Los cambios de tiempo, así como la mala alimentación y el estado deficiente del sistema inmunitario, son factores clave a la hora de contagiarse de una enfermedad infecciosa. Al igual que los humanos, los gatos son propensos a las patologías del tracto respiratorio superior, solo que en su caso se habla de gripe felina o rinotraqueitis.
Saber reconocer los síntomas y aplicar la prevención son 2 acciones muy necesarias para controlar la enfermedad, pues es bastante contagiosa. Si quieres saber cómo hacerlo, aquí tienes toda la información que necesitas acerca de la gripe felina.
¿Qué es la gripe felina?
La gripe felina es una enfermedad vírica que causa síntomas respiratorios similares a los de una gripe normal (de ahí su nombre). No obstante, no se trata de un resfriado y puede ser más grave que él e incluso cronificarse. Es especialmente peligrosa en gatos ancianos, cachorros y ejemplares con inmunosupresión (como los pacientes con leucemia felina).
El contagio es horizontal, es decir, se produce a través del contacto con gatos infectados. Hay ejemplares que portan el virus sin manifestar síntomas, pero también son capaces de transmitirlo. Otra vía de infección es a través del contacto con secreciones nasales u orales contaminadas.
Los humanos también podemos ser un vector de transmisión, pero no por zoonosis, sino por no cuidar la higiene debidamente. Las manos que no se lavan después de tocar a un gato enfermo, no desinfectar las suelas de los zapatos o desatender los objetos que haya en la sala supone ayudar al virus a extenderse en la población felina.
Causas de la gripe en gatos
Esta enfermedad se contrae debido a la acción de 2 virus diferentes, ya sea por uno de ellos o por los 2 a la vez. Estos son los siguientes:
- Herpesvirus felino (HPV): es un virus de ADN que provoca síntomas graves, pudiendo llegar a causar la muerte del felino por una infección secundaria. Por lo general el animal suele recuperarse, pero puede tardar semanas. El 90 % de los gatos domésticos son serológicamente positivos (han pasado la infección) y la mayoría lo portan latente durante toda la vida.
- Calicivirus felino (CVF): los síntomas que provoca este virus son más leves. Se distingue del otro por las pequeñas llagas que aparecen en la boca del felino infectado, sobre todo en la lengua, el paladar y la nariz. Es un virus de ARN que muta con frecuencia y afecta tanto a los gatos domésticos como a los salvajes.
Síntomas de la gripe felina
Los síntomas clínicos de una gripe felina suelen confundirse con los de un catarro a primera vista. No obstante, si aparecen de repente o persisten en el tiempo, toca sospechar de una rinotraqueitis. Los signos más comunes de esta enfermedad son los listados a continuación:
- Estornudos.
- Secreción nasal.
- Conjuntivitis: inflamación de la conjuntiva del ojo, dándole a este un aspecto enrojecido e inflamado.
- Secreción ocular y ojos llorosos.
- Cojera: algunas cepas de calicivirus felino provocan este signo clínico en gatos jóvenes.
- Inactividad y letargo.
- Respiración bucal: el gato respira por la boca a causa de la congestión nasal.
- Fiebre.
- Pérdida del apetito o anorexia.
- Tos.
- Úlceras bucales y salivación excesiva.
Diagnóstico de la enfermedad
El método habitual de diagnóstico para la rinotraqueitis es el examen físico completo, así como una anamnesis que incluya consultar el historial de vacunación de la mascota y una entrevista al tutor. A través de esta última se pretende conocer si han tenido lugar acontecimientos estresantes recientes y el posible contacto con gatos infectados.
En casos críticos o que no remiten en un tiempo largo se pueden llevar a cabo pruebas específicas para atacar la causa de raíz.
Tratamiento de la gripe felina
El tratamiento es sintomático, ya que es el sistema inmune del felino el que debe controlar el virus. De todas formas, cuando la infección es a causa del herpesvirus (HPV) se concibe la utilización de fármacos antivirales para combatir la infección.
Los cuidados más recomendados en todos los casos son los siguientes:
- Aislamiento de los gatos enfermos para evitar la diseminación de la enfermedad.
- Hidratación y un buen soporte nutricional.
- Manejo del dolor con analgésicos.
- Mantener al paciente en ambientes cálidos para evitar la multiplicación viral. Evitar también corrientes de aire.
- Terapia con antibióticos: la amoxicilina con ácido clavulánico, la doxiciclina y la azitromicina son los más comunes. La aplicación de antibióticos previene las infecciones bacterianas secundarias que pueda fomentar el virus.
- Tratamiento oftálmico para la conjuntivitis: lo más común son los antibióticos con fluoroquinolonas más condroitín sulfato. En caso de sospechar de un herpes, se utiliza un ungüento oftálmico antiviral.
- En algunos casos es necesario el interferón, un antiviral específico.
Remedios caseros contra la gripe felina
En casa también tienes formas de ayudar a tu gato a paliar los síntomas de su gripe felina. Aunque estos trucos no sustituyen una terapia farmacológica, sí que son útiles para mejorar su eficacia. A continuación tienes los más recomendados:
- Usa un humidificador: este artilugio ayuda a mantener el ambiente ligeramente húmedo, lo que facilita que el gato expulse la mucosidad y no se irriten sus vías respiratorias.
- Mantén la hidratación: como es frecuente que los gatos enfermos pierdan el apetito, se debe estar pendiente de su nivel de hidratación. Siempre tienen que tener agua fresca disponible y se puede añadir algo de comida húmeda a su dieta, pues esta suele ayudarlos a comer a la vez que aporta líquidos.
- Cuidados nasales: se deben retirar las secreciones nasales del gato con una toalla caliente y húmeda para evitar infecciones. Si la nariz se agrieta o tiene costras, aplica vaselina pura.
- Cuidados oculares: también debes cuidar sus ojos limpiando las secreciones de la conjuntivitis con gasas estériles y suero fisiológico. Esto evita infecciones secundarias, pero cuidado: usa una gasa para cada ojo, pues de lo contrario podrías pasar las bacterias de uno a otro.
¿Cómo prevenir la gripe en gatos?
Existe una vacuna para la rinotraqueitis. No obstante, solo disminuye el riesgo de contraer la enfermedad, no hace inmune al felino. Aun así, es muy recomendable tener todas las vacunas del gato al día (esta incluida).
La higiene de las manos, el entorno y los objetos es fundamental para impedir la transmisión del virus, pues nosotros podemos portarlo encima aunque no nos contagiemos.
Cuando un gato enferma y convive con otros se le debe aislar. En grupos de felinos, como las colonias, la mejor medida preventiva es vacunarlos a todos de manera periódica, poner en cuarentena a los nuevos miembros y evitar la sobrepoblación.
Prevenir esta enfermedad no solo protege a tus gatos de caer enfermos, sino a todos los demás felinos. Además, supone un cortafuegos para las posibles epidemias que puedan acontecer. Animales ancianos, cachorros y felinos con enfermedades inmunitarias agradecerán mucho tu responsabilidad.
Bibliografía
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- Colado, M. L. P., & Pérez, V. C. (2017). Enfermedades infecciosas felinas. Editorial Servet.
- Guerrero Moreno, E. L. (2019). Actualización del complejo respiratorio felino.
- Chronic Upper Respiratory Infections in Cats. (s. f.). Best Friends Animal Society. Recuperado 18 de octubre de 2021, de https://resources.bestfriends.org/article/chronic-upper-respiratory-infections-cats