Al mencionar a las aves más grandes del mundo, vienen a nuestra mente las cigüeñas, cóndores y albatros. Sin embargo, esto es cierto solamente si hablamos de la biodiversidad actual. Si nos movemos en el tiempo y regresamos unos cuantos millones de años atrás, nos encontraremos con Argentavis magnificens.
Esta especie fue una de las aves carnívoras más grandes en el mundo. Aunque su tiempo en la tierra expiró, eso no le quita protagonismo. La historia que hay detrás del descubrimiento de este titán alado es impresionante: sigue leyendo y entenderás por qué.
El ave gigante bajo tierra
Durante la década de 1970, los paleontólogos Rosendo Pascual y Eduardo Tonni iniciaron sus investigaciones en La Pampa (Argentina). En sus excavaciones, encontraron unos huesos que parecían ser los de un ave, pero eran tan grandes que dudaron de sus suposiciones.
Más tarde se confirmó que estos restos pertenecían al ave más grande que había habitado la Tierra, Argentavis magnificens. Según estudios, este ave tenia una antigüedad de aproximadamente 7 millones de años. Además, medía más de 8 metros de envergadura y, del pico a la cola, registraba alrededor de 3,5 metros. Cada pluma podía medir más de un metro.
Esta especie pudo haber llegado a pesar lo mismo que un humano promedio, 70 kilogramos.
Controvertido ascenso
El simple hecho de que este ave existiera es un desafío a la naturaleza. En ese tiempo, no se concebía que un animal alado sobrepasara los 35 kilogramos de peso. Este rechazo no era únicamente por capricho, pues ponía en duda todo lo que se sabía sobre el vuelo y la aerodinámica.
La cuestión era bastante sencilla: por evolución, las aves cambiaron y modificaron su aspecto para poder volar con mayor facilidad. Esto significa que se volvieron lo más ligeras posible para que, al aletear, no les costara elevarse. Al menos, esto era lo que se creía antes del descubrimiento de A. magnificens.
Entonces ¿cómo era posible que Argentavis magnificens lograra volar? La respuesta es un poco compleja: este ave no volaba, planeaba. Esto quiere decir que utilizaba las colinas y sierras del área para lanzarse y, con ayuda de las corrientes de viento, mantenerse flotando. Esto no es volar, sino caer con estilo.
¿Qué comía Argentavis magnificens?
En el mismo sitio donde se encontró a Argentavis también se hallaron varios mamíferos. El clima subtropical que existía en la zona permitió que existieran pastizales. Por esto, los mamíferos pequeños, casi del tamaño de una liebre, eran bastante abundantes y posiblemente su principal fuente de alimento.
Además de ser carnívora, esta especie era carroñera, por lo que también se podía alimentar de cadáveres.
La forma en la que cazaba a sus presas es bastante peculiar. Argentavis usaba su pico como si fuera un martillo, con el que golpeaba a la presa hasta la muerte. También se cree que este ave pudo haber utilizado su peso a su favor, por lo que al posarse sobre sus victimas, podía sofocarlas con la masa de su cuerpo. Al final, se tragaba fácilmente a su víctima de un solo bocado.
Sus nidos
Tenemos que tomar en cuenta que, al ser un ave tan grande y pesada, parece imposible que hiciera nidos en montañas o riscos. Sin embargo, de igual forma, el que tuvieran nidos a nivel del suelo le crearía problemas con otros depredadores.
La solución que puso Argentavis a este problema parece encontrarse en su ambiente. Actualmente, La Pampa es una zona donde soplan vientos continuamente desde el sur. Además, cuando este ave existió, la Cordillera de los Andes no tenía una altura suficiente para frenar los vientos del norte.
Esto significa que esta especie era beneficiada por vientos de distintas direcciones, lo que le permitía planear para alcanzar lugares altos y anidar. Por todos estos motivos, estas aves eran capaces de desplazarse fácilmente de su zona de caza hasta su zona de anidamiento.
Argentavis magnificens pertenece a un grupo de aves maravillosas
Argentavis magnificens pertenece a un grupo denominado teratornítidos —aves monstruosas o prodigiosas—. Este grupo se caracteriza por tener entre sus filas a fósiles de aves que superaban el tamaño del pájaro actual, de ahí que se les denomine «maravillas». Además, los parientes más cercanos que tienen son los cóndores, por lo que se cree que pudieron ser similares.
Los primeros teratornítidos fueron encontrados en yacimientos paleontológicos de América del Norte. La envergadura de estas especies superaba los 5 metros y se creía que estaban en los limites físicos que podía alcanzar un ave para poder volar. En comparación, la mayor envergadura de un ave actual no rebasa los 3 metros.
Desaparecido en el tiempo
La extinción de esta especie podría deberse a los cambios climáticos o a la lucha por el alimento. Sin embargo, es probable que no sean las únicas posibles respuestas. Lamentablemente se carece de mucha información, por lo que tendrás que esperar a que la ciencia siga investigando a esta especie para conocer el motivo de su declive.
Hasta donde se sabe, la historia de este ave gigante comienza y termina en el Mioceno tardío. A partir de este momento se le pierde la pista, por lo que se considera como finalizada su historia evolutiva. Por suerte o por desgracia, había que dejar paso al inicio del camino de otras muchas especies de animales en la Tierra.
Bibliografía
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- VIZCAÍNO, S. F., & FARIÑA, R. A. (1999). On the ftight capabilities and distribution of the giant Miocene bird Argentavis magnificens (Teratornithidae). Lethaia, 32(4), 271-278.
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- Vizcaíno, S. F., & Fariña, R. A. (2000). El vuelo de un gigante. Museo.