El movimiento (motilidad) en los seres vivos se define como la capacidad de un organismo para moverse de forma libre y espontánea en el medio. Dependiendo de la escala evolutiva y de los requerimientos del animal analizado, el método de desplazamiento puede ser muy diferente.
En general, los seres vivos se mueven hacia el estímulo o lejos de él, pero también existen movimientos aleatorios y métodos de locomoción que caen entre medias de ambos términos. Si quieres conocerlo todo sobre el movimiento en el reino animal y vegetal, continúa leyendo.
Los 3 tipos de movimiento en los seres vivos
El movimiento, desde un punto de vista físico, se puede definir como el cambio de la posición de un cuerpo a lo largo del tiempo con respecto a un sistema de referencia. Casi todos los seres vivos se mueven de una manera u otra a lo largo de su vida, aunque no tengan mecanismos motrices complejos como las extremidades de los vertebrados.
En general, podemos discernir 3 tipos de movimiento a grandes rasgos en los organismos. Estos son la taxis, la kinesis y el tropismo. Te los contamos en las siguientes líneas de forma general, con ejemplos curiosos de cada caso.
1. Taxis
La taxis es una respuesta direccional de un ser vivo unicelular o pluricelular fruto de un estímulo externo. Esta puede ser hacia la fuente (atracción) o lejos de ella (repulsión). Por ejemplo, un animal se acerca hacia su fuente de alimento para nutrirse, pero huye de un potencial depredador, pues este podría acabar con su vida.
Existen muchísimos tipos de taxis, tantos como estímulos ambientales que generen respuesta en los seres vivos. Entre ellos, encontramos los siguientes:
- Aerotaxis: el estímulo es la presencia de oxígeno. Por ejemplo, las bacterias aeróbicas se mueven hacia los lugares con mayor concentración de este elemento, pues lo necesitan para vivir.
- Electrotaxis: el estímulo es el campo magnético. Se estipula que, en base a los cambios en la electricidad, las células son capaces de orientarse hacia tejidos y heridas, con el fin de poder repararlos con mayor rapidez.
- Fototaxis: el estímulo es la luz. Muchos invertebrados presentan una fototaxis negativa, es decir, huyen de las fuentes lumínicas y se resguardan en ambientes húmedos y oscuros.
Feromonas y quimiotaxis
La quimiotaxis es aquella que tiene como estímulo un gradiente de concentración químico. Aunque no lo parezca en primera estancia, las feromonas de los animales se basan completamente en este tipo de taxis.
Por ejemplo, las feromonas en perros tienen distintas funciones: calmar a los cachorros, marcar territorio y atraer a ejemplares del sexo contrario. Gracias a estos compuestos químicos volátiles, los canes eligen si quieren acercarse de forma direccional al estímulo o alejarse de él.
2. Kinesis
La kinesis es similar a la taxis en que, en ambos casos, el ser vivo responde a un estímulo externo. La diferencia principal entre ambos términos es la direccionalidad: en la taxis el animal va hacia un lugar concreto o se aleja de él, mientras que en la kinesis el movimiento no es direccional.
Por ejemplo, si se calienta un matraz con un cultivo bacteriano, las bacterias pueden comenzar a moverse de forma no direccional en respuesta al calor. Cuanto más rápido se muevan, más se demuestra que están buscando su zona de confort. Si el movimiento es lento, seguramente se encuentran en un rango tolerable.
La kinesis y los isópodos
Estudios han demostrado los fenómenos kinéticos en isópodos (Crustáceos). Estos invertebrados presentan una atracción hacia objetos sólidos (tigmokinesis) y sitios oscuros (fotokinesis negativa). Así pues, cuanto menos favorables sean las condiciones ambientales, más se mueven de forma no direccional en el entorno.
3. Tropismo
En último lugar tenemos el tropismo, típico de las plantas. El tropismo se diferencia de la taxis en que, a pesar de ser un movimiento direccional, los seres vivos que lo presentan no tienen mecanismos de motilidad tan claros como cilios, flagelos o extremidades. Este fenómeno se puede dividir en 3 sencillos pasos:
- Sensación del estímulo, generalmente la luz.
- Transducción de la señal a nivel metabólico por parte de la planta.
- Producción del crecimiento direccional hacia el estímulo o lejos de él.
Así pues, si alguna vez ves una semilla germinando y torciendo el tallo hacia la ventana, estarás observando un claro fenómeno de tropismo. Aunque el fototropismo sea el ejemplo más común en vegetales, existen otras muchas variantes más.
Los 3 tipos de movimiento en los seres vivos son diferentes entre ellos, pero a la vez tienen un objetivo en común: responder a los estímulos presentes en el ambiente. Gracias a estos mecanismos biológicos inherentes, los organismos son capaces de persistir a lo largo del tiempo y sortear posibles amenazas.
Bibliografía
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- Morris, M. C. (1999). Using woodlice (Isopoda, Oniscoidea) to demonstrate orientation behaviour. Journal of Biological Education, 33(4), 215-216.
- Quax, T. E., Albers, S. V., & Pfeiffer, F. (2018). Taxis in archaea. Emerging Topics in Life Sciences, 2(4), 535-546.