En la Biblia, en concreto en el Génesis, se habla de la decisión de Dios de castigar a los hombres por sus malos comportamientos. Sus acciones estaban teñidas de violencia y corrompidas por el pecado. Así comienza la historia del arca de Noé, de su construcción y de las diferentes especies de animales que incluyó en ella.
Según los registros escritos, Noé tuvo la tarea de resguardar al menos una pareja de cada animal que existía en la tierra. De esta manera, se esperaba salvaguardar el futuro y la repoblación del planeta después del diluvio. Sigue leyendo este espacio y descubre cuáles fueron los animales que se subieron en el arca de Noé.
¿Por qué se construyó el arca de Noé?
Dios mandó construir a Noé, considerado un hombre justo, un arca de grandes dimensiones, donde debía de haber espacio para una pareja de todos los animales del mundo. El arca se construyó con madera de gofer y estaba acondicionada para que tanto los animales como los humanos estuvieran confortables.
Cuando Noé finalizó la construcción del arca, Dios le reveló su plan. Iba a liberar un diluvio que recorrería toda la tierra y eliminaría el mal de ella. Esto significaba que el arca sería su salvación, pues le haría frente al agua y se mantendría a flote mientras ocurría dicha calamidad.
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¿Qué animales entraron en el arca de Noé?
La orden dada era incluir una pareja de cada especie de animales para después poder repoblar la tierra. Dios incluía a todos los animales, desde vertebrados como reptiles, anfibios, mamíferos o aves hasta invertebrados.
No obstante, Dios dividió el número de individuos de cada especie según fueran «animales puros» o «animales impíos». De los primeros se incluirían siete parejas, macho y hembra, mientras que de los segundos solo se incluiría una pareja.
Animales considerados «puros»
Como ya se ha mencionado con anterioridad, Dios no clasificaba por igual a todos los animales. Los subdivide en dos grupos, según considere que son puros o impuros.
En esta sección, se engloban a todos aquellos animales que podían comer los creyentes. Esto incluye a algunos rumiantes con pezuñas partidas, mientras que de los animales acuáticos solo podían alimentarse de los que tenían aletas y escamas.
Con respecto a las aves, permitía alimentarse de un pequeño grupo, como las gallinas. Permitía comer insectos con alas y cuatro patas siempre que se desplazaran a saltos, es decir, saltamontes o grillos.
De esta manera, Dios habló: «Entre toda la gente […], he visto que tú eres el único hombre bueno. Por eso, entra en la casa flotante con toda tu familia. De todos los animales y aves que acepto como ofrenda, llévate contigo siete parejas, es decir, siete machos y siete hembras, para que sigan viviendo en la tierra».
Animales «impíos» o «impuros»
Con respecto al resto de animales, Dios dijo: «De los animales que no acepto como ofrenda, llévate solo una pareja. Dentro de una semana voy a hacer que llueva 40 días y 40 noches. Así destruiré en este mundo todo lo que he creado.»
La duda que surge es qué animales consideraba Dios impuros, ya que de estos no podía entrar más que una pareja en el arca. La lista viene recogida en el Levítico 11: 3-6, en el que se explica de manera detallada cuáles eran las características de estos animales.
Estaba prohibido acercarse a los rumiantes sin pezuñas partidas, como la liebre, el camello o el conejo. Tampoco permitía alimentarse del cerdo porque, pese a tener pezuñas, no era rumiante.
No permitía alimentarse de aves nocturnas, carroñeras o de gran tamaño, como el avestruz, la cigüeña o el buitre. Por otro lado, las golondrinas, murciélagos, lechuzas o búhos tampoco debían incluirse en la alimentación.
Los insectos con cuatro patas, pero que poseen alas, también son impuros, al igual que todos aquellos animales que se arrastren por el suelo o que tenga muchas patas, como los lagartos, salamandras, comadrejas o ciempiés.
¿Cuándo apareció el primer relato del arca de Noé?
Fue en el año 1844, en las ruinas del palacio asirio de Nínive, cuando Austen Henry Layard encontró las primeras tablillas de escritura cuneiforme. Estas tablillas son el primer registro escrito encontrado y en ellas se narraban diferentes historias, algunas de las cuales también figuraban en la Biblia.
Entre esas historias se encontraban el Diluvio Universal y el arca de Noé, los mismos relatos que están en el libro del Génesis. Pero no fue hasta 1872 cuando se percibió que en esas tablillas estaban narradas dichas historias.
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Esto demostró, en cierta forma, que los relatos de la Biblia tienen un trasfondo histórico. Se recuperaron más tablillas y se completaron fragmentos, que los encajaron como un puzzle. Así, se reconstruyó el relato más antiguo del mundo, que cuenta con más de 2000 años de historia. Este relato recibe el nombre de Gilgamesh.
A partir de libros tan emblemáticos como la Biblia pueden extraerse sucesos icónicos de la religión.
Como se puede observar, la historia del arca de Noé y los animales que «salvó» tiene un trasfondo más enigmático de lo que parece. Claro está, la clasificación de las especies como «puras» e «impuras» carece de sustento científico, pero como anécdota es bastante peculiar.
Bibliografía
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