El origen de las especies (Darwin)

El libro 'El origen de las especies de Darwin' es la obra más importante del XIX, y sigue tan vivo como el primer día

La teoría de la evolución nació el día en que Charles publicó su obra El origen de las especies, la piedra angular sobre el origen del hombre y del resto de especies. Pronto se convertiría en la obra más importante del siglo y causó tanto revuelo que dividió a los expertos de la época.

Hoy, 160 años después, la teoría que mostraba Darwin en su libro sigue siendo la base de la interpretación de la naturaleza de la biología moderna. Y ha sido contrastada con una infinidad de pruebas, pero en su día causó tal choque ideológico que recibió críticas de muchos sectores, ya que dejaba todo conocimiento de entonces sobre la existencia del hombre y del resto de especies totalmente descartado.

Problemas sociales que causó el libro El origen de las especies

Tales reflexiones causaron perplejidad en la sociedad de la época e hizo que a la gente le surgieran dudas sobre temas tan asentados como la religión, la genética o nuestros parentescos con otras especies como los primates.

Los seguidores y detractores de la teoría de la evolución de Charles Darwin provocaron una brecha en la sociedad, pero las pruebas y la forma en la que explicaba cada uno de sus estudios era tan convincente que poco a poco fue consiguiendo más seguidores. Entre los conflictos más importantes a los que tuvo que hacer frente están:

La religión

Dicha teoría dejaba en entredicho todo lo que la religión llevaba miles de años predicando, por lo que no tardaron en aparecen quienes acusaban a Darwin de conspirar en contra de las creencias religiosas.

En el libro El origen de las especies Darwin explica cómo las especies se fueron adaptando al medio mediante la selección natural, siempre a partir de un ancestral común. Esto chocaba de frente con la ideología de que un creador hizo todas las especies de forma independiente. Esto llevó a un enfrentamiento muy serio con la iglesia, que por aquel entonces tenía mucho poder.

No nombrar a un creador en su libro le trajo demasiados problemas, y a los pocos meses sacó una segunda edición expresando que con su libro no ofende a las creencias religiosas. Se apoyó en las palabras dichas por un famoso teólogo de la época, Charles Kingsley, quien afirmaba que es igualmente noble creer que la Divinidad creó una serie de criaturas primitivas capaces de transformarse por sí mismas en otras formas.

La herencia genética

Otro de los puntos importantes que toca el libro El origen de las especies es que la evolución de las especies se lleva a cabo de forma muy gradual y no en grandes saltos. Las variaciones genéticas beneficiosas de algunos individuos hacían que estos tuvieran mayor facilidad para reproducirse, así como las modificaciones negativas conseguían justamente lo contrario.

Esto hacía que, de forma muy lenta, los individuos que mejor se adaptan al entorno predominen sobre los que menos. Darwin se queda con las variaciones leves y frecuentes y descarta el impacto que consiguen las alteraciones genéticas más llamativas y raras.

Selección natural

Gran parte de los cambios que Darwin llevó a cabo en las últimas ediciones del libro se dieron por los debates y cuestiones que George Jackson Mivart, otro investigador de la época, puso sobre la mesa sobre la teoría de la selección natural de Darwin.

Este afirmaba que tan lenta evolución no tenía sentido y puso como ejemplo las alas de los pájaros e insectos. Para llegar a un desarrollo que permitiera el acto de volar era necesario pasar por otros muchos niveles de desarrollo que solo serían una molestia para el animal, por lo que lo perjudicaría y no tendía éxito genético.

Ante tal afirmación, Darwin propuso que, en un principio, dichas alas no eran más que estructuras encargadas de la termorregulación corporal, y que estas dieron paso a los primeros actos de vuelo.

A día de hoy, la teoría de Darwin predomina por delante de la de Mivart, y es la base de todo estudio naturalista. En definitiva, un libro que no puede faltar en la estantería de cualquier amante de los animales y de la evolución de las especies.