¿Cómo ser el mejor amigo de mi perro?

"¿Cómo ser el mejor amigo de mi perro?" es una pregunta que todo el mundo se hace cuando convive con cualquiera de estos maravillosos seres.

¿Por qué a los perros les gusta que les rasquen la barriga?

Si tienes la suerte de convivir con un cánido doméstico, seguramente su rabo oscilante y su mirada brillante te habrán llevado a pensar de qué forma puedes ser el mejor amigo de tu perro. En las siguientes líneas, te mostramos algunas claves para ello.

La relación humano-perro está ya lejos de su carácter simbiótico, en el que protección y comida se intercambiaban como interés común. En la actualidad, se trata más de un vínculo basado en compañía y ayuda que en la supervivencia. Por esta razón, la amistad entre un can y un humano van más allá de lo biológico.

La amistad es igual para todo el mundo

Está ya demostrado desde hace tiempo que los canes pueden sentir amor por sus tutores. El proceso de vínculo afectivo es esencial para la cohesión y supervivencia de los individuos de especies gregarias, como humanos y perros.

El biólogo Marc Bekoff afirma que las relaciones amistosas que se dan entre especies distintas tienen las mismas características que en la modalidad intraespecie. Esto significa que sí, puedes ser el mejor amigo de tu perro, incluso de otras especies, de la misma forma que 2 humanos pueden establecer un vínculo a largo plazo.

Ser el mejor amigo de tu perro no es difícil si lo tratas bien.

Cómo ser el mejor amigo de tu perro

Como cualquier amistad, la relación que tienes con tu perro consta de una serie de pilares que debes cuidar para que no se derrumben. En los siguientes apartados, tienes los consejos que te ayudarán a elevar esta relación hasta su categoría máxima.

1. Observa con atención

Conocer a tu perro es fundamental: qué le gusta, qué le molesta o qué hace cuando está triste. Aprovecha la base instintiva de comprensión mutua que os ha dado la evolución conjunta, pues es más fácil de lo que parece saber en qué está pensando tu compañero canino en casi cualquier situación.

Además, esto es tremendamente útil para detectar todo problema de salud que tenga, tanto mental como físico. Si entenderte con tu perro te resulta más difícil de lo que pensabas, un experto en comportamiento animal puede ayudarte a pulir los detalles que te falten por conocer.

2. Dale buenos cuidados

Para darle los cuidados adecuados a un can puedes aplicar, como base, las 5 libertades fundamentales de los animales no humanos. Estas son las siguientes:

  1. Libre de hambre, de sed y de desnutrición.
  2. Libre de temor y de angustia.
  3. Libre de molestias físicas y térmicas.
  4. Libre de dolor, de lesión y de enfermedad.
  5. Libre de manifestar un comportamiento natural.

Si a esta base le añades un poco de dedicación en su alimentación, descanso y ocio, tu perro gozará de una salud perfecta para poder aprovechar todos los buenos momentos contigo. De esta forma, vuestro vínculo tendrá unos cimientos de bienestar sólidos y seguros.

3. Pasar tiempo juntos te ayudará a ser el mejor amigo de tu perro

Dedicar tiempo a estar con tu can es fundamental para que se sienta querido. Hay cientos de formas de dedicarle tiempo, desde salir a pasear hasta viajar, pasando por los juegos, el entrenamiento o simplemente descansar juntos en un sofá.

El juego es especialmente útil a la hora de darle calidad a la relación, ¿qué mejor forma de hacer amigos que jugando? Tanto para perros como para humanos, las amistades se inician a través de la diversión. Además, una educación basada en el estímulo permite que el perro tenga más libertad y mayor confianza contigo al mismo tiempo.

4. Usa el contacto físico

Aunque para los humanos es posible establecer una relación amistosa sin contacto físico, para los canes es fundamental. Salvo excepciones, las caricias, besos y el contacto en general forman parte de la socialización canina. Si se les priva de ello, la falta de afecto puede tener graves consecuencias sobre su bienestar emocional.

Debes saber, aparte de todo esto, que no solo tu amigo canino se beneficia de las caricias: cuando existe contacto físico entre ambas especies, tanto el perro como el humano liberan oxitocina, la llamada «hormona del amor». Esta hormona está relacionada con la reducción del estrés y la ansiedad, así que tú también ganas salud en el proceso.

5. Los límites también son necesarios para que seas el mejor amigo de tu perro

Poner límites está en el polo opuesto al castigo. Al igual que el perro fijará sus límites contigo —como mostrar enfado si le molestas—, es tu responsabilidad ponérselos a él para que la relación se configure en términos de respeto y comunicación.

Para esto, es necesario mantener la calma al tratar con los canes. Las señales de nerviosismo —gritos, agresiones, regañinas— que un perro percibe en un humano son fácilmente malinterpretables y solo llevan a la confusión y al estrés de ambas partes.

Un perro y su tutor se lo pasan bien.

Ante todo, disfruta de la compañía del animal. Acoger a un can en tu hogar es una fuente inagotable de energía positiva. Al igual que tú ves el cariño y la felicidad en sus ojos, los perros también perciben y se contagian de tu amor por ellos. Aprovéchalo.

Bibliografía

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  • Bekoff, M. (2013). Why dogs hump and bees get depressed: The fascinating science of animal intelligence, emotions, friendship, and conservation. New World Library.
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