La competitividad entre especies no carnívoras

La competitividad entre especies es una realidad evidente de la naturaleza

Competitividad entre especies como ciervos

Siempre nos imaginamos a dos leones luchando por permanecer en una manada o a una hiena y un buitre peleando por un trozo de carne, pero ¿y qué hay de la competitividad entre especies no carnívoras?

La competitividad entre especies no carnívoras

El concepto ‘competitividad’ es muy utilizado por los biólogos para hacer referencia a que sí existe un espíritu competidor en la naturaleza. Existe entre especies y existe entre individuos de la misma especie.

Competitividad entre especies como flamencos

Por ejemplo, en Colorado confluyen tres especies diferentes de geómidosGeomys, Cratogeomys Thomomys spp.– que compiten por el uso del espacio.

Un buen indicador de competencia entre dos especies es la habilidad de una en ocupar el espacio geográfico de la otra cuando está ausente. Esto sucede con las tamiasEutamias dorsalis y Eutamias umbrinus. Pese a que la primera es considerada dominante, la segunda puede hacerle competencia si los árboles de la zona están lo suficientemente juntos.

En Kenia, dos liebres –Lepus capensis y Lepus crawshayi– conviven una al lado de la otra cerca del Gran Valle del Rift. En esta zona se producen incendios de forma regular que alteran el hábitat de ambas especies. Esto favorece la dominancia de L. capensis, que se mueve mejor en espacios desbrozados. Pero cuando el matorral vuelve a crecer, la especie favorecida es L. crawshayi.

Un ejemplo de competitividad entre especies no carnívoras: conejos vs liebres

Previa a la intervención humana, la liebre europea (Lepus europaeus) no traspasaba los Pirineos. Y el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) convivía en la península ibérica solo con la liebre ibérica (Lepus granatensis). Pero con los años se ha producido la superposición de la liebre europea y el conejo, que se han extendido por casi toda Europa, Sudamérica y Oceanía. Y en todos los continentes las liebres ocupan mucho más territorio que los conejos, excepto en Australia.

De alguna manera, existe una especiación alopátrica entre estas dos especies; cada una prefiere un tipo de hábitat. Por un lado, el conejo prefiere los suelos arenosos y arcillosos, los bosques de coníferas y los pastizales. Por otro, la liebre prefiere las tierras cultivadas, los campos de cereales, las dunas y los claros de los bosques.

Entre los lugareños de las zonas rurales siempre se ha creído que las liebres y los conejos se evitan. Esto puede deberse a que los conejos, cuando superan en número a las liebres, las persiguen y acosan hasta que desfallecen. Esta es una de las razones por las que se cree que, en Australia, el conejo supera a la liebre. Pero pese a los rumores, en el resto de continentes se puede ver, perfectamente, a ambas especies pastando en los mismos terrenos.

¿A qué se debe, entonces, que cuantos más conejos hay, menos liebres, y viceversa?

Mixomatosis

La muerte de numerosos conejos por esta enfermedad en la Europa de los años 50 actuó como un auténtico experimento. Tanto es así que demostró que, al disminuir el número de conejos, aumentó el número de liebres en varios países. Y eso solo puede suceder si ambas especies, de forma natural, son competencia.

competitividad entre especies: mixomatosis

Comportamiento

El antagonismo entre liebres y conejos ha sido siempre muy comentado, tanto en cautividad como en la naturaleza. Se han reportado numerosos casos de ataques de conejos a liebres a lo largo de los siglos. Sin embargo, también se los ha visto compartiendo terreno y comiendo sin molestarse unos a otros.

Los estudios demuestran que, normalmente, no existe un comportamiento agresivo entre ellos. Las liebres no suelen escapar ante el ataque de los conejos. Tampoco evitan los territorios ocupados por ellos, ni a los conejos en general. Es decir, no tiene porqué producirse una competencia directa. Simplemente, unos se alimentan en una parte del territorio y otros en la contraria.

Enfermedades comunes

Se han descrito casos de enfermedades que, si bien son exclusivas del conejo, resultan fatales en las liebres. Y viceversa. Por ejemplo, el parásito Graphidium strigosum enfermaba originalmente a los conejos. Pero se descubrió que cuando una liebre entraba a un territorio ocupado por conejos infectados, también se veía afectada.

La competitividad entre especies no carnívoras: conclusión

La liebre y el conejo europeos se volvieron simpátricos hace relativamente poco tiempo. Y una de las explicaciones que se le da a su original comportamiento competitivo es que se encontraban inmersos en un proceso de adaptación a la convivencia.

Puesto que sus dietas son similares, la experiencia nos dice que pueden convivir perfectamente, siempre y cuando se alimenten en diferentes áreas. Pero en ausencia de una, la otra ocupará, efectivamente, su lugar.

Bibliografía

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  • Alves P, Ferrand N, Hackländer K. Lagomorph biology. Berlin: Springer; 2008.
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