¿Por qué no se debe tener animales salvajes como mascotas?

Tener animales salvajes como mascotas es ilegal. Estos son capaces de representar un riesgo para el ser humano y, por nuestra parte, podemos causarles daños irreparables.

Una de las mascotas más raras del mundo.

Tener animales salvajes como mascotas es cruel, además de ilegal. Muchas especies son hermosas y sus características llaman la atención de las personas. Por ello, en la actualidad hay miles de especies entre aves, mamíferos, peces y reptiles que están alejadas de su hábitat natural, con el único fin de satisfacer el capricho de los humanos.

Lo más complejo de tener este tipo de animales como mascotas es que el tutor nunca podrá brindarles lo que tendrían a su disposición en libertad. Debido a nuestra naturaleza, nunca les podremos enseñar a cazar, ni mucho menos otorgarles los alimentos que necesitan para su desarrollo adecuado. Dicho de otro modo, poco a poco los estaríamos matando en vida.

¿Cuáles son los animales salvajes?

Los animales salvajes son aquellos que bajo ninguna circunstancia se pueden domesticar. Viven en su hábitat natural y sacarlos de él los podría exponer a la muerte, al igual que a sus cuidadores. Aunque algunas especies puedan entrar en contacto con los humanos, su comportamiento es natural, así que ante una situación de amenaza, son capaces de actuar con base en su instinto.

Entre los animales salvajes que han sido introducidos en muchos hogares, se encuentran serpientes, loros, iguanas, tortugas y nutrias. Incluso, tigres y distintas especies de primates se han mantenido en cautiverio, con resultados casi siempre desastrosos —a menos que se mantengan en una reserva natural—.

No se pueden tener animales salvajes como mascotas.

Razones por las que no se deben tener animales salvajes como mascotas

A continuación, te vamos a explicar paso por paso por qué los animales salvajes no se pueden tener como mascotas. No te lo pierdas.

No olvidan su naturaleza agresiva

Como ya lo mencionamos, los animales salvajes nunca olvidan su instinto y naturaleza. Si una persona ‘adopta’ o compra un animal salvaje siendo un bebé, probablemente piense que en los años venideros nunca será agresivo, ya que no tuvo contacto con sus padres en su hábitat natural.

Sin embargo, ante una situación de amenaza, el animal reaccionará instintivamente y podrá comportarse de forma agresiva. De hecho, han sido muchos los casos documentados sobre ataques de primates a los miembros de sus ‘familias’ humanas. Recuerda que, aunque el ambiente juegue un papel fundamental en el desarrollo, el código genético no se olvida.

El ejemplo más sonado de esto fue caso de Charla Nash, que resultó herida de gravedad por el furioso ataque del chimpancé de su amiga. El animal tenía solo 3 días de nacido cuando fue comprado en un criadero de chimpancés, y tras vivir con su familia por 14 años, perdió el control en confusos hechos, ocasionando el brutal evento.

Pueden transmitir enfermedades

Los animales salvajes viven en condiciones naturales, por así decirlo, expuestos a un sinnúmero de bacterias y enfermedades que son desconocidas para el ser humano. De hecho, el tráfico de especies amenazadas se tipificó como un delito en 1973. Esta ley se postuló debido a que se ha comprobado que pueden transmitir ciertas enfermedades y causar graves consecuencias.

De hecho, como se reporta en la información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), diversos eventos pandémicos se han visto propiciados por el contacto estrecho entre animales salvajes y humanos.

Financia el contrabando de especies en riesgo

De acuerdo con el Programa de la ONU para el Medio Ambiente, el tráfico ilegal de vida silvestre representa un peligro real para la diversidad y los ecosistemas. Además, el documento revela que en Asia hay más tigres en cautiverio que en su hábitat natural, algo completamente inadmisible en una sociedad que lucha por la preservación de los seres vivos.

El mayor riesgo de la captura de animales salvajes son las precarias condiciones en las que lo hacen los cazadores ilegales. En el caso de los primates, muchos bebés son arrancados de sus madres, que mueren defendiendo a sus crías. Comprar animales salvajes contribuye a que estas prácticas continúen.

Pierden la oportunidad de crecer en su hábitat

Al comprar un animal salvaje y criarlo fuera de su entorno natural se le está arrebatando la oportunidad de crecer con sus padres y aprender comportamientos propios de su especie. Por más que se quieran igualar las condiciones, para nosotros los humanos es imposible enseñarles a cazar, a comportarse en manada y desarrollarse plenamente.

No se pueden domesticar

La domesticación de una especie puede tardar siglos. Los perros y gatos domésticos fueron salvajes alguna vez, y en aquellos que no tienen hogar, aún podemos observar comportamientos completamente salvajes. Esto ocurre porque su instinto prevalece por encima de su adoctrinamiento. De nuevo, cabe destacar que el genoma no se puede olvidar.

Pueden morir

Con los animales salvajes, pueden ocurrir 2 fenómenos mortales. El primero tiene lugar cuando se saca a la especie de su hábitat, pues introducir a un ser vivo especializado en un nicho a un entorno que no es el suyo de un momento a otro resulta mortal.

Ahora bien, muchas personas —como ocurre con los perros y gatos— abandonan a los animales luego de darse cuenta de que su cuidado excede sus capacidad en diferentes sentidos. Hacer esto con un animal salvaje es incluso peor a nivel ecosistémico: como mínimo va a fallecer, pero también puede convertirse en plaga, siempre que haya otro ejemplar de su especie suelto.

Es por esta razón que, cuando un animal es incautado por convivir con humanos de forma ilegal, debe someterse a un proceso de rehabilitación. Muchas veces las intervenciones no dan sus frutos y el ser vivo jamás puede regresar a su entorno natural.

Es ilegal

Una vez más, la tenencia de animales salvajes y en vía de extinción como mascotas es ilegal. No lo decimos nosotros, pues así se determinó en 1973 en la Convención de Comercio Internacional sobre Especies de Fauna Salvaje y Flora en Peligro de Extinción (CITES).

En la actualidad, hay permisos especiales para la reproducción de ciertas especies exóticas. Por ello, si tu gusto es tener una, deberás hacerlo en el marco de la legalidad, garantizando que el animal tenga sus vacunas y no representa un riesgo para la sociedad.

Aún así, los altos costos y trámites o la dificultad para comprar especies definitivamente no permitidas llevan a muchas personas a acudir a redes ilegales.

¿Cómo evitar que los animales salvajes terminen siendo mascotas?

Para los verdaderos amantes de los animales, no es una posibilidad tener como mascota a un animal salvaje. Si te encuentras con alguna negligencia en este sentido, debes saber que denunciar ante las autoridades es muy importante. Identifica las instituciones en tu país que se encarguen de recibir este tipo de denuncias y no tengas miedo en señalar al culpable.

También puedes concienciar a tu círculo, explicarle a tus familiares, amigos y compañeros los riesgos de tener un animal salvaje como mascota. Todo empieza desde abajo, así que ayudar a crear conciencia es siempre el primer paso para el cambio.

El jagleón es otro de los animales híbridos.

Los animales salvajes no son mascotas

Si en realidad amas a los animales, la mejor forma de demostrárselo es admirarlos en su hábitat natural y en libertad. La vida en cautiverio deja graves secuelas en los animales salvajes. Además de las descritas, muchos pueden experimentar episodios de depresión y ansiedad, así que albergarlos en el entorno doméstico nunca es una opción.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • La OMS pide más estudios y datos sobre el origen del SARS-CoV-2 y reitera que todas las hipótesis siguen abiertas. OMS. 2021.
  • ¿Qué estamos haciendo para poner fin al tráfico ilegal de vida silvestre? ONU. 2020.
  • Bertonatti, Claudio & Aprile, Gustavo. (1996). Manual sobre Rehabilitación de Fauna.
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