El flujo genético es un concepto esencial en la genética de poblaciones. El movimiento de la información hereditaria —los genes— a través de las poblaciones es una de las claves del mantenimiento y buen funcionamiento de las mismas.
¿Qué factores determinan el flujo genético?¿Cómo influencia este concepto sobre la vida de los animales? ¿Cuál es la relación de este término con la conservación de especies? Aquí respondemos a todas estas preguntas y más.
Los genes y la evolución: estrechamente relacionados
La información hereditaria que determina las características de los animales está codificada en los genes. Un gen no es más que una porción del cromosoma que contiene la información para un carácter concreto. Por ejemplo, el color de los ojos o la forma de ciertas estructuras, como las alas o el tipo de pelo.
Como es lógico, la posesión de unos genes u otros determinará la capacidad del animal para sobrevivir en un ambiente determinado. La selección natural actúa sobre los genes, pues favorece la reproducción de los más adaptados y elimina lentamente a los que peor se amoldan a su ambiente.
Esto es lo que explica la teoría de la evolución moderna: el animal mejor adaptado a su ambiente —debido a los genes— será el que prospere. Pero ¿qué tiene que ver el flujo genético con la biología evolutiva? Lo explicaremos con detalle en el siguiente apartado.
El flujo genético: ¿qué es?
El flujo genético —o génico— es el movimiento de genes de una población a otra. En otras palabras, el término representa la migración de individuos desde el punto de vista de los genes. Este sencillo concepto determina, en muchas ocasiones, la estabilidad de las poblaciones de animales y su posible extinción a largo plazo.
La variabilidad genética es muy importante
Para entender la importancia de este concepto, debemos pensar en que la variabilidad genética es esencial para la viabilidad de las especies. Si una especies tiene pocos alelos —versiones de un gen—, su capacidad para afrontar eventos imprevistos, como una enfermedad o una catástrofe ambiental, son reducidas.
Para ilustrar esto, pensemos en, por ejemplo, las enfermedades que tienen los perros debido a su raza. Las razas de perros se consiguen cruzando ejemplares de genética muy parecida, lo cual los expone a toda una serie de enfermedades y deformidades físicas, como la espalda decurrente en el pastor alemán o la nariz chata de los boxers.
La importancia del flujo genético
Uno de los principales problemas de los animales en peligro de extinción es que, en ocasiones, sus poblaciones son tan pequeñas que sufren los problemas de la poca diversidad genética. Es lo que se conoce como depresión endogámica.
Cuando el número de individuos de una población es pequeño, su variabilidad genética también lo es. Esta falta de variabilidad hace que los alelos más «raros» se vayan eliminando por selección natural, hecho que favorece la puesta en marcha de un círculo vicioso.
Normalmente, la falta de variabilidad genética hace que el animal no tenga «recursos» genéticos para evitar que, por ejemplo, una enfermedad devaste su población.
Usos del flujo genético
En biología de la conservación, uno de los puntos clave para la supervivencia de cualquier especie es el mantenimiento de una rica variedad de genes, con el fin de evitar que los animales caigan en depresión endogámica.
Para ello sirve la mejora genética de poblaciones: se intenta comunicar a poblaciones de animales aisladas entre sí para que se crucen y mejoren su diversidad de genes. Estos proyectos han sido sumamente exitosos en animales tan icónicos como el oso pardo de España.
La fragmentación: un amenaza para el flujo génico
Otro de los puntos débiles de los animales es la fragmentación de su hábitat. Dado que la intervención humana provoca que las poblaciones animales se fragmenten —debido a carreteras y cultivos, por ejemplo—, el flujo genético puede verse reducido.
Por tanto, una de las claves para favorecer el flujo genético es la conectividad entre poblaciones. Si se promueve que una población animal pueda tener contacto con otra —la migración—, los individuos de ambos núcleos tenderán a aparearse entre sí.
Esto favorecerá enormemente el flujo genético y, por tanto, la diversidad de alelos en una población. Para lograr este contacto sexual de forma artificial, existen mecanismos como los pasos de fauna o ecoductos.
En conclusión, el flujo genético se nos presenta como un concepto clave para entender la dinámica poblacional de las especies. Asimismo, su ausencia puede tener graves consecuencias para la conservación de los animales, pero existen métodos para reestablecerlo.
Bibliografía
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Depresión endogámica. (2019, 22 de octubre). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 14:10, noviembre 5, 2020 desde https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Depresi%C3%B3n_endog%C3%A1mica&oldid=120666020. Planter, E. A. (2007). Flujo génico: métodos para estimarlo y marcadores moleculares. Ecología Molecular. Semarnat-Ine-UNAM-Conabio, 49-61. Berkeley University (2008) Gene Flow. Fecha de Consulta : 04-11-2020. Disponible en: https://evolution.berkeley.edu/evolibrary/article/0_0_0/evo_21_sp