A medida que se exploran las maravillas del mundo animal, más y más cosas dignas de un cómic de superhéroes —o incluso de terror, a veces— acaban por aparecer. Tener supersentidos, desde luego, es de las cosas más fascinantes que vas a poder encontrar en algunos representantes del reino animal.
Para ilustrar esta idea, en las siguientes líneas vas a poder leer, sentido por sentido, las especies de animales que más destacan en cada una de las categorías. En la naturaleza, la relación con el entorno puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte en cualquier momento.
La vista
La vista, al ser el sentido del que más dependemos los humanos, siempre ha sido uno de los más estudiados en el reino animal. Aquí tienes 2 ejemplos especialmente sorprendentes.
1. Rapaces diurnas
Estas aves son bien conocidas por tener una alta agudeza visual. Sus ojos tienen una estructura especial, ya que el globo ocular presenta una forma tubular con alrededor de un millón y medio de fotorreceptores en la retina.
De hecho, estos animales necesitan un órgano especial llamado pecten —que se ancla a la retina— para poder hacer llegar todos los nutrientes necesarios para alimentar esa gran cantidad de células. Los humanos tenemos unos 150 mil o 200 mil receptores de luz, mientras que en la fóvea de una rapaz hay un millón y medio de células receptoras.
Además, su vista se considera dentro de los supersentidos por otro detalle: estas aves poseen 2 fóveas, una para la visión central y otra para la periférica. Esto quiere decir que pueden fijar su vista en 2 puntos al mismo tiempo. ¿Te imaginas poder enfocar 2 objetos a la vez?
2. La gamba mantis (Odontodactylus scyllarus)
La agudeza visual no es lo único envidiable en un animal. La gamba mantis ha sido catalogada hace poco como la poseedora de los ojos más complejos del reino animal: estos tienen 12 canales de color –la mayoría de seres vivos poseen entre 2 y 4–. Tienen una forma de codificar la información del color que es diferente a todos los demás animales conocidos.
Esto, sin embargo, no les dota a estos invertebrados de la visión de colores imposibles, sino de una gran rapidez a la hora de discriminar colores básicos. La velocidad de reacción ante estos estímulos es clave a la hora de competir por la pareja o huir de depredadores.
El oído
Para que tengas una referencia, el rango de sonidos que el humano es capaz de escuchar va de los 20 a los 20 000 Herzios. En este apartado, vas a conocer a 2 especies: la que entra dentro de la categoría de los supersentidos por los agudos y la que lo hace por los graves.
3. Polilla de la cera (Galleria mellonella)
La polilla de la cera se considera el animal con mejor oído del planeta. Esta especie es capaz de escuchar ultrasonidos de aproximadamente 300 000 Herzios de frecuencia.
Por sorprendente que parezca, esto no es casual: el depredador natural de esta polilla es el murciélago. Gracias a su increíble sensibilidad a los ultrasonidos, esta polilla puede escuchar los ecos que el murciélago utiliza para detectarla con su ecolocalización y evitar así convertirse en su cena.
4. Elefante africano (Loxodonta africana)
Este paquidermo ocupa el segundo puesto de animales con mejor oído, pero en esta ocasión por el lado de los infrasonidos. Los elefantes son capaces de comunicarse entre ellos mediante infrasonidos, pero también reciben las vibraciones del suelo a través de las patas y se comunican con ellas.
Así, pueden reconocer llamadas de sus compañeros o familia en un rango de más de un kilómetro de distancia. Además, pueden distinguir individuos a partir de las vibraciones que reciben desde el suelo, según cómo sean las pisadas de estos.
El gusto también puede estar entre los supersentidos
El gusto, en humanos, está directamente relacionado con el olfato, pero ciertos sabores básicos se procesan a través de las papilas gustativas de la lengua. En las siguientes líneas tienes un animal cuyo sentido del gusto no se queda dentro de la boca.
5. Pez tigre (Galeichthys felis)
Este pez, también conocido como bagre, tiene casi 200 000 receptores del gusto repartidos por todo su cuerpo. Es decir, puede saborear su entorno a través de toda su piel. Este animal incluso usa su cola a modo de lengua, pues acaricia con ella la superficie que quiere saborear, como si de un lengüetazo se tratara.
El tacto
Este sentido no está especialmente desarrollado en humanos, pero algunos animales lo llevan un paso más allá. Es el caso de los manatíes, cuyas características veremos en las siguientes líneas.
6. Manatí antillano (Trichechus manatus)
También conocidos como vacas marinas —por su carácter apacible y su dieta herbívora—, los manatíes entran en la liga de los supersentidos gracias a su capacidad para sentir objetos que no tocan su cuerpo. ¿Cómo lo hacen?
Estos mamíferos tienen el cuerpo cubierto de vellosidades que funcionan de forma parecida a las vibrisas de un gato. El conjunto de estos bigotes táctiles forman una especie de aparato sensorial propio, que les ayuda a detectar cambios en las corrientes, la temperatura o la fuerza de la marea.
Esto es especialmente útil para las especies que se mueven en aguas con poca visibilidad, como el Amazonas.
6. El olfato
Aunque lo más esperable es pensar en un perro o un lobo cuando se trata de supersentidos como el olfato, te vas a sorprender: este animal ya lo has descubierto en líneas anteriores. El rey del olfato, en efecto, es el elefante africano (Loxodonta africana), con 1984 genes de receptores olfativos.
Los elefantes tienen 5 veces más genes de este tipo que los humanos —el doble que los perros—. La clave está en la trompa: además de que la usan como extremidad para explorar y tiene un tacto muy fino, su gran tamaño refuerza la eficacia del olfato.
¿Existen otros supersentidos?
Para cerrar este tema, te dejamos con una reflexión: los sentidos que nosotros poseemos no son los únicos que existen. La ecolocalización, sin ir más lejos, permite a cetáceos y otros animales hacer una representación espacial de su entorno sin necesidad de usar la vista.
Otro ejemplo maravilloso es la capacidad de algunas aves —como las palomas— para percibir los campos magnéticos del planeta y orientarse a través de ellos. ¿Qué maravillas nos estaremos perdiendo los humanos?
Bibliografía
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H.H. Thoen; M.J. How; J. Marshall, T.-H. Chiou. "A Different Form of Color Vision in Mantis Shrimp", Science 343: 411 - 413. 23 de enero de 2014. Heyers D, Manns M, Luksch H, Güntürkün O, Mouritsen H (2007) A Visual Pathway Links Brain Structures Active during Magnetic Compass Orientation in Migratory Birds. PLoS ONE 2(9): e937. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0000937