El gato de Pallas: un solitario del Himalaya

El gato de Pallas es un animal solitario y esquivo, pues rara vez se le puede ver en su hábitat. Prefiere las zonas rocosas y apartadas, situadas en las montañas de Asia central.

Un gato de Pallas sobre una piedra.

El gato de Pallas (Felis manulOtocolobus manul), también conocido como manul, es un pequeño felino salvaje de Asia Central. Es interesante conocer que su nombre común deriva del nombre de la persona que lo describió por primera vez, el zoólogo alemán Peter Simon Pallas.

Este felino tiene el tamaño de un gato doméstico y posee una piel hermosa y muy codiciada. Además, entre sus rasgos distintivos están sus pupilas redondas, similares a las de los grandes felinos. También esta especie presenta patas cortas, cara plana y orejas anchas, con las que crea algunas de las expresiones más divertidas del reino felino.

¿Dónde habita el gato de Pallas?

Aunque el gato de Pallas se encuentra en toda Asia central, su hábitat es muy específico. Este felino está adaptado a ambientes fríos y áridos y ocupa estepas, desiertos alpinos y zonas rocosas.  Así, esta especie habita las planicies de países como Mongolia, Rusia, Pakistán, China Occidental, Siberia y el Tíbet. También se le puede encontrar en el norte de Irán y en la India.

Es ocupante de cavernas, grietas o madrigueras excavadas por otros animales, a altitudes desde 4000 a 5000 metros sobre el nivel del mar, pero solo en áreas donde no se acumula nieve profunda. Muy rara vez se le ha visto en zonas bajas.

La cara de un gato de Pallas.

El pelaje del gato de Pallas: su protección, belleza y condena

Mucha de la belleza de este gato viene de su pelaje muy abundante y tupido. Gracias a él puede resguardarse de las frías heladas de su hábitat. Su pelo muestra variaciones importantes de color que cambia de acuerdo a las zonas y la estación, lo que le ayuda a pasar desapercibido en su hábitat.

Así, la tonalidad de su manto varía dependiendo de la época del año, pues es mucho más blanquecino en invierno y más grisáceo cuando no hay nieve y las rocas afloran en el terreno. Por lo tanto, su manto varía desde gris ceniza hasta los tonos ocres en diferentes regiones.

Esta variación ha provocado que algunos científicos sugieran la clasificación en dos subespecies. La definición de esta subdivisión está a la espera de nuevas investigaciones. Ellas serían:

  • Otocolobus manul manul, representado por la coloración más común encontrada. Se distribuye por la mayor parte del rango de la especie, pero con mayor frecuencia en Mongolia y China.
  • Otocolobus manul nigripectus, que posee marcas negras más distintivas. Habita en el Tibet, Cashemira, Nepal y Bután.

El patrón de la piel del gato de Pallas

En las mejillas luce un pelaje blanquecino, que contrasta con las manchas negras de su frente  y las dos finas líneas oscuras que nacen desde la comisura de sus ojos y cruzan el rostro. También presenta anillos oscuros rodeando sus ojos y manchas negras en la frente y la corona. Los labios, el mentón y el cuello son blancos, con un ligero tinte rojizo cerca del labio superior.

Las patas y el torso poseen de cinco a siete franjas negras estrechas que atraviesan transversalmente su espalda baja. Estas franjas oscuras no siempre pueden verse a primera vista, debido a la gran densidad de su pelaje.

Además, su cola, larga y peluda, tiene una punta negra y posee hermosos anillos negros a lo largo de toda su longitud. El pelaje ventral es casi dos veces más largo que el de su espalda, lo que le protege del frío mientras esta acostado.

Otros rasgos físicos

Los gatos de pallas son robustos, regordetes y tienen patas cortas. Alcanzan entre 50 y 62 centímetros de longitud, más una cola de 21-31 centímetros, y pesan un promedio de 4,5 kilogramos.

Quizá lo más característico del gato manul es su cabeza grande y achatada.  Sus orejas son de pequeño tamaño y con una inserción extremadamente baja. Su hocico es más corto de lo normal en gatos domésticos, hasta el punto que posee menos piezas dentales que el resto de los gatos.

Hábitos de vida

Este gato salvaje es un animal nocturno solitario, aunque puede estar activo al anochecer y temprano en la mañana. Según expertos, durante el día suele dormir en fisuras de roca y pequeñas cuevas. A menudo se refugian en madrigueras de otros animales pequeños como marmotas, zorros y tejones.

Los científicos han notado su extraordinaria habilidad para esconderse dentro de su propio hábitat. Sus marcas y su coloración le permiten mezclarse fácilmente con su entorno. Esta habilidad de camuflaje resulta útil para la depredación, pues los gatos de Pallas son pobres corredores.

Bajo amenaza, este felino no suele escupir o silbar, pues cuando está asustado grita y gruñe. El sonido se ha descrito más como el aullido de un perro pequeño que como el maullido de un gato doméstico. Según expertos, este felino puede ronronear, de modo similar a un gato doméstico.

Pocos de estos animales han sido mantenidos en cautiverio, pero aquellos que lo han hecho generalmente tienden a ser agresivos e intrépidos con los humanos

¿Qué presas prefiere el gato de Pallas?

En todo su rango de hábitat, este felino se alimenta principalmente de unos pequeños mamíferos conocidos como pikas o liebres silvadoras y otros pequeños roedores. Como especie depredadora, su papel es beneficioso para el humano, porque las pikas son consideradas plagas agrícolas.

Este gato es experto en acechar y emboscar a estos animales en las estepas rocosas donde vive. Se sabe que ocasionalmente también come pájaros pequeños e insectívoros.

El comercio ilegal del gato de Pallas

Existen registros históricos que muestran que el comercio de las pieles de este felino comienza en 1965, con un promedio de más 50 000 pieles al año hasta 1985. Cabe señalar que en la actualidad las pieles de gato de Pallas no se consideran pieles de alta calidad, y por lo tanto, tienen valores bajos en comparación con las otras especies de gatos monteses, leopardo de las nieves y lince.

Estado de conservación

Cabe reseñar que el estado de conservación de gato de Pallas es poco conocido, debido a la falta de información sobre su rango y números relativos. Fue ampliamente cazado hasta la década de los ochenta.

Aunque hoy la caza ya no parece ser un problema para el felino, en algunas partes de Rusia y China los pequeños roedores y pikas de los que se alimenta están siendo envenenados porque se consideran portadores de enfermedades.

Mirada de un gato de Pallas.

En la actualidad no está claro cuál es la mayor amenaza para esta especie: la exposición a estos venenos o la disminución del suministro de alimentos. Además, a pesar de las leyes que lo protegen, aún podemos encontrar caza furtiva en busca de su hermoso manto gris.

Finalmente, los intentos de trabajar con la reproducción en cautividad son bastante decepcionantes e infructuosos, ya que la mortalidad de las crías nacidas en cautiverio es de casi un 50 % (una de cada dos).

Bibliografía

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