La elegancia y la potencia de estas aves no voladoras convierte al avestruz en el rey de la sabana africana. Conoce al pájaro más grande del mundo.
Hábitat y características esenciales del avestruz
De nombre científico Struthio camelus, el avestruz es un pájaro no volador endémico de la sabana africana, aunque también podemos encontrarlo por zonas desérticas del mismo continente. Con una esperanza de vida que puede llegar hasta los 40 años, esta peculiar ave ha dado mucho que hablar a la comunidad científica.
Su elevado peso –puede llegar a pesar hasta 158 kilos– no impide que el avestruz sea uno de los mejores corredores de la sabana africana. Sus musculosas y largas patas le permiten alcanzar una velocidad de hasta 70 km/h. Sus alas, de hecho, le ayudan a cambiar de dirección en plena carrera aprovechando la fricción del viento, mientras que sus largas piernas le permiten recorrer entre tres y cuatro metros de una sola zancada.
Esta especie es omnívora y se alimenta principalmente de plantas, raíces y semillas, aunque también de insectos o lagartos. Ante amenazas, suele presionar el cuello contra el suelo para hacerse menos visible desde la distancia, dado que una avestruz adulta y desarrollada puede medir más de dos metros y medio.
Vida social y reproductiva del avestruz
Esta especie suele agruparse en manadas de hasta 12 individuos. Estructurados jerárquicamente, un macho alfa y una hembra alfa dominarán el grupo y se aparearán, aunque el macho también suele acabar copulando con el resto de hembras de la manada. Durante la época de celo, los machos emitirán un sonido similar al rugido de un león, así como siseos, en caso de que tengan que luchar con otro por su puesto alfa en la manada.
Cada madre suele producir un huevo, que colocará en el nido de la hembra dominante. La posición que ocupa el huevo dentro de este nido suele ser un reflejo del poder que concentra cada ejemplar, de ahí que el de la madre alfa ocupe una posición central.
Curiosamente, tanto el macho como la hembra alfa incuban todos los huevos por turnos, aunque, si la hembra alfa estima que hay demasiados, puede acabar deshaciéndose de alguno. Cada uno de ellos puede pesar el equivalente a 12 huevos de gallina.
Una población cada vez más reducida
Aunque ahora los avestruces se asocian a la sabana africana, lo cierto es que antes había muchas más variedades repartidas por distintos países del continente africano. La variedad más conocida y abundante es la Struthio camelus camelus, oriunda del norte de África y que puede encontrarse –aunque en números reducidos– en Marruecos o Sudán.
En 1941 se extinguió la Struthio camelus syriacus, que podía encontrarse en Siria y en la península arábiga. Esta especie fue sobre todo explotada en la Edad Media por sus plumas, que adornaban los cascos de los caballeros medievales y, a día de hoy, también se aprecia su carne y su piel, que produce un cuero muy suave.
El fósil más antiguo que se ha encontrado de animales emparentados con el avestruz data del periodo conocido como el Eoceno, es decir, de hace más de 55 millones de años.