. Además, debes pensar que este acto es un mecanismo evolutivo implementado en su instinto, por lo que en cautividad puede ocurrir aunque no haya amenazas manifiestas. Aquí tienes los motivos más comunes por los que esto ocurre:
- Número de crías: como se decía más arriba, las hámsteres llegan a tener camadas de 10 crías en una sola sentada. La energía y la producción de leche necesarias para mantenerlas a todas con vida puede llegar a comprometer la propia supervivencia de la madre o la de toda la camada. Esto no beneficia de ningún modo a ambos componentes involucrados.
- Presencia del padre en la jaula: los machos de esta especie no realizan cuidados parentales. Por tanto, si un hámster macho está en la misma jaula que la hembra y la camada, podría matarlos por territorialidad.
- La madre se siente débil: si las crías requieren más recursos de los que la madre es capaz de brindar, podría comerse a alguna. De esta forma, reduce los costos y recupera energía.
- La hámster está estresada: en la naturaleza, la madre podría comerse a sus crías si se siente en peligro, de manera que recupera algo de la energía invertida en la camada para poder huir, sobrevivir y tener descendencia más adelante. En cautividad, el estrés puede desencadenar esta misma respuesta.
En cualquier caso, la hipótesis de la optimización de recursos es una de las muchas que se han formulado para responder a la pregunta de por qué una hámster se come a sus crías. No se sabe a ciencia cierta la razón por la que lo hace, aunque es un comportamiento extendido en el mundo de los roedores.
¿Cómo evitar que tu hámster se coma sus crías?
En cautividad no siempre vas a poder evitar que la madre se coma a sus crías. No obstante, puedes conseguir minimizar las posibilidades de que esto ocurra con las siguientes acciones:
- Retira al padre de la jaula cuando nazcan las crías: de esta forma evitas que la madre se las coma por el estrés de su presencia, así como las agresiones del macho hacia las crías.
- Mantén un entorno tranquilo: no te acerques demasiado a la jaula y evita ruidos fuertes y constantes. La madre y las crías son más susceptibles al estrés de lo habitual, por lo que conviene molestarlas lo menos posible.
- No toques a las crías: evita tocar a la prole al menos hasta que tenga 2 semanas de edad, pues antes de eso existe la posibilidad de que la madre rechace a su descendencia si se impregna de tu olor.
- Dale una buena alimentación a la madre: dar de mamar a camadas de más de 5 crías, como te podrás imaginar, es costoso a nivel energético. Procura que la hámster tenga siempre comida disponible y aumenta la cantidad de proteínas en su dieta.
La importancia de la tenencia responsable
Es muy tierno ver crecer a los pequeños hámsteres. No obstante, criar estos animales en casa supone una gran carga para la madre, por lo que hay que pensárselo muy bien antes de permitir que los padres se apareen. ¿Posees los conocimientos y recursos necesarios para gestionar la crianza? ¿Quién se va a quedar con las crías cuando nazcan?
Estas y muchas otras preguntas necesitan respuestas previas a la cría. Por último, pregúntate si tener una camada dentro de una jaula es lo mejor para el bienestar y la tranquilidad de tus roedores. Traer vida al mundo debe ser una celebración, no un accidente.
Bibliografía
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