Caracol gigante (género Achatina): cuidados en cautiverio

La tenencia, cría o compra-venta de caracoles gigantes está totalmente prohibida en muchos países. Ten esto en cuenta antes de plantearte hacerte con un ejemplar.

Un ejemplar de Achatina en la mano de un tutor.

Aunque puede resultar emocionante tener un caracol gigante como mascota por su apariencia exótica, antes de aventurarse a ello se deben conocer realmente las distintas especies dentro de este género y las consecuencias de su tenencia.

Como cualquier otro caracol terrestre, este gasterópodo es difícil de mantener en cautividad a largo plazo, pero sí es fácil que críe —algo nada recomendable—. Si una persona decide mantener a estos animales como mascotas, deberá comprender los riesgos biológicos, ecológicos y legales de ellos a la perfección. 

Consideraciones previas

Los caracoles gigantes (Achatina sp.) pertenecen a la familia Achatinidae, que incluye a los gasterópodos terrestres más grandes del mundo. Todas las especies que existen son originarias del continente africano.

Sin embargo, estos animales han llegado a otros lugares del mundo como alimento o carnaza de pesca. Su carne, al igual que la de otros caracoles, es muy apreciada en multitud de países.

Debido al tráfico de la especie fuera de sus países de origen, su cría para consumo humano y otros usos, el caracol gigante es a día de hoy una especie exótica invasora en lugares como Estados Unidos, Argentina, México o Brasil.

Su apetito voraz, la falta de depredadores naturales y la capacidad para reproducirse han hecho de este caracol un animal muy peligroso ecológica y económicamente. Además de atacar a especies de plantas locales, los ejemplares adultos arrasan con los cultivos a una velocidad vertiginosa.

Por otro lado, este caracol es el hospedador primario de Angiostrongylus cantonensis, un nematodo parásito que causa meningoencefalitis eosinofílica en humanos. Por desgracia, también actúa como vector de otras muchas especies parasíticas que afectan a otros seres vivos.

Debido a este conjunto de amenazas, los caracoles gigantes están totalmente prohibidos en aquellos lugares donde ya son especie invasora. Asimismo, en aquellas regiones donde aún no existen poblaciones en libertad —como España— está totalmente prohibida su tenencia igualmente.

Un caracol Achatina sobre una rama.

Cuidados en cautiverios del caracol gigante

El cuidado del caracol gigante es complicado. Desde que se adquiere un grupo de ejemplares, hay que estar muy pendientes de ellos para asegurar que no se reproduzcan y que no contengan parásitos.

Estos animales viven un promedio de 6 años, pero pueden llegar a los 10, por lo que antes de hacerse con ningún ejemplar se debe estar muy seguro. Estos invertebrados requieren control de temperatura constante, lavados y suelen padecer muchas enfermedades bacterianas.

¿Cómo debe ser el terrario?

El caparazón del caracol gigante puede llegar a medir más de 27 centímetros de longitud y su pie extendido hasta 38 centímetros. Un animal tan grande debe ser alojado en un terrario de no menos de 20 litros.

Además, este invertebrado necesita un sustrato de tierra mezclado con fibra de coco. Por otro lado, se deberán añadir trozos de madera y corcho a la instalación, así como trozos de macetas de arcilla a modo de escondite para los caracoles. 

No es necesaria la adición de más decorado —como plantas vivas— pues  los caracoles se las acabarán comiendo. Todo el material que se introduzca dentro del terrario deberá estar completamente desinfectado.

Condiciones ambientales

Las condiciones ambientales básicas que deben ser diariamente controladas son la temperatura y la humedad. Si alguna de las dos falla, los animales morirán o bien entrarán en un estado de hibernación.

Con respecto a la temperatura, el terrario debe estar a unos 25 ºC. No obstante, este animal podrá sobrevivir dentro de un rango de entre 19 y 26 °C. Si la temperatura se escapa de este rango óptimo, los caracoles comenzarán a pasarlo muy mal.

Por otro lado, la humedad es crucial. Cada día deberá rociarse el sustrato para que se mantenga húmedo, pero nunca mojado o encharcado. Un exceso de humedad favorece la aparición de patógenos dañinos para el animal.

Los caracoles requieren esta atención a la humedad para evitar la deshidratación y los posibles problemas en el caparazón. Si se utiliza algún tipo de calentador para mantener la temperatura —siempre por fuera del terrario—, habrá que rociar el tanque con más frecuencia.

Si por el contrario el sustrato está demasiado húmedo a pesar de que no se le rocíe a diario, esto es porque existe un problema de aireación. La instalación de pequeños ventiladores en el terrario o la colocación de una tapa de malla ayudará con el problema.

La alimentación del caracol gigante

El caracol gigante es un animal omnívoro, por lo que comerá casi cualquier cosa. Aun así, en cautividad es mejor alimentar a los ejemplares adultos con frutas y verduras frescas. Estas pueden colocarse sobre el sustrato del terrario.

Es importante no dejar más de dos días el alimento en el terrario, pues se pudrirá. Lo mejor es echar menos cantidad de forma frecuente para evitar estas situaciones.

Por último, nunca está de más colocar un bebedero para reptiles en la instalación. Aunque los caracoles toman todo el agua que necesitan del alimento, es mejor que no dependan exclusivamente de ello. Por último, es esencial añadir una piedra de calcio al terrario. Este elemento es fundamental para la buena salud del caparazón del caracol.

Reproducción 

Solo con que se tengan dos ejemplares adultos en el mismo habitáculo, estos se reproducirán automáticamente. Los caracoles son animales hermafroditas, por lo que cada individuo posee ambos sexos.

Un solo caracol gigante puede poner una media de 1200 huevos al año. Estos son grandes, de color amarillo y se entierran en el suelo. Lo más sensato, cuando esto ocurre, es deshacerse de ellos mediante la congelación o la desecación.

El control de la reproducción de estos animales es extremadamente necesario. Ya se ha visto en muchos países los estragos que causan en los cultivos y en la naturaleza cuando se escapan o son liberados.

Un caracol gigante de frente.

Como habrás podido observar, cuesta un poco recomendar de forma optimista a este género de caracoles como mascotas. La tenencia de un caracol gigante solo se debe contemplar en los lugares donde su importación sea legal y, además, todo tutor debe tener cierta experiencia a la hora de mantener animales exóticos si quiere hacerse con uno.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • Franco Gonzáles, N. (2018). Plan de Prevención, Control y Manejo (PPCM) de Caracol Gigante Africano (Achatina fulica) en la Jurisdicción CAR. Dirección de Recursos Naturales, Grupo de Biodiversidad.
  • McLeod, L. (October, 2019). The Caring and Keeping of Giant African Land Snails. The Spruce Pets. Disponible en: https://www.thesprucepets.com/giant-african-land-snails-achatina-spp-1237228
  • Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras. Boletín Oficial del Estado. España.
Scroll al inicio