Cebrallo: un cruce de cebra y una yegua

La naturaleza está llena de paradigmas y curiosidades y, sin duda, el cebrallo es la prueba viviente de ello. Los híbridos animales son realmente interesantes desde un punto de vista morfológico y evolutivo, pues nos muestran cómo se reparten los rasgos físicos de distintas especies en un mismo descendiente.

El cebrallo, producto de un cruce entre una cebra macho y una yegua —caballo hembra—, presenta una serie de curiosas características recogidas de ambos progenitores. Si quieres saber más sobre este fascinante animal, continúa leyendo.

El cebrallo: un híbrido singular

En biología, un híbrido se define como la descendencia resultado de la combinación de dos organismos parentales de distintas razas, variedades, especies o géneros mediante la reproducción sexual. En muchos casos los híbridos no son una combinación exacta de los caracteres de sus padres, pues pueden mostrar atributos más o menos evidentes que ellos.

Cabe destacar que la mayoría de híbridos se producen entre dos especies de un mismo género, entre las cuales se puede producir la fertilización por cierto grado de similitud genética. La naturaleza es sabia y por ello casi todos los animales híbridos son estériles, hecho que previene el flujo genético deletéreo entre especies.

Como ya hemos dicho, el cebrallo es el resultado de un cruce entre una cebra macho y una yegua. En inglés este animal se conoce como zorse, una combinación terminológica de las palabras zebra y horse. A continuación, te mostramos algunas de las características más interesantes de este remarcable animal.

Características del cebrallo

Tanto las cebras como los caballos pertenecen al género equus, razón por la cual la concepción de este animal híbrido es posible. Un caballo tiene 64 cromosomas, mientras que una cebra presenta de 32 a 46 según la especie. La mayoría de los cebrallos tienen una composición genética intermedia entre ambas especies: 54 cromosomas.

A continuación, te presentamos una lista con las singulares características de este animal:

• Físicamente, el cebrallo tiene más una apariencia de caballo que de cebra. Aun así, es de tamaño más pequeño que un équido normal y presenta una crin poco poblada.
• Los cebrallos tienen rayas en distintas zonas del cuerpo, si bien suelen ser más evidentes en las patas. También se observan con frecuencia en el lomo y en el cuello, siempre en forma de parches discontinuos.
• Estos animales se pueden domar y usarse como montura, pero su carácter es más salvaje e impredecible que el de un caballo doméstico normal.

Resulta interesante conocer que los cebrallos se crían en Estados Unidos como rareza, pues se consideran animales de montura exóticos. Son híbridos más fáciles de montar que una cebra común, ya que sus caracteres corporales se asemejan más a los de un caballo, por lo que las sillas de montar se adaptan fácilmente a ellos.

Por desgracia y como ya hemos dicho previamente, el cebrallo sigue teniendo un importante componente salvaje. Por esta razón, es un animal temperamental, rebelde y a veces agresivo. Desde luego, es una opción mucho menos viable en lo que a equitación se refiere en comparación con un caballo purasangre.

Por último, es necesario acotar que los cebrallos son poco fértiles por el número atípico de cromosomas que presentan. Las hembras no se suelen quedar embarazadas, mientras que la inmensa mayoría de los machos son directamente estériles, tal y como indican ciertos portales divulgativos.

Más ejemplos

A pesar de la singularidad de este animal, el cebrallo no es el único cruce posible entre una yegua o caballo y otra especie. Múltiples híbridos entre équidos han aparecido a la familia Equidae a lo largo de los años, todos ellos con sus características particulares. A continuación, te mencionamos algunos de ellos:

• Zedonk o cebrasno: un híbrido entre una cebra y un burro.
• Cebra mula: un cruce entre una cebra y una mula.
• Cebroni: un cruce entre una cebra y un poni.

Todos estos híbridos entran en la categoría de los cebroides, unos équidos con rayas de cebra pero con unas proporciones corporales más similares a las de los caballos, burros y ponys. Todos estos animales tienen algo en común: por lo general, las rayas nunca cubren todo su cuerpo.

Como hemos podido ver en estas líneas, la naturaleza tiene aún muchos secretos guardados para nosotros. El cebrallo es solo uno de los miles de ejemplos de lo que sucede cuando se cruzan animales genéticamente similares pero pertenecientes a distintos taxones. Sin duda, la genética de los seres vivos nunca dejará de sorprendernos.