Anquilostomas en gatos: síntomas, causas y tratamiento

El parásito anquilostoma se ha encontrado en las muestras de suelo de varias partes del mundo, por lo que es una de las infecciones más habituales entre las mascotas.

Un ejemplo de la anquilostomiasis en gatos.

Los anquilostomas son endoparásitos intestinales que pueden afectar a la salud de los gatos. Pertenecen al grupo de los nematodos, capaces de infectar a perros, gatos, lobos, zorros y otros carnívoros. Es uno de los parásitos más habituales, pues se transmite con bastante facilidad.

Estos helmintos con forma de gusano tienen la capacidad de adherirse al intestino, gracias a que presentan una serie de ganchos en su boca. Debido a su carácter hematófago —chupan sangre—, pueden ocasionar anemia en su hospedero. La infección por este nematodo resulta fatal si no se tiene la atención adecuada. Sigue leyendo para conocer más sobre este parásito y sus consecuencias.

Anquilostoma, ¿Qué es?

El anquilostoma es un parásito con forma de gusano que se adhiere a las paredes del intestino, pues usa su boca para anclarse y desgarrar la mucosa intestinal. Mide entre 8 y 13 milímetros y es capaz de producir hasta 20 000 huevos al día. La enfermedad que provoca a nivel digestivo es conocida como anquilostomiasis, una condición que puede ser fatal en gatos jóvenes.

La anquilostomiasis afecta a gatos de todas las edades y la gravedad de los síntomas aumenta según el nivel de infestación. Debido a la variedad de especies que engloba el género Ancylostoma, su distribución abarca zonas de América, Asia, Australia, África, Europa y Oceanía.

Algunas de las especies más comunes de anquilostomas en gatos son las siguientes:

  • Ancylostoma brasiliense y Uncinaria stenocephala, que afectan también a perros.
  • Ancylostoma tubaeforme y Ancylostoma ceylanicum.

Un anquilostoma en el estómago de un gato.

Ciclo de vida

Una vez que los parásitos adultos están instalados en el intestino de su huésped, comienzan a producir huevos. Estos logran salir al ambiente por medio de la heces del animal.

La primera larva (estadio L1) de este parásito sale del huevo después del primer día. En este punto, la forma inmadura del nemátodo se encuentra en la tierra, por lo que se alimenta de bacterias y materia orgánica. Sigue su ciclo de vida alimentándose y mudando de piel 2 veces más, con lo que alcanza el segundo (L2) y tercer (L3) estadio de vida.

Estas 3 primeras fases de la vida del parásito transcurren en un intervalo de 2 a 22 días, dependiendo de la temperatura y la cantidad de alimento disponible. Al alcanzar su tercer estadio, ya es capaz de infectar a su huésped.

La infección se puede lograr por 2 vías: la cutánea y la oral. Dicho de otra forma, el nemátodo es capaz de perforar la piel para introducirse en su huésped o entrar por su boca. Su objetivo final es llegar al intestino: dependiendo de cómo y por dónde entre, tomará diferentes caminos por el organismo del félido.

Si entra por la piel, sigue una ruta linfática, pasa por el corazón y posteriormente se dirige a los pulmones. Desde aquí, migra a los bronquios y después a la tráquea y faringe. Con esto, llega a la zona de la boca —la entrada del sistema digestivo— y sigue su curso, hasta asentarse en el intestino. Toda esta travesía le toma entre 2 y 7 días.

Como paso final, la larva se ancla al intestino y se alimenta de la sangre, para poder crecer y mudar de piel una ultima vez. De esta forma, llega a su estadio adulto y alcanza la madurez sexual. Existen tanto hembras como machos, por lo que aquí se inicia la copulación para producir los huevos de esta generación.

Síntomas y causas de anquilostomas en gatos

Las principales causas de infección por anquilostomas responden a la convivencia o contacto con otros gatos infectados, tal y como indican estudios. Aun así, de forma general existen 3 vías de contagio:

  • Cutánea: el parásito entra a través de piel descubiertas.
  • Oral: los félidos ingieren los huevecillos.
  • Vía materna: a través de la leche materna de una hembra infectada, de la mamá a los gatitos.

Después del inicio de la infección, los gatos pueden presentar diversos síntomas, dependiendo del tiempo y de la gravedad de la infección. Entre las primeras señales de alerta por una reciente infección, listamos las siguientes:

  • Dermatitis: ocasionada por la entrada del parásito.
  • Laceraciones: heridas en la piel.
  • Acantosis: un engrosamiento de la piel, que aparece como reacción del sistema inmune.
  • Hinchazón: por la detección de cuerpos extraños.

Sin embargo, estos signos clínicos solo son visibles si la larva entra a través de la piel. En caso contrario, lo que observaremos son síntomas de la siguiente fase, como estos:

  • Enteritis: inflamación intestinal, que provoca descargas anales con o sin sangre.
  • Diarrea con heces obscuras o alquitranadas.
  • Perdida de peso.
  • Debilidad o renuencia a moverse.
  • Anemia.
  • Crecimiento lento —en gatitos—.
  • Mucosas pálidas.

Pocos son los cuadros letales, pero se pueden agravar conforme avanza el tiempo y si no se atiende la patología. Debido a esto, la recomendación es que se acuda con un profesional al detectar cualquier comportamiento extraño en la mascota. Recuerda que la anquilostomiasis es más severa en gatos pequeños.

Un gato con diarrea.

Cómo diagnosticas anquilostomas en gatos

Debido a que la reproducción del parásito es por medio de huevos liberados en las heces, la principal técnica de diagnostico es un análisis coprológico. Por medio de esta prueba, se observan a nivel microscópico las heces del gato, para revisar si existen evidencias (huevos) de la infección por anquilostomas.

Adicional a esto, se utilizan pruebas sanguíneas para detectar algún grado de anemia y el estado general salud. De esta forma, los profesionales logran descartar otras enfermedades —y también ayudan a seleccionar el tratamiento que se debe seguir—.

No necesariamente se deben presentar síntomas para realizarse el análisis. Ante cualquier sospecha, la recomendación es acudir con el profesional veterinario. Solo él está capacitado para descartar o confirmar el diagnostico.

Tratamiento y prevención

Una vez que se ha diagnosticado la anquilostomiasis, la primera acción que se debe tomar es estabilizar al paciente. Esto se realiza corrigiendo el desequilibrio nutricional y electrolítico que puede generar este parásito, ambos efectos derivados de una deshidratación por el exceso de diarrea. Dependiendo la gravedad, puede ser necesaria la transfusión sanguínea.

Después de este proceso, siempre se sigue el uso de fármacos antihelmínticos, que tienen el objetivo de eliminar al anquilostoma. Estos son tratamientos que pueden utilizar una única dosis o múltiples dosis a lo largo del tiempo. Todo estará definido por la cantidad de parásitos que tenga el gato.

Aunque parezca raro, la mejor manera de prevenir todo este proceso es desparasitar de forma regular a las mascotas. Los medicamentos que se usan para desparasitar suelen combatir una gran cantidad de patógenos que pueden afectar al gato. Por ello, la prevención es la mejor manera de ahorrarle el sufrimiento al félido y evitarnos la preocupación por pasar una situación de esta índole.

Un gato en un veterinario.

¿Anquilostomas infecta a humanos?

Sí, los humanos somos hospederos accidentales de este nematodo. Por esta razón, podemos infectarnos de la misma forma, e incluso, llegar a tener los mismos síntomas. De hecho, estos helmintos son capaces de ocasionar otro fenómeno en nuestra especie, denominado larva migrans, que hace referencia al paso del nematodo a través de la piel.

Recuerda que la mejor defensa contra este tipo de patógenos es mantener una buena higiene en el entorno del animal. Si llevas a tu gato al veterinario de forma asidua y lo desparasitas, los riesgos de anquilostomiasis son mínimos.

Bibliografía

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