¿Por qué las jirafas duermen poco?

Si buscamos a las especies que menos duermen del reino animal, encontraremos entre ellas a las jirafas. Estos mamíferos duermen poco y así evitan los riesgos de ser depredados fácilmente. Además, aunque pueden recostarse, descansan de pie la mayor parte del día.

Todos los animales necesitan dormir para reponer energías y mantener un estado de salud físico y mental adecuado. Sin embargo, esto no quiere decir que todos necesiten las mismas horas o tengan los mismos mecanismos para tener un sueño de calidad. Las jirafas tienen un descanso particular y aquí te lo mostramos.

¿Las jirafas duermen de pie?

Las jirafas, como otros cuadrúpedos, duermen de pie. De esta manera, pueden actuar más rápidamente si es necesario huir o defenderse pateando a un depredador que ande cerca. También pueden recostarse para descansar, pero así tardarían más en levantar todo su cuerpo y reaccionar.

Si duermen de pie ¿cómo sabemos que están durmiendo? Mientras descansan, las jirafas permanecen de pie, con el cuello estirado pero inclinado hacia delante. Se puede conocer la fase del sueño en la que se encuentra el animal por su posición, pues durante el sueño profundo se acuestan.

Cuando duermen recostadas, las jirafas doblan las patas, arquean el cuello y reposan la cabeza sobre los cuartos traseros o el suelo, semejante a la postura que mantiene un cisne al dormir.

Las jirafas duermen poco

Una jirafa adulta necesita solamente entre dos y cuatro horas al día para descansar por completo, pero no lo hace seguido, pues el periodo más largo no suele superar las dos horas.

Estos gigantes africanos suelen dormir a intervalos cortos, de unos diez minutos a lo largo del día. El tiempo de sueño profundo en cada siesta dura apenas un minuto.

Parece haber una variabilidad en el tiempo que permanecen acostadas en sueño profundo según la edad, pues las crías recién nacidas y los ejemplares jóvenes duermen más tiempo de sueño profundo que los animales mayores.

Las jirafas salvajes, generalmente, pasan parte de la noche acostadas hasta que amanece y alternan este reposo con períodos de exploración o rumiación.

Cuando la luna se encuentra en sus fases más luminosas, se muestran más activas y pasan más tiempo alimentándose que recostadas o rumiando. Las madres con sus crías tienen su propia rutina nocturna, pues la madre permanece alerta al entorno y las crías están escondidas del radar de los predadores.

¿Por qué las jirafas duermen solo diez minutos?

Hay varias teorías que explican por qué se ha seleccionado un sueño ligero y corto en estos animales.

Menor exposición al depredador

Un sueño profundo largo supone un mayor riesgo a ser alcanzado por un depredador. Las jirafas adultas no suelen ser presa fácil para los grandes felinos africanos, pues su gran tamaño y sus largas y potentes patas suponen una defensa muy potente contra ellos. Los depredadores no se toman a la ligera el riesgo de ser alcanzados por una de sus fuertes patadas.

Posición vulnerable

Dormir recostado en la forma que suelen hacerlo estos mamíferos significa la pérdida de unos segundos muy valiosos ante la presencia de un depredador. El tiempo aproximado para ponerse de pie suelen ser unos 15 segundos cada vez, ya que no es tarea fácil para el animal colocarse en esta postura.

Desdoblar las patas, estirar el cuello y salir corriendo puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Una jirafa tumbada es mucho más vulnerable al ataque de un león, que puede alcanzar la cabeza fácilmente y asfixiar a su presa antes de que pueda incorporarse.

La necesidad de rumiar constantemente

Las jirafas son animales rumiantes y dedican gran parte de las horas del día a masticar el alimento. La rumiación puede llegar a alcanzar el 75 % del tiempo para un herbívoro, sobre todo con ese tamaño.

Dormir pequeñas siestas espaciadas en lugar de un sueño profundo de varias horas puede compaginarse como actividad paralela a la alimentación y rumiación.

El sueño en otras especies

Todas estas razones también son válidas para otros grandes herbívoros como los caballos o las vacas. En diferentes hábitats se han seleccionado las mismas estrategias para la supervivencia de las especies ante los peligros de la vida salvaje.

La evolución ha mantenido otra serie de modificaciones de la fisiología del sueño adaptada al medio natural, como el sueño unihemisférico en las aves migratorias y los delfines.