¿Puedo bañar a mi perra después del parto?

Después de parir, el nido de una cánida se transformará en algo caótico: restos de placenta, secreciones vulvares, los cachorros pegados a ella para mamar e incluso sangre seca. Es normal que te preguntes si es bueno bañar a la perra después del parto, ya que querrás sanear un poco el lugar.

El momento posparto es delicado: la perra estará agotada, protegerá a los cachorros y tardará en volver a activarse. Por eso, aquí puedes aprender a lavar de forma correcta a la madre para no ocasionarle perjuicio ni a ella ni a las crías en el proceso. No te lo pierdas.

Características de una perra después del parto

Una perra que acaba de parir estará completamente exhausta. Es normal que no quiera moverse ni comer, pues solo se activará de vez en cuando para acicalar a los cachorros y vigilarlos. Es por eso que se aconseja ponerle agua cerca para que no tenga que ir a buscarla en ese estado.

Este cuadro de letargia puede durar hasta una semana, pero lo normal es que no pase de un par de días.

Además, los cachorros no dejarán de mamar durante los primeros días, así que nunca verás el nido vacío. Aunque tendrás que moverlos para cambiar mantas y empapadores, intenta alargarlo lo máximo posible con el fin de que conserven el olor de la madre y las crías.

Si la perra se pone agresiva no la molestes, pues está protegiendo a los cachorros y se debe reducir el estrés lo máximo posible a la hora de interactuar con ella. No obstante, fíjate en cómo trata a la prole: si no les hace caso, no les deja mamar u otras señales extrañas. Puede que en ese caso necesites asistencia veterinaria.

¿Cuándo puedo bañar a mi perra después del parto?

Entonces, ¿cuándo es un buen momento para bañar a la perra después del parto? Aunque intentes mantenerlo todo limpio, la cánida no querrá moverse, los cachorros seguirán ensuciando y la madre tendrá descargas vaginales durante una semana después de parir. Todo ello hace que el olor del nido sea algo desagradable y es normal que te preocupe la aparición de infecciones.

No se recomienda bañar a la madre hasta una semana después de haber parido. Antes de ese periodo la limpieza será una fuente de estrés, ya que tendrás que separarla de las crías y darle una ducha mientras está agotada. Piensa que los primeros días tiene hasta 6 cachorros mamando durante 20 horas consecutivas.

¿Cómo bañarla de forma adecuada?

Hasta que llegue el momento de darle un baño propiamente dicho, la mejor alternativa es limpiar a la madre con paños humedecidos con agua tibia. No uses jabón, ya que no podrás enjuagarla en condiciones y corres el riesgo de intoxicarla a ella cuando se acicale o a los cachorros al mamar.

Mientras tanto, cambia mantas y empapadores a medida que se ensucien y ten cuidado de no eliminar por completo el olor de la madre y los cachorros. Tendrás que evaluar la frecuencia de la higienización sobre la marcha, pues dependerá del número de crías por camada.

Cuando haya pasado una semana, preferiblemente 2 o 3, la hembra estará más animada y los cachorros no necesitarán estar mamando tanto tiempo seguido. En ese momento podrás bañar a la perra en condiciones. Asegúrate de enjuagarla muy bien para que no queden restos de jabón y no uses ningún producto tipo perfume, pues habría riesgo de intoxicación para los pequeños.

Además, los pequeños necesitan percibir el olor de su madre en todo momento para sentirse seguros.

¿Cómo evitar daños en las mamas de una perra tras el parto?

Uno de los cuidados postparto de una perra que más hay que tener en cuenta es el de la lactancia. Al producir leche continuamente y tener a los cachorros prendidos de ellas, existe un claro riesgo de infección en las mamas. Una mastitis, que es como se llama esta afección, compromete tanto la vida de la perra como la de sus cachorros, que se alimentarían de leche contaminada por bacterias.

Los cachorros pueden producir pequeñas heridas en los pezones al mamar y crear una vía de entrada a infecciones oportunistas.

Para evitar este cuadro, procura revisar a la madre cada vez que la limpies con el paño húmedo, al menos durante los primeros días. Si alguna mama está inflamada, la perra se queja cuando la tocas —y no deja mamar a los cachorros del dolor— o secreta leche con sangre y pus, llévala sin falta al veterinario.

Es por esto que bañar a la perra después del parto es una forma de controlar su salud y la de sus cachorros. Por otro lado, procura empezar a acostumbrar a los cachorros a comer pienso especializado cuando les salgan los dientes, pues de esa forma evitarás que alarguen demasiado la lactancia y aumenten el riesgo de causar mastitis en su madre.

El baño no es el único reto al que te enfrentarás si cuidas de una perra que acaba de parir. El estrés, su conducta, el ambiente y el manejo de los cachorros son puntos claves a controlar para que todo salga bien. Por eso, contar con un seguimiento veterinario durante el embarazo y la lactancia te asegurará que la madre pasa por este desafío lo mejor posible y que los pequeños crezcan sanos y fuertes.